Los ocho de Tlapa fueron detenidos por los federales “en flagrancia”, dice Rogelio Ortega

*En el rescate violento de los policías “nosotros no participamos, eso que quede perfectamente claro”, reitera el gobernador. La “radicalidad” rebasó al movimiento de protesta, afirma sobre los hechos en la iglesia de la colonia Tepeyac en que fue asesinado Antonio Vivar

Anarsis Pacheco Pólito

Chilpancingo

La decisión del rescate militar de los policías federales retenidos en Tlapa, durante el cual fue asesinado el profesor Antonio Vivar, se dio después de que él perdió interlocución con los familiares de los ocho detenidos en Tlapa, dijo ayer el gobernador Rogelio Ortega Martínez.
En entrevista en el programa radiofónico Atando Cabos de la periodista Denise Maerker, el gobernador también dijo, sin dar detalles, que policías federales detuvieron “en flagrancia” a los seis maestros y dos vecinas, que fue lo que detonó la movilización de los colonos de El Tepeyac, que retuvieron a 30 agentes y los llevaron a la iglesia como garantía para la libertad de los ocho detenidos.
La periodista le preguntó al gobernador sobre la negociación que se entabló durante la retención de policías federales en la iglesia de la colonia.
“Sí, desde el principio, desde el inicio las cosas iban marchando bien en el proceso electoral en Tlapa, hacia las 3 de la tarde incendiaron una camioneta y fue ahí cuando se fue incrementando el clima de tensión”, dijo.
Ortega Martínez narró a la conductora su versión de los hechos ocurridos en Tlapa el domingo y recordó que fueron detenidos y trasladadas ocho personas por la Policía Federal a la ciudad de México, por la fabricación de bombas molotov.
Dijo sin precisar que a los ocho los detuvieron “en flagrancia”, cuando la versión de los dirigentes del Movimiento Popular Guerrerense (MPG) es que fueron detenidos en el local de la Coor-dinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG), que seis son maestros y dos son vecinas de la colonia El Tepeyac.
También confirmó que “los trasladaron al DF, yo intervine y generamos una negociación con el movimiento popular de Tlapa, con los jefes de la Policía Federal para que los regresaran a Guerrero”.
Dijo que esperaba que con su intervención se iba a distender el ambiente, para que concluyera la jornada electoral con tranquilidad.
Relató que cuando fueron regresados al estado los detenidos, la Policía Federal los entregó en la oficina del gobernador en Chilpancingo, donde se tomaron fotos y se comunicaron con sus familiares para informarles que serían enviados a Tlapa.
Aseguró que por cuestiones climatológicas no fueron trasladados en helicóptero a Tlapa, y determinaron que era conveniente mandarlos en camionetas blindadas con dos subsecretarios.
“No era necesario que el movimiento siguiera con beligerancia, ya estaban liberados los detenidos y rumbo a Tlapa, ellos insistían en que se trasladaran en helicóptero, yo hice los mayores esfuerzos, pero usted sabe que llega un momento en la tarde y sobre todo viajando hacia La Montaña, que ya no es posible realizar este tipo de maniobras, de haber sido posible yo no tenía inconveniente, por eso se mandaron por tierra”, agregó.
Insistió en que por parte del movimiento magisterial continuó la beligerancia, a pesar de que se acordó que se replegaran los federales a los que tenían rodeados en la capilla donde fueron encerrados.
“Cuando las partes se radicalizan se va derechito a la tragedia y hay voces que se advierte y yo lo estuve advirtiendo casi con ruegos”, agregó.
–¿Que temían que hicieran con los policías? –le preguntó la conductora.
–No, nada, solamente era un operativo de intervención para evitar acciones violentas, y sobre todo que son generadas, lo que anunció su movimiento, boicotear el proceso electoral, eso es un delito. Ya ahí hay una situación de desbordamiento.
–¿Que es lo que desborda?
–El ánimo de agredir a la Policía Federal, cuál otra… yo no vería otra… Empezaron a desnudarlos, les quitaron sus pertenencias.
Cuando el gobernador insinuó que los policías habían sido desnudados, la periodista preguntó cómo es que sabía eso, y el gobernador dijo que a través de los líderes con los que había tenido interlocución.
Denise Maerker insistió en la pregunta de qué forma le dijeron que los estaban desnudando, y Rogelio Ortega corrigió y cambió diciendo que los habían despojado de sus pertenencias y que no recordaba con quién había hablado.
“Fueron dos momentos de flexibilidad, uno que me entregara la Policía Federal a los detenidos, y decirles (a los mediadores en la negociación para liberar a los ocho mestros) ya se hizo esto, yo les garantizo que van a llegar allá sanos y salvos; dos, que se repliegue la Policía Federal a la capilla, que estaba a una cuadra, se replegaron y seguía la beligerancia, ellos tienen granadas lacrimógenas, en algún momento cuando ellos sientan que el hostigamiento es extremo por parte de ustedes van a intervenir, y van a intervenir violentamente, entonces mejor ustedes deben replegarse, y no lo hicieron … y no lo hicieron, entonces cuando se extralimitan las partes se llega a la tragedia”, consideró.
–¿Cual es el instante en que ocurre, qué detona la decisión de que vayan la Policía Federal y el Ejército?
–No son minutos ni segundos, es un proceso prolongado de dos o tres horas y de insistencia de mi parte, de decir no tiene sentido que hagan eso.
–¿Ya se había suspendido la negociación, fue a la mitad de la negociación, usted advirtió a ellos que no había solución negociada por su intransigencia?
–Se les desbordó… la radicalidad los rebasó, se replegaron, ya habían entrado a la capilla, ahí continúa la radicalidad y llegó un momento en el que el mando de la Policía Federal solicitó el apoyo del Ejército, interviene para rescatar a los 30 federarles.
–¿De lo que fue usted avisado?
–Yo… no… sí… sí… no solamente fui avisado, se nos pidió que interviniéramos con policías estatales –respondió con titubeos el gobernador.
La periodista intentó preguntar al gobernador Rogelio Ortega si había dado por terminada la negociación, pero antes de concluir la pregunta, de manera ansiosa y presurosa el gobernador la interrumpió diciendo “yo nunca di por terminada la negociación, en primer lugar porque nunca tuve interlocución alguna con los policías federales detenidos, yo siempre fue con los liderazgos”.
Relató que durante el diálogo que sostuvo con los familiares de los manifestantes detenidos, ellos mismos le comentaron que ya no podían hacer nada.
Repitió el gobernador una frase de su interlocutor en el diálogo: “La radicalidad nos rebasa, ya no nos están haciendo caso, incluso a nosotros mismos nos están agrediendo”.
–¿Es en ese momento en donde se toma la decisión de que haya una intervención para rescatarlos?
–Sí, y nosotros no participamos, eso que quede perfectamente claro.
La periodista le preguntó al gobernador por qué no participó el gobierno del estado en el operativo de rescate, y éste contestó: “Nosotros íbamos al tema de la elecciones, nosotros estábamos cuidando el Zócalo fundamentalmente y patrullando para que no se violentara”.
El gobernador insistió durante la entrevista en que él estaba dialogando para que se pudieran realizar las elecciones, incluso relató que se trasladó de Acapulco a Chilpancingo para dirigir los trabajos de coordinación para el éxito de las elecciones.
“Me tuve que trasladar a Chilpancingo para dirigir desde Chilpancingo los trabajos de coordinación, para el éxito de la elección, en especial los diálogos con algunos liderazgos con los que habíamos acordado que no realizarían acciones violentas, por eso me fui de Acapulco a Chilpancingo, entonces de ese tramo yo ya estaba en Chilpancingo y fue cuando intervine para que me entregaran a mí, en mi oficina a los ocho detenidos”, comentó.
El gobernador dijo que el fiscal general de Guerrero, Miguel Ángel Godínez, deberá revisar el proceso de investigación sobre el asesinato del activista Antonio Vivar, para realizar el deslinde de responsabilidades correspondiente.
Por último, la periodista insistió en preguntarle de qué calibre es la bala que mató al maestro, pero dijo que esa información no la tenía y sólo se le puede preguntar al fiscal, para que dé su versión.