Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Jorge Camacho Peñaloza

La necesaria reconciliación

*La reconciliación es más bella que la victoria. Violeta Chamorro.

En la etapa más crítica desde la desaparición de poderes a consecuencia del movimiento popular estudiantil de 1960, cuando los guerrerenses se enconaron entre sí y se confrontaron con su gobierno estatal, el pasado domingo ocurrió el proceso político por antonomasia, se expresó la voluntad soberana de los guerrerenses, que es el origen del poder político, el consentimiento que cada uno de los candidatos elegidos recibió del electorado, ocurrió ejemplarmente la elección del supremo poder, la voluntad de la ciudadanía guerrerense.
Más allá de los lamentables y reprobables hechos de Iguala, del movimiento de los estudiantes de Ayotzinapa y de las organizaciones el torno al Movimiento Popular Guerrerense que cayó en una radicalización históricamente inédita, que amenazaba con impedir la expresión de la suprema voluntad de los guerrerenses, en medio de la inoperancia de los gobiernos del estado y federal, así como de la confrontación entre las distinta agrupaciones de policías comunitarias y su enfrentamiento con grupos de delincuencia organizada, y el enfrentamiento entre éstos que tuvo su máxima arena en la ilustre ciudad de Chilapa, la voluntad popular ciudadana salió a votar y a hacerse valer.
Sin embargo, paradójicamente, más allá de la importancia política de que la voluntad popular ciudadana haya elegido a su próximo gobernador, presidentes municipales y representantes al Congreso del estado, la realidad es que los guerrerenses continuamos en el desencuentro, en el encono, en la confrontación, situación que podemos superar si aprovechamos el impulso que ha dado de manera ejemplar la voluntad popular ciudadana guerrerense, convocando a la reconciliación todos los actores que hemos participado en el pasado proceso electoral, como una muestra de nuestra capacidad de coincidir por Guerrero.
Nada he hecho con tanta convicción en mi vida como el haber competido por ganarme el consentimiento de la voluntad popular guerrerense, me siento satisfecho por haber sido la cuarta elección de los guerrerenses de nueve posibles, y así como participé con la más alta convicción, hoy con mi sentido más demócrata reconozco el triunfo inobjetable de Héctor Astudillo Flores, principal responsable de la reconciliación de los guerrerenses.
A pesar del encono social en el que vivimos los guerrerenses, no ha habido una convocatoria sería a la reconciliación, ya es momento de que este encono sea reconocido en toda su magnitud por el gobierno del estado, de no hacerlo se continuará gobernando con alfileres, esperando que los guerrerenses olviden sus diferencias a base de beneficios otorgados por el gobierno, postergando la verdadera reconciliación.
La situación es difícil, ya el gobernador electo, Héctor Astudillo Flores, ha venido señalando que se vive una situación de descomposición social, pues como tal deben de delinearse de manera urgente las medidas que deben instrumentarse para lograr la reconciliación, ya no basta un simple acuerdo o pactos de civilidad, se requiere de una verdadera comisión estatal para la reconciliación de los guerrerenses, que funcione con un plan que establezca objetivos, metas, estrategias, acciones, compromisos, tareas, responsables, tiempos, mecanismos de evaluación.
La viabilidad del próximo gobierno no depende de las acciones de gobierno, depende de la reconciliación de los guerrerenses, de la capacidad de inclusión, articulación y suma de compromisos, de la promoción de la unidad en la pluralidad. Si no llega la reconciliación, la estabilidad del próximo gobierno continuará en riesgo.
Vuela vuela palomita y ve y dile: A todos los y las paisas que votaron por su servidor, que es un honor para mí haber recibido su elección, que serán para mí el motor para seguir en acción por un Guerrero generoso, pero para todos.

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