Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Probará la UNAM en Acapulco un túnel de viento para medir la resistencia de megaobras

*Con el modelo a escala de la obra, los ingenieros recrearán fenómenos meteorológicos con una turbina que genera vientos de hasta 100 kilómetros por hora

Diana Saavedra / Agencia Reforma

Ciudad de México

Para calcular la resistencia de megaobras ante huracanes o tornados, el Instituto de Ingeniería de la UNAM alista el inicio de operaciones de un túnel de viento.
Hasta ahora este procedimiento obligatorio se realizaba en Estados Unidos y Canadá, por lo que el nuevo circuito de túneles permitirá reducir costos de evaluación, explicó Roberto Gómez Martínez, titular del proyecto.
En dos meses, el primer modelo a escala que pondrán a prueba será la nueva terminal aérea de Acapulco en la que medirán, por ejemplo, cómo reacciona ante un huracán categoría 4, detalló el investigador del área de Mecánica Aplicada del Instituto.
El modelo a escala de la obra se coloca en la zona de pruebas en donde los ingenieros recrean fenómenos meteorológicos con una turbina que genera vientos de hasta 100 kilómetros por hora, detalla Luis Martín Arenas, coordinador de instrumentación del Laboratorio.
Un equipo con sensores conectado al modelo detecta hasta la más mínima variación en la estructura y envía esta información a una computadora central en donde se procesan los datos y se evalúa la obra.
El laboratorio de este tipo más grande del mundo lo tiene la NASA, el cual mide 36 metros de longitud en su zona de pruebas, mientras que el de la UNAM mide 15 metros en esta área.
Aún así, el equipo del Instituto de Ingeniería es el más grande en su tipo en Latinoamérica. “Por su dimensión es considerado el número 13 en el mundo”, aclaró el investigador.
Para su instalación se invirtieron 55 millones de pesos.
Además de megaobras, el túnel de viento podrá ser utilizado por empresas privadas para probar la resistencia de paneles solares y otros equipos para producir energías limpias.
Adicionalmente, el equipo permitirá revisar si las Normas Técnicas Complementarias para el Diseño y Ejecución de Obras deben ser ajustadas por la intensificación de los vientos, tormentas y otros fenómenos meteorológicos que recientemente se presentan en la Ciudad de México.
El trabajo requiere no sólo de la turbina de 2 metros de alto, sino del ingenio de especialistas para recrear con ayuda de pequeños bloques de madera minitornados, remolinos y mini huracanes.
Una turbina de dos metros de diámetro genera el viento necesario el cual debe ser guiado y orientado para que siga un circuito, rugosidades, ventilas y redes similares a paneles de abejas permiten filtrarlo y controlar su intensidad, presión, dirección y velocidad.
“Si una persona se coloca en el sitio de pruebas y se deja caer con el viento que producimos no se cae, pues el mismo viento lo empuja. Lo que para una persona es resistencia, para un modelo a escala puede ser un huracán tipo 4 con vientos sumamente intensos, todo eso lo podemos medir y calcular”, comenta Luis Martín Arenas, coordinador de instrumentación del laboratorio.

468 ad