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Ofrece la OFA ante unas 200 personas el penúltimo concierto de la temporada

*La magistral ejecución del violinista mexicano Adrian Justus hizo que el público le aplaudiera de pie

Óscar Ricardo Muñoz Cano

Con la participación del violinista mexicano Adrian Justus, la Orquesta Filar?mónica de Acapulco llevó a cabo su noveno concierto de temporada en el Foro Mundo Imperial que además incluyó, entre otras piezas, la Sinfonía Patética de Piotr Ilich Tchaikovski, última composición del maestro ruso.
Previamente, el director de la OFA, Eduardo Álvarez Ortega, reveló en su acostumbrada charla la próxima grabación de un disco con la colaboración de Horacio Franco, quien apenas la semana pasada se presentó con la orquesta.
Asimismo, recordó que el próximo viernes 19 de junio se realizará el último concierto de la temporada y dio a conocer algunos detalles para la siguiente temporada y que van desde la presentación de directores invitado hasta el ensamble de las orquestas Filarmónica de Acapulco y de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, que también dirige.
“Vamos a tener la friolera de 170 músicos en el escenario y voy a traer a 100 coristas para hacer la Segunda sinfonía de (Gustav) Mahler, la famosísima Resurrección”, aseguró Álvarez Ortega.
Ya en el concierto y como entrada, ante poco más de 200 personas, la orquesta dio cuenta del Preludio a la siesta de un fauno, escrita por Claude Debussy en el siglo XIX, basándose en un poema del escritor Stéphane Mallarmé, La siesta del fauno.
La pieza de no más de 10 minutos y que evocó una actitud perezosa (la de un fauno que reposa) preparó el terreno para la presentación de Adrian Justus con el Concierto para violín y orquesta de Johannes Brahms compuesto también en el siglo XIX.
El concierto, dividido en tres movimientos (Allegro non troppo, Adagio y Allegro giocoso, ma non troppo vivace – Poco più presto) permitió observa la habilidad de Justus con su Guarnerius (uno de los violines más codiciados en el mundo por su sonido), sobre todo en el último movimiento donde interpretó una especie de tonada gitana que secundó la orquesta y que le valió aplausos de pie por varios minutos por parte del público que el violinista agradeció.
Luego del intermedio, tocó el turno de Gymnopédes de Erik Satie y que no pocos entusiastas del cine, de los videojuegos y hasta de la música pop reconocieron lo mismo en alguna escena de Viaje a las estrellas (Star Trek: the next generation) como en algunos efectos audiovisuales de los conciertos que Shakira ofreció en 2006 por todo el mundo.
Posteriormente y para cerrar “con broche de oro”, la OFA interpretó la Sinfonía Patética (una expresión rusa que se refiere a la pasión y la emotividad), de Piotr Ilich Tchaikovski, quien muriera unos días después de su estreno en octubre de 1893 envuelto en el escándalo.
Desde el primer movimiento (de cuatro), ya sea de la mano del fagot y de la viola, los sentimientos y pensamientos del autor, como el existencialismo, se dejaron sentir.
En este sentido, cabe recordar que en su momento de gran triunfo y antes, Tchaikovski vivía crisis personales debido a su homosexualidad, situación no muy bien vista en el siglo XIX.
Así, los vaivenes dramáticos de una de las sinfonías favoritas de Álvarez, según reveló, y que concluyó en medio de timbales, violoncellos, violas y tubas de manera solemne y por demás triste.
La próxima presentación de la OFA se llevará a cabo este 18 de julio, donde colaborará con el Ballet Folclórico de México de Amalia Hernández y al día siguiente cerrará temporada; en ambos casos, en el Foro Mundo Imperial.

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