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Descubren investigadores que los triceratops tenían unos de los dientes más poderosos

Diana Saavedra / Agencia Reforma

Ciudad de México

Los dientes de los triceratops estaban cubiertos por cinco capas dentales que les permitían rebanar finamente su alimento, revela el paleontólogo Gregory Erickson, de la Universidad de Florida.
Es decir, estos gigantes de tres cuernos poseían dientes más resistentes que los de tiburones, los bisontes e incluso los caballos, debido a esta cobertura que les ayudaba a resistir la fricción y mantenía su “filo”.
En la más reciente edición de la revista Science Advances, el especialista precisa que estas antiguas criaturas fueron más complejas de lo que se pensaba, pues su material dental les garantizaba una una dieta más rica y variada, en comparación con los reptiles actuales.
“Desde siempre se ha sido asumido que los dinosaurios no hicieron las cosas como los mamíferos, pero la realidad es más compleja”, apunta Erikson.
El paleontólogo ha estudiado la evolución de los dinosaurios, especialmente en los dientes, en los cuales ha descubierto algunas propiedades únicas.
Al unir su trabajo con el ingeniero mecánico Brandon Krick, de la Universidad de Lehigh, Erikson entró en contacto con una nueva ciencia llamada tribología, que estudia la fricción, el desgaste, y la lubricación de los materiales en las superficies en movimiento.
Ambos revisaron con esta técnica un grupo de dientes de triceratops, de 66 millones de años de edad, resguardados en el Museo Americano de Historia Natural.
Los primeros resultados indican que los dientes de estos animales tenían cinco capas de tejido, es decir, eran más resistentes que los de caballos o bisontes, especies en las que se ha documentado hasta cuatro capas de tejido, mientras que los cocodrilos otros reptiles tienen sólo dos.
Krick revisó mediante modelos de cómputo, cómo las plantas se movieron a través de los dientes y la medición de las tasas de desgaste del tejido.
“Lo que encontramos es que los dientes de estos triceratops y sus más cercanos familiares tuvieron un diseño único para moler sus alimentos, sin que por ello tuvieran una fricción excesiva que desgastara sus resistentes capas dentales”, explicó Erikson.
Adicional a su resistencia, la forma en la que estaban alineados los dientes permitió reducir la fricción al máximo, añaden los investigadores luego de revisar los modelos tridimensionales del masticado.
El trabajo, añaden, permitirá desarrollar nuevas técnicas de ingeniería para para aplicaciones industriales y comerciales.
“Los paleontólogos nos desafiaron con un problema de ingeniería interesante, y ahora, tenemos un modelo de desgaste que se puede utilizar para diseñar sistemas de materiales, con propiedades optimizadas y características de la superficie para muchas aplicaciones”, finalizó Krick.

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