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Golpean y gasean policías estatales a maestros tras una protesta en las oficinas del PRI

*En las instalaciones partidistas los cetegistas rompen cadenas, sacan documentos, lonas, libros y muebles de plástico y los queman. Acuden al Congreso del Estado, pintan consignas y rompen los vidrios de una caseta de vigilancia. Persiguen los agentes a los manifestantes cuando se retiraban del Palacio Legislativo

Anarsis Pacheco Pólito

Chilpancingo

Policías estatales antimotines persiguieron y atacaron a maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG) cuando se retiraban del Congreso local después de quemar una lona del PRI.
Alrededor de las 11 de la mañana de este jueves unos 150 integrantes de la CETEG del grupo del secretario general Ramos Reyes Guerrero, pintaron la sede estatal del PRI, quemaron lonas, libros y mobiliario en demanda de la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa y como parte de las acciones para boicotear las elecciones del próximo domingo.
En el edificio los maestros se separaron, unos se dirigieron al auditorio y otros a la oficina de la Confederación Nacional Campesina (CNC).
El grupo que ingresó al auditorio rompió las cadenas y sacó una lona gigante en la que estaba impreso el logotipo de ese partido.
Al mismo tiempo el otro grupo rompió dos ventanas de la oficina de la CNC, forzó la puerta para sacar documentos, lonas, libros y muebles de plástico que quemaron a un costado de las oficinas estatales del PRI.
Otros maestros pintaron los tres edificios con frases como “Narco gobernantes”, “Este 7 de junio ni un voto más por los partidos rateros”, “Malditos aquellos que utilizan al pueblo”, “Ni perdón ni olvido, justicia para los 43”, mientras llamaban por altavoces a recuperar la soberanía del pueblo.
Los que estaban en el auditorio extendieron la lona gigante en las escalinatas del acceso con la intención de quemarla, pero debido a lo extenso de la lona no pudieron.
Los maestros se retiraron del lugar y arrastraron por toda la explanada la lona para salir del predio e irse en marcha sobre la avenida Ruiz Massieu al Congreso local.
Cuando se dirigían hacia allá se toparon de frente con un camión de policías estatales antimotines, quienes al verlos se retiraron del lugar.
Ya en la puerta principal del Congreso del Estado incendiaron la lona que sustrajeron de las oficinas del PRI, junto a una llanta y un señalamiento vial de plástico.
Permanecieron menos de 15 minutos en el lugar, durante este tiempo unos maestros pintaron consignas en la pared de la caseta de vigilancia del estacionamiento del Congreso, a la que también le rompieron los vidrios.
Cuando el contingente se retiraba del lugar, un maestro tiró dos piedras a la ventana de la biblioteca Ciervo de la Nación.
En ese momento, por la retaguardia de la marcha llegaron unos 50 policías estatales antimotines que llevaban el rostro cubierto, en trote siguieron y hostigaron a los maestros quienes para ese momento ya se retiraban.
Los policías estatales los siguieron por la calle Trébol, frente al Congreso, a pesar de que ya se estaban retirando con tranquilidad, el mando a cargo de los policías gritaba insistentemente que se retiraran porque “defendiendo el estado de derecho” .
Los maestros ya se iban sin confrontarse con los policías, les explicaron que la marcha era tranquila, pero los policías los siguieron hasta cale lateral del bulevar.

Golpes, amenazas y gases contra los manifestantes

Mientras los manifestantes se retiraban, los policías les gritaban y los provocaban, el mando de los antimotines apuntó al pecho de un profesor con un arma lanzagranadas lacrimógenas, pero al ver que fotógrafos y camarógrafos tomaban la imagen, dejó de apuntarle y le lanzó golpes con la cacha del rifle. El maestro atajó los golpes con el palo de madera de una bandera que empuñaba.
Ante la agresión, el pánico se apoderó de los manifestantes, quienes perseguidos a golpes por los policías corrieron para ponerse a salvo, algunos atravesaron la autopista sin fijarse de los autos que pasaban a gran velocidad.
Mujeres y hombres corrieron al tiempo que los policías estatales dispararon 5 granadas de gas lacrimógeno en el lugar.
En la estampida provocada cayeron al suelo tres maestros, entre ellos una mujer, y durante la persecución un policía golpeó a otro profesor con su escudo.
A pesar de que los maestros intentaron calmar a los policías estatales, éstos siguieron persiguiéndolos, sobre la calle lateral del bulevar Vicente Guerrero frente a la distribuidora de la Chevrolet, los manifestantes trataron de dialogar con el encargado de los policías.
En este intercambio de palabras, algunos policías estatales escondieron sus pistolas en una mochila que cargaba un compañero de ellos.
Uno de los maestros se comunicó por celular con el líder de la CETEG, Ramos Reyes, a quien le informó que habían sido golpeados por los policías estatales cuando se retiraban hacia su plantón en la avenida Ruffo Figueroa.
En el intento de diálogo hubo otro momento de tensión porque los policías estatales querían replegar a los maestros que en ese momento eran unos 30, porque el resto se refugió en el plantón.
Tras la agresión la CETEG tuvo dos reuniones de evaluación y determinó reforzar su campamento, ante el temor de que grupos de choque los ataquen, como sucedió en Tlapa.

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