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Reclaman apoyo al gobierno para la Sociedad Astronómica de México

*Establecida en 1902, la institución es la más antigua dedicada a la divulgación de la astronomía en el mundo

Diana Saavedra / Agencia Reforma

Ciudad de México

Posee el primer planetario de Latinoamérica, el primer telescopio moderno de México, además de documentos históricos invaluables, pero la Sociedad Astronómica de México (SAM) lucha por salir del olvido.
Establecida en 1902, la Sociedad es la más antigua dedicada a la divulgación de la astronomía en el mundo; a sus reuniones asistieron personajes como Porfirio Díaz, Francisco I. Madero, Amado Nervo, Francisco Gavilondo Soler y Luis Enrique Erro, entre muchos otros.
“Lamentablemente, a finales de los años 90 e inicios de los 2000 comenzó a haber un desliz, como le pasó a muchas instituciones en México, y, prácticamente, para 2009 estaba abandonada y tenía sólo cuatro socios”, cuenta Alejandro Farah, actual presidente de la Sociedad.
El abandono llegó al grado de que el edificio principal de la Sociedad, ubicado en el Parque Xicoténcatl, quedó al cuidado del vigilante, cuando falleció dejó a su hijo a cargo y éste quería quedarse con la propiedad.
“Es un edificio ArtDecó ¿Quién vive en un edificio así, en un parque, rodeado? Pues esta persona quería adueñarse del edificio. Afortunadamente, el equipo del doctor Farah lo rescató”, narra Gustavo Cantero, vecino y miembro de la Sociedad.
Durante este periodo, el edificio fue saqueado y el telescopio principal robado. Tras una búsqueda intensiva fue encontrado en Tepito, donde lo vendían por kilo, pues tiene cobre.
Para no entrar en conflictos, el equipo fue comprado por los miembros de la Sociedad, quienes lo regresaron a su sitio.
“Afortunadamente, quienes saquearon no reconocían la importancia del sitio, tampoco del planetario (un Spitz Planetarium completo y en perfectas condiciones), pues es una pieza única y la empresa que lo creó ya ha hecho varias ofertas para comprarlo. Los miembros de la Sociedad tienen razón en no querer venderlo, porque es una joya verdaderamente invaluable, no hay otro en el mundo”, explicó Cantero.
Si bien en sus primeros 90 años de trabajo la Sociedad contó con apoyo económico del gobierno federal, actualmente, a sus 113 años sobrevive gracias a las aportaciones de sus hoy 40 miembros, donaciones realizadas por vecinos de la zona y el trabajo voluntario de estudiantes de la UNAM.
El equipo encabezado por Farah ha reiniciado con la operación de la Sociedad que ahora está formada no sólo por astrónomos, sino por vecinos y estudiantes interesados en esta ciencia.
“La idea es que la sociedad tenga un nuevo vigor, tener nuevamente apoyo del gobierno, que se suban al barco con nosotros, porque no nos vamos a detener. Estamos haciendo un proyecto para divulgar la ciencia, la cultura, el arte y la astronomía, no digo en la ciudad de México, sino en el país y el mundo”, enfatiza el astrónomo.

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