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Había acuerdo con el gobierno y aún así policías federales entraron con violencia en Tlapan, señalan

*Responsabilizan al gobierno estatal y federal del asesinato del activista del MPG Antonio Vivar Díaz. Los uniformados le pusieron las manos sobre la nuca y lo amarraron, lo subieron a una patrulla y lo llevaron al cuartel del Ejército donde le hicieron muchas preguntas, relata el profesor Juan Sánchez, uno de los ocho detenidos en las instalaciones de la CETEG

Carmen González Benicio

Tlapa

Profesores de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), activistas del Movimiento Popular Guerrerense (MPG), y el delegado de la colonia El Tepeyac responsabilizaron del asesinato del activista Antonio Vivar Díaz a los gobiernos estatal y federal.
Informaron que antes de la violenta irrupción de policías federales a la iglesia donde los vecinos tenían retenidos a policías federales en Tlapa, había un acuerdo de que éstos serían liberados en cuanto llegaran a la ciudad los ocho profesores detenidos por uniformados.
El integrante de la Comisión de Prensa y Propaganda, Arnulfo Cerón dijo que se hacía la denuncia pública por el atentado a los derechos de los ciudadanos, ya que la Policía Federal detuvo sin órdenes de aprehensión a los profesores que se encontraban en las instalaciones de la coordinadora, y entró a casas particulares.
La comisión Política de la CETEG valoraba ayer la presentación de una denuncia penal ante la autoridad correspondiente, y dijo que mientras algunos festejan un triunfo electoral, los maestros y vecinos de Tlapa están de luto en la revolución de conciencia que realizan, y que la lucha era desigual porque los policías tienen las armas y los manifestantes los palos.
El delegado Juan Salmerón mencionó que los policías federales le dijeron que iban por las camionetas robadas que tenían en esa colonia, y él respondió que por qué no habían ido antes de las elecciones, o en otro momento, pero que es claro que los uniformados “crearon el problema y la muerte del compañero”.
Agregó que seguirá la lucha, pero no caerán en provocaciones ni crearán grupos de choque, y no permitirán que la policía ni gente civil llegue a violentar a los vecinos de la colonia.
Contó que había un acuerdo de que la policía no entraría a la ciudad, así que no sabe por qué rescataron tan violentamente a los policías retenidos, y reconoció que al verse rodeados y con el gas lacrimógeno sobre los manifestantes, la gente se dispersó, muchos corrieron y otros se defendieron con palos y piedras para protegerse de la violencia de la Policía Federal.
Lamentó que la bala que mató a Antonio Vivar Díaz saliera de la iglesia donde estaban los policías, porque se confió en ellos, se les dieron las garantías de que no serían agredidos, y reconoció que su error fue no revisarlos para quedarse con las armas que llevab

Deslindó al MPG de la quema de la camioneta en el puente el río Jale porque no habían trazado esas líneas de acción y sólo tenían volantes para distribuir como parte de concientizar a la población de no acudir a las urnas “porque en las casillas no hubo violencia por lo que no entendemos porqué la Policía Federal vino a violentarnos”.
El integrante de la Comisión de Prensa y Propaganda de la CETEG, Arnulfo Cerón mencionó que se desconoce el origen de la quema de las tres patrullas, una grúa y la camioneta que transportaba, y los daños de la otra grúa y camioneta que se quedaron cercadas en la calle Aquiles Serdán, y señalaron a los policías federales de hacerlo.
Agregó que tienen información de que unos grupos andaban en motos y carros, intimidando disparando balazos.
Dijo que las colonias que llegaron a respaldar la acción ciudadana ante la irrupción violenta de los policías federales fueron la Zapata, Lázaro, Contlalco, Cuba, Loma Bonita, la Angostura y San Francisco, entre otras.
El profesor Juan Sánchez Gaspar, uno de los ocho detenidos en la primera irrupción violenta de policías federales a las instalaciones de la CETEG, contó que hacía un informe en su casa cuando vio que “traían a mi sobrino jalando y se habían metido al cuarto de mi hijo que estaba trabajando”, agregó que preguntó por el responsable para saber los motivos de la irrupción, porque eran sus familiares a quienes se estaba agrediendo.
Agregó que durante la agresión de los policías le preguntaron si era maestro y respondió que sí, “entonces tu brincaste”, le respondieron, y sin decir más le pusieron las manos sobre la nuca y le amarraron las manos, mientras le ponían la rodilla en la espalda lo levantaron y lo subieron boca abajo en una patrulla, que por lo caliente del sol, la lámina quemó su cuerpo.
El profesor dijo que se lo llevaron al 93 Batallón de Infantería del Ejército, donde le hicieron muchas preguntas sobre él y otros maestros y luego lo subieron con los otros detenidos a un helicóptero. Comentó que desconocía dónde fueron detenidos sus otros compañeros.
Raúl Sierra García comentó que él fue a entregar documentos a la Coordinadora para hacer algunas comprobaciones cuando lo detuvieron policías federales y dice que tuvo miedo porque le dijeron que no le aseguraban que regresara con vida.
Ambos coincidieron en que no les tomaron ninguna declaración ni los llevaron a la agencia del Ministerio Público, y que los llevaron a Acapulco porque los quería ver el gobernador Rogelio Ortega Martínez y tomarse una foto el en lugar.
Dijeron que no les explicaron por qué los detuvieron, y consideran que les violentaron sus derechos.
En la conferencia se gritaron consignas en honor al activista del MPG, Antonio Vivar.

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