Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Félix Castellanos Hernández

El Bronco de Nuevo León y el Guerrero bronco

Han pasado ya varios días de la realización de la jornada electoral y salvo algunas excepciones ya se están conociendo los resultados electorales, por supuesto que se deben esperar los fallos de los tribunales competentes para conocer los resultados definitivos.
A reserva de que más adelante podamos hacer algunos ejercicios de análisis político de la situación estatal a mayor detalle, por hoy nos abocaremos a la situación electoral del municipio de Acapulco y del estado de Guerrero en general.
Después de los abominables hechos de Iguala, que a todos nos avergüenzan y nos comprometen, todos suponíamos que la violencia, la delincuencia, la corrupción, el nepotismo y otros males que aquejan a nuestra entidad, iban a generar que la jornada electoral fuera nula o de muy poca participación ciudadana.
Incluso, unos proponían que se cancelaran las elecciones o de lo contrario realizarían una serie de acciones para impedirlas.
Pero asombrosamente para todas y todos, hubo una gran participación ciudadana, una vez más queda demostrado que la mayoría de nuestra sociedad le apuesta a las vías pacíficas, políticas y electorales.
La elección a gobernador la ganó Héctor Astudillo Flores postulado por el PRI-PVEM, diversos sectores de la sociedad organizados e infinidad de mujeres y hombres sin partido u organización que creyeron en su proyecto de orden y paz.
La presidencia municipal de Acapulco es obtenida por Evodio Velázquez Aguirre, candidato del PRD-PT, diversas organizaciones sociales y ciudadanas y ciudadanos que están convencidos que lo nuevo es mejor.
Tengo la fortuna de conocer a ambos, incluso puedo afirmar que son mis amigos, no coyunturales, sino de hace muchos años, los conozco plenamente y se dé su compromiso para con su pueblo, para con su municipio y para con Guerrero.
Sé que ambos esperaban con ansias y con interés esta gran responsabilidad, conozco sus fortalezas y sus capacidades políticas y por ello estoy convencido que harán su mayor esfuerzo para que coordinadamente en el marco de la Constitución y de las leyes respectivas y con la participación de toda la sociedad saquemos adelante a Acapulco y a Guerrero.
¿Pero que está sucediendo con algunos actores políticos que fueron protagonistas en esta contienda electoral?
Empezaron a descalificar el proceso electoral, a las instituciones electorales (que serían las mismas si ellas o ellos hubieran ganado), señalan que se rebasaron los topes de campaña, que hay vínculos con la delincuencia organizada, que aparecieron los vicios añejos que todos ya dábamos por enterrados: el carrusel, la tamalada, el ratón loco, el acarreo, etc, y concluyen diciendo que acudirán a los tribunales para impugnar la elección.
¿Pero que acaso no se dieron cuenta en sus recorridos que la gente ya está cansada de tanta confrontación, de demasiada descalificación, que no observaron que ya estamos saturados de violencia? ¿Por qué seguir apostándole a la ruta del rencor, del encono, de la insensatez, de la inestabilidad y de la ingobernabilidad?
¿Por qué no abonar a la reconstrucción y a la reconciliación de todas y todos los guerrerenses¿ ¿Por qué no poner por delante el proyecto único que tenemos todos que es Guerrero, y empezar a trabajar para dejar en el olvido esos índices de pobreza y marginación que nos ubican en los vergonzantes primeros lugares? ¿Por qué no instalar una mesa de conciliación y concertación para delinear los programas urgentes para los primeros 100 días de gobierno? ¿Por qué no pensar en instalar un foro permanente con la sociedad para ir diseñando los planes trianuales y sexenales de gobierno? ¿Acaso no podemos?
¿Por qué no voltear los ojos hacia Nuevo León y observar y aprender cómo el candidato ciudadano hoy gobernador electo Jaime Rodríguez Calderón mejor conocido como El Bronco, convocó a todos los candidatos perdedores a una mesa de trabajo y a la cual acudieron todos sin excepción a exponer sus principales propuestas para ser incorporadas en los programas gubernamentales? ¿Acaso allá hay más madurez, sensatez, responsabilidad y tienen más amor por su estado que nosotros?
No podemos permitir que El Bronco de Nuevo León nos dé lecciones de civilidad política a los actores electorales de Guerrero; nuestra historia, nuestras tradiciones, nuestra cultura, nuestro compromiso, nuestro amor por Guerrero debe anteponerse a nuestros intereses personales, de grupo o de partido.
El Bronco de Nuevo León nos ha puesto el ejemplo, pero el Guerrero bronco debe sacar la casta, la responsabilidad, la concordia y la reconciliación para construir un mejor Guerrero que ya nos merecemos. Nuestra historia nos obliga.

468 ad