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Acuerda el G7 plan ambicioso ante el cambio climático y advierte con más sanciones a Rusia

*Los países más ricos del mundo se proponen como objetivo común que el calentamiento global no sobrepase los dos grados centígrados preindustriales, reduciendo en las próximas décadas sus emisiones de gases que provocan el efecto invernadero. En cuanto al gobierno de Putin, la postura unánime es mantener las sanciones mientras no se apliquen los acuerdos de Minsk

DPA / EFE

Elmau (Alemania) / Garmisch-Partenkirchen (Alemania) / Moscú

El grupo de siete de los países más ricos del mundo (G7) cerró ayer su cumbre de dos días en el sur de Alemania acordando objetivos climáticos sorprendentemente ambiciosos y amenazando a Rusia con más sanciones si no termina la violencia en el este de Ucrania.
La declaración final del grupo reunido en el palacio bávaro de Elmau incluyó el apoyo unánime a fijar un límite vinculante para que el incremento de la temperatura global no supere los dos grados respecto al nivel preindustrial.
Los jefes de gobierno de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Canadá, Estados Unidos y Japón reconocieron para eso la necesidad de “decarbonizar” el mundo este siglo, es decir, sustituir combustibles fósiles como el carbón, el petróleo o el gas por energías renovables como la eólica y la solar.
“No fueron negociaciones fáciles”, reconoció la canciller Angela Merkel, anfitriona de la cumbre, al anunciar los resultados.
Merkel aseguró que ningún país fue más problemático que otro en las negociaciones. “Todos nos mostramos de acuerdo en que está claro que necesitamos reglas”, afirmó.
Para reducir las emisiones de gases con efecto invernade-ro –que lideran Estados Unidos, China y la India– el G7 resaltó la importancia de cumplir con el objetivo de movilizar de manera conjunta 100 mil millones de dólares anuales a partir de 2020, tanto de fuentes públicas como privadas, para ayudar a los países en desarrollo en la lucha contra el cambio climático.
El clima era uno de los puntos fuertes de las sesiones de trabajo de ayer. No obstante, hasta ahora no se sabía si los jefes de gobierno del G7 estarían dispuestos a incluir en el documento final este límite en el calentamiento global, que deberá ser aprobado en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2015 de París (COP21) entre el 30 noviembre y el 11 de diciembre.
El presidente francés, François Hollande, calificó de “fundamentales” los compromisos de los socios del G7 con aspiraciones “realistas” para garantizar el éxito de la Cumbre del Clima que acogerá París a finales de año con el fin de buscar un sustituto global y vinculante para el Protocolo de Kioto a partir de 2020.
Los siete países más industrializados destacaron que el objetivo común es que el calentamiento global no sobrepase los dos grados centígrados con respecto a los valores preindustriales, lo que les obligará a reducir sensiblemente en las próximas décadas sus emisiones de gases que provocan el efecto invernadero.
En este contexto, apoyaron la meta fijada por Naciones Unidas para reducir las emisiones entre un 40 y un 70 % para 2050 y acordaron situarse en la parte alta de esa horquilla, aunque sin especificar objetivos concretos a nivel nacional.
Si el compromiso en torno al clima sorprendió por su ambición, la postura unánime del grupo frente a Rusia venía sugiriéndose ya desde el domingo, cuando Merkel y Obama defendieron mantener las sanciones contra Moscú “mientras no se implementen los acuerdos de Minsk y Rusia no respete la soberanía de Ucrania”.
El grupo fue ayer un paso más allá. “Si hiciera falta estamos dispuestos, aunque no lo queremos, a endurecer las sanciones”, señaló Merkel, aunque subrayando una vez más que todos los miembros creen que “el conflicto en Ucrania sólo puede resolverse de forma política.
En los capítulos dedicados al desarrollo y la salud, una apuesta personal de Merkel, los líderes del G7 se conjuraron para no olvidar las lecciones aprendidas en la reciente crisis del ébola ante el grupo de mandatarios africanos invitados a la última sesión de trabajo de la cumbre.
Ante la reunión de la ONU en septiembre, donde se debe negociar la Agenda Post 2015 que reemplazará a los Objetivos del Milenio, el G7 señaló una meta clara: sacar a 500 millones de personas del hambre y la desnutrición para el año 2030 en los países en desarrollo.
Además los líderes del grupo de siete acordaron “acelerar” las negociaciones sobre el polémico acuerdo de libre comercio entre la UE y EU (TTIP, por sus siglas en inglés).
Por su parte, las protestas de grupos de izquierda y anticapitalistas contra el G7 terminaron ayer sin nuevos incidentes horas antes de que se clausure también la cumbre de jefes de gobierno del grupo en el sur de Alemania.
El mismo día en que la cumbre anual del G7 cerró en Alemania con críticas hacia Rusia, excluida del grupo de las mayores potencias industrializadas por su actuación en el conflicto de Ucrania, Moscú señaló que su gobierno apuesta por el G20 como plataforma para solucionar problemas internacionales.

Obama se declara “frustrado” por el último revés para sus medidas migratorias

El presidente de EU, Barack Obama, se declaró ayer “frustrado” por el último revés sufrido por sus medidas migratorias para regularizar a cinco millones de inmigrantes indocumentados, después de la negativa de un tribunal de apelaciones a levantar la suspensión que hay sobre ellas desde febrero.
No obstante, el presidente recordó a los indocumentados que no se van a aceptar solicitudes para optar a esas medidas “hasta que se aclare la situación jurídica” en torno a su aplicación.

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