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Marchan maestros y organizaciones en Tlapa a la bodega del INE, donde son repelidos por policías y soldados

*Durante la marcha, taxistas que participaron en el desalojo del MPG del Palacio municipal la noche del lunes intentaron intimidar a los inconformes

Antonia Ramírez

Tlapa

Unos 2 mil maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), estudiantes, comerciantes, el Consejo de Comunidades Damnificados y simpatizantes del Movimiento Popular Guerrerense (MPG) marcharon a la bodega del Instituto Nacional Electoral (INE) del Consejo Distrital Electoral 05, intentaron entrar y se enfrentaron con militares y policías antimotines que mantiene resguardado el paquete electoral.
El contingente salió del mercado Nuevo Horizonte, en la entrada de la ciudad Tlapa desde Chilapa como a las 11 de la mañana, esta vez el recorrido fue más largo porque se dirigieron a la bodega del INE del Consejo Distrital Electoral 05. Durante la marcha se observó a algunos jóvenes transportista.
En el trascurso de la marcha, había tres jóvenes identificados como taxistas que platicaban mientras filmaban a los manifestantes, uno de ellos comentó: “son pocos, les ganamos del Juárez, somos 300 y del Nicho otros 200, y además son puras viejas pa’ los madrazos ellas no le entran”, luego preguntaron a la reportera “son pocos, ¿verdad?”.
Cuando pasaron cerca del sitio de taxis del Señor del Nicho, había unos 15 choferes uniformados con playeras de color morado, quienes también habían participado en el desalojo violento al MPG el lunes por la noche. Entonces, los marchistas gritaron consignas contra ellos: “taxista, entiende, tu líder te vende, taxistas traidores les falta pantalones” y les dijeron que regresarían, ante lo que los taxistas soltaron sonrisas burlonas.
Como a las 12:55, el contingente se acercaba a la bodega del INE; de lejos se pudo ver a dos policías de Tránsito municipal en una moto, que dieron vuelta para alertar a los que resguardaban la bodega. Inmediatamente los militares se colocaron en sus trincheras, protegidos tras costales, y comenzaron a grabar a los manifestantes.
Eso provocó la molestia de algunos que comenzaron a lanzar consignas: “señor soldadito, que lástima me das, teniendo las armas y no poderte defender, con los maestros cabrones y con los narcos maricones”.
Los maestros hicieron una vaya frente al cerco de la bodega, la mayoría de ellos tenían cubiertos los rostros con playeras o paliacates, algunos llevaban palos y colgaron una manta, lo que provocó que unos 50 policías antimotines salieran de la bodega y se colocaran frente al cerco con sus escudos y toletes, mientras arriba, desde las ventanas, unos seis militares que se dedicaron a grabar la actividad.
Eso generó un ambiente tenso, estaban frente a frente, sólo el cerco los separaba, y de pronto los inconformes empezaron a empujar la maya ciclónica y trataron de derribarla; algunos lazaron palos que hallaron en el lugar.
Como los manifestantes no pudieron derribar el cerco, tiraron piedras a los militares, quienes respondieron de la misma manera, y empezó una guerra de piedras, pues ambos grupos sacaron resorteras y se enfrascaron en un intercambio de pedradas que duró cerca de 10 minutos.
Durante ese tiempo, los manifestantes se dispersaron y algunos se retiraron del lugar, las maestras gritaban y pedían a sus compañeros que se calmaran, y que no cayeran en las provocaciones. Los ánimos comenzaron a calmarse y el mitin continuó.
Un maestro que se identificó como secretario general de la comunidad na savi de Mixtecapa, municipio de San Luis Acatlán, dijo que los políticos andan como perros detrás del poder “nosotros no andamos buscando el poder”, critico al PRI que gobernó durante 70 años y no hizo nada por los pueblos.
“Yo no disparo con armas, disparo con palabras”, dijo en su oportunidad una normalista, quien preguntó cómo se atrevían a decir que eran violentos, tras el desalojo de sus compañeros del Ayuntamiento de Tlapa.
El orador Elmer Pacheco pidió no dar un paso atrás y exigió la aparición con vida de los 43 normalistas, “si bien es cierto que la elección es una coyuntura, hemos dado una respuesta contundente para decirle al Estado que impediremos la elección”, y pidió a sus compañeros que se conviertan en los soldados de la justicia, porque enfrente tenían a soldados de represión y humillación.
A la 1:40 de la tarde concluyó el mitin. Los manifestantes regresaron caminando desde la bodega del INE hasta la tienda comercial Super Che, donde hicieron un alto. Ahí, los dirigentes se reunieron para deliberar si continuaban hasta el Zócalo, porque supieron que había policías antimotines y taxistas dispuestos para no permitirles el paso, y que el grupo de la colonia Caltitlán se alistaba para enfrentarlos.
Frente a este lugar se encuentra el sitio de taxis Señor del Nicho, donde los choferes los veían con burla, y poco a poco se fueron juntando varios taxistas, fácilmente identificables por su playera morada.
Después de varios minutos, a través del aparato de sonido se informó que no caerían en provocaciones y no entrarían al centro de la ciudad, que ya estaba sitiado por policías, además de que no iban a dar las condiciones para enfrentarse entre ciudadanos, y mucho menos con un grupo de choque creado por partidos políticos y transportistas que cuidaban sus intereses.
Dijeron que si algunos estaban preocupados porque anunciaron que recuperarían el ayuntamiento, no se preocuparan porque no les interesaba tener un cascarón bajo su resguardo.
El profesor Fermín Arriaga dijo que era mentira que la colonia Caltitlán apoyara el desalojo, porque él vive ahí, y sólo el delegado, Ever Mateos y unos pocos, “son priistas que desde siempre han sido cavernarios contra las luchas sociales, hoy el delegado manchó su nombre con esa acción”.
Agregó que la gente respondió al llamado de las campanas de un grupo priista que encabeza Javier Morales Prieto, y se armó con palos, tubos y machetes sin acatar lo que decía toda la colonia “no todos los de Caltitlán estamos manchados”, concluyó.
Al escuchar esto, una comerciante nahua de la comunidad de Atlamajalcingo del Río denunció que le destrozaron su puesto en la noche del desalojo y que el martes, cuando acudió al lugar se encontró con que todo estaba quemado; le dijeron que los agresores se llevaron los productos que no se quemaron, y que ahora sus ocho hijos se quedaban sin sustento, porque esa era su única fuente de ingresos.
Finalmente, los profesores concluyeron su mitin y se dispersaron, para no caer en provocaciones, tras anunciar que continuarán su plan de acción del boicot a las elecciones.

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