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Recupera la escritora Sofía Segovia los recuerdos de su abuelo y los convierte en novela

Silvia Isabel Gamez / Agencia Reforma

Ciudad de México

El murmullo de las abejas es, en realidad, un eco de la infancia. Su origen son las historias que Sofía Segovia le escuchaba contar a su abuelo. Recuerdos de Linares, de una vida tranquila, hasta que la guerra arrasó con la inocencia.
“En Monterrey no recuerdan que por esa zona pasó la Revolución. Seguimos concentrados en el presente y el futuro, porque nada en la ciudad nos conecta con la historia, ningún vestigio”.
Segovia esperó siete años para ver publicada su primera novela, Noche de huracán. Con El murmullo de las abejas, bastaron cuatro meses para que Lumen decidiera convertirla en la apuesta editorial del año, con un tiraje de 30 mil ejemplares.
Son casi 500 páginas distribuidas en un centenar de capítulos. “Empieza con un tono nostálgico, un ritmo pausado que conforme avanza la historia se acelera, hasta volverse frenético”.
Los toques de realismo mágico, aclara, fueron dictados por los personajes: Simonopio, el protegido de las abejas, la nana Reja, el hacendado Francisco, el traidor Anselmo.
“Así como somos lo que comemos, también somos lo que leemos, y yo leo de todo. Han comparado esta novela con las de Isabel Allende o Laura Esquivel, pero no pensé en imitarlas. Pienso que cada autor debe encontrar su propia voz”.

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