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Recibe el gobernador, entre protestas, el Ayuntamiento de Apango que estaba tomado

“Fue la Policía Federal, no yo”, responde Rogelio Ortega ante reclamos por el asesinato de un activista del MPG en Tlapa. Encara al mandatario el padre de un estudiante de Ayotzinapa desaparecido y le pide ayuda para encontrar a los 43, “porque hasta ahorita no nos ha apoyado”. “Donde quiera que vamos nos atacan, nos agreden, y esa es una orden de ustedes a sus policías”, lo acusa

Zacarías Cervantes

Apango, Mártir de Cuilapan

Vecinos de Apango, cabecera del municipio de Mártir de Cuilapan, recibieron con protestas ayer al gobernador Rogelio Ortega Martínez quien acudió a recibir el Palacio Municipal, tomado desde el 26 de octubre por familiares y maestros que reclaman la presentación con vida de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa detenidos-desaparecidos por policías la noche del 26 de septiembre en Iguala.
Ortega Martínez llegó a las 3 de la tarde a esta cabecera municipal, de donde es originario Miguel Ángel Mendoza Zacarías, uno de los 43 estudiantes desaparecidos.
Lo esperaban familiares del joven y ciudadanos que mantenían en alto pancartas con consignas como: “Rogelio, de la revolución a la avaricia hay sólo un par de pasos en la brecha. El Che ya no es la foto en tu castillo. Hoy eres de ti mismo el mercenario”, “Rogelio, tu también tienes las manos manchadas de sangre: Tlapa, Antonio Vivar Díaz”, “Alto a la dictadura militar disfrazada de democracia”, “Alto a la militarización en el estado: Fuera” y “Un gobierno que solapa a asesinos no se le puede llamar gobierno que cumpla. Apango exige justicia”.
Quienes mantenían en alto las pancartas cuando vieron llegar al gobernador, al unísono gritaron: “Gobierno, farsante, que matas estudiantes”.
El gobernador iba acompañado del secretario de Gobierno, David Cienfuegos Salgado, y por el secretario de Seguridad Pública, Pedro Almazán Cervantes.
El movimiento social que mantenía tomado el Palacio Municipal estaba representado por el ex alcalde perredista e integrante de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), Gerardo Celino Flores, quien dijo que entregar el Palacio Municipal no significa que van a abandonar la lucha por la presentación de los 43 estudiantes detenidos-desaparecidos en Iguala, sino que “se trata de cambio de estrategias de lucha”.
Después, Estanislao Mendoza, padre del estudiante desaparecido Miguel Ángel Mendoza Zacarías, se paró frente al gobernador, afuera del Palacio Municipal aún cuando el edificio estaba cerrado y le dijo: “Hoy le pido que nos apoye para seguirlos buscando, porque hasta ahorita no nos ha apoyado, nunca le hemos ido a pedir nada a usted, y ahora quiero que se comprometa, que nos ayude a buscar a los muchachos y a hacer justicia”.
Demandó seguridad para todos los que andan en la búsqueda de los estudiantes, porque, le reclamó: “donde quiera que vamos nos atacan, nos agreden, y esa es una orden de ustedes a sus policías en contra de nosotros”.
El campesino siguió: “A nombre de mi familia que está pasando por estos momentos que no debió de pasar, le pregunto: ¿Usted si tuviera un hijo desaparecido, se quedaría callado?”.
El gobernador no alcanzó a responder porque una mujer del público respondió en tono de reproche: “ya lo hubieran encontrado con tanto militar que hay en el estado”.
El padre del desaparecido, continuó: “por eso mismo yo no me voy a quedar callado, voy a seguir buscándolo. No sé cómo dicen ustedes que tienen mucha tecnología y vinieron apenas a buscar por medio de satélites, por qué no lo hicieron antes, ya los hubieran encontrado, pero no. Si fuera su familia a los tres días los hubieran encontrado”.
En la concentración afuera del Palacio Municipal había unas 100 personas, mujeres, niños, hombres que llegaron para reclamar al gobernador lo que los gobiernos federal y estatal no han hecho para encontrar a los estudiantes.
Estanislao insistió: “a nombre de los demás padres que tienen hijos desaparecidos le pido que haga algo, porque esto ya no puede seguir así. Yo aunque esto se entregue (el Palacio Municipal) o se levante el plantón, no por eso voy a dejar de buscar a mi hijo, voy a seguir adelante”.
Ortega dijo, en referencia al levantamiento del plantón, que lo que sigue “es la ruta jurídica” en la que dijo que van a recibir el apoyo de su gobierno, y les pidió que no dejen “apagar la flama de la lucha por encontrar a los 43 estudiantes desaparecidos”.
Pidió que estén pendientes y protesten para que nunca más tengan gobiernos corruptos y vinculados al crimen organizado como el de Iguala, en referencia al ex alcalde perredista José Luis Abarca, a quien la PGR acusa de ser el responsable de la detención y desaparición de los muchachos de Ayotzinapa.
Otro asistente le gritó: “mataron a otro estudiante en Tlapa (en referencia a Antonio Vivar asesinado por policías federales el domingo tras las elecciones) y el gobernador respondió que: “fue la Policía Federal, no yo”.
Posteriormente se comprometió a que cuando termine su gobierno no habrá ningún preso político, y presumió que ya trasladó a Gonzalo Molina y a Arturo Campos, (dirigentes de la CRAC) a los penales de Chilpancingo y Ayutla, pero volvió a encontrar el reproche: “¿Y el gobernador de antes (Ángel Aguirre Rivero)?
Ortega respondió que el ex gobernador “cayó porque lo tumbó el pueblo” y otro ciudadano gritó: “el halconazo del 10 de junio no se olvida”.
Con el afán de congraciarse con los lugareños, Ortega Martínez les ofreció que antes de que termine su gobierno les resolverá el problema de escasez de agua y que, cuando ya no sea gobernador, “voy a volver aquí como ciudadano”, y nuevamente se escucharon gritos: “a ver si es cierto, hechos no palabras”.
Ortega terminaba su discurso mientras los asistentes en vez de aplaudirle le gritaron: “porque vivos se los llevaron, vivos los queremos”.
Cuando los manifestantes contaron del uno al 43, el gobernador los acompañó contando con los dedos de sus manos.

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