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Propone el escritor Andrés Monroy mostrar que Acapulco no es sólo violencia, narcos, putas y fiesta

*Reconoce que hubo una época dorada, pero ni todo el dinero llegaba a los acapulqueños ni todos sabían de las estrellas de cine, dice

Óscar Ricardo Muñoz Cano

Dar a conocer a través de una serie de relatos las historias de personajes comunes y fuera del estereotipo por el que se reconoce a Acapulco, es la idea del escritor Andrés Monroy Naranjo quien con el proyecto Acapulco bonito obtuvo un apoyo del Programa de Estímulos a la Creación Artística de Acapulco (PECAA) del gobierno municipal.
El trabajo es un reto, aceptó en entrevista, “es buscar una especie de narrativa acapulqueña donde se muestre lo bueno que hay en el puerto sin ponerle a los estereotipos”.
Esto es, agregó, “no todo es narco, violencia, putas y fiesta”, por lo que dio a entender que buscaría contrarrestar la oleada negativa de los últimos años.
“Tu ves los diarios nacionales, los internacionales y cuando se refieren a Acapulco se refieren a la violencia actual y si no, a la época de oro de mediados del siglo pasado a los años 70”.
Independientemente a ello, añadió, “hay muchísimas historias que quedan en el aire ya que “igual, si no hubiera violencia en Acapulco igual estaría jodido”.
Luego de recordar que si bien hubo una época dorada en que los grandes capitales o los grandes artistas visitaban el puerto, “ni todo el dinero llegaba a todos los acapulqueños y ni todas las personas sabían de las estrellas de cine internacionales que entraban a lugares a donde no entraba la gente común”.
Es a partir de ahí, dijo Monroy Naranjo, “que el trabajo pretende decir que hubo y hay un Acapulco lleno de personajes muy cotidianos, sencillos, quizás monótonos, grises y hasta tenues pero que de alguna manera en su día a día alcanzan la felicidad”.
El urbanero, el que vende en el mercado, el empleado que cruza toda la ciudad para llegar a su trabajo o el mesero que ve la fiesta pero no puede participar, son algunos de los personajes “que hacen que el engranaje de la ciudad se mueva y que a pesar de lo mal que estamos vamos a seguir ahí, incluso si a toda la ciudad se la lleva la chingada”.
“Lo que quiero decir con Acapulco bonito, es que así como los alemanes dijeron no todos fueron nazis, no todos los acapulqueños somos sicarios, dealers, drogos, prostitutas, o pedófilos”.
Andrés Monroy Naranjo es egresado de Filosofía por la Universidad Nicolaita de Michoacán; publicó el libro Correspondencia interna (Rojo Siena, 2013) y entre sus logros está un segundo lugar del concurso estatal-nacional de cuento corto José Agustín 2013.

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