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Hacer sentir el orgullo de ser mexicano, el compromiso de estar con Amalia Hernández, dice bailarín guerrerense

*Alfonso Meraza Prudente salió de San Jerónimo para bailar con el reputado Ballet Folclórico de México en diversos foros del mundo

Óscar Ricardo Muñoz Cano

Para el bailarín guerrerense Alfonso Meraza Prudente bailar es una de las mejores formas de expresarse; “es importante y a mí me gusta hacerlo, a través de mi cuerpo, y en este caso con el folclor de México”.
En julio, Alfonso Meraza Prudente cumple cinco años de trabajar como bailarín profesional, y de la mano del Ballet Folclórico de México de Amalia Hernández (único guerrerense de la compañía entre decenas de bailarines). En entrevista explica que “no se tata de poder representar un trabajo sino hacer que quienes lo vean se puedan identificar con él y sentirse orgullosos de lo que somos, mexicanos, porque lamentablemente todo lo que es cultura y folclor se está perdiendo”.
El joven y espigado bailarín comentó además que como muchas otras actividades de la vida, el baile requiere “no tenerle miedo a la disciplina, al contrario es satisfactorio luchar y ver el resultado de esa lucha como bailarín, como arquitecto, como doctor”.

Contra el “no se puede”

“Nací en San Jerónimo y empecé desde pequeño, en los festivales, en las escuela, con el apoyo de mis padres y no lo había visto como algo serio hasta la prepa debido a que muchas personas me hicieron dudar con la idea de que esto no es una carrera y que es sólo un hobby, pero yo decidí hacerlo mi vida y posteriormente vine a Acapulco a estudiar en la Academia Mexicana de la Danza y ahí me ejercí como maestro, luego di clases en un colegio privado y trabajé con un ballet independiente.
Para ese entonces, agregó, “yo ya me había estabilizado, era independiente, ganaba más o menos pero aun tenía el sueño de bailar el ballet de Amalia Hernández”.
Dicho sueño, “nació cuando una vez en internet los vi y me dije precisamente esto es lo que quiero hacer: colaborar en un espectáculo mexicano pero muy profesional; recordemos que es la más grande compañía de baile regional del país, del mundo, así que empecé a investigar para acercarme”.
Meraza Prudente aceptó que el miedo por cambiar de aires era importante; “mucha gente me metió la duda sobre que no se iba a poder, que el nivel de exigencia era mucho, y me di cuenta que somos nosotros mismos los que al final de cuentas nos limitamos; tenemos mucho miedo de salir a la ciudad, hacer un casting, una prueba y de repente, de la nada, busqué sus teléfonos, llamé, hice cita y me fui, de un día para otro, y mira, me quedé con ellos”.
Efectivamente, dijo, se trató de un periodo de trabajo muy intenso, “tomé clases de danza experimental, independientemente de que te enseñan el repertorio de coreografías del ballet y con el tiempo llegué a la compañía Residente, la que siempre está en la ciudad (de México) mientras la Primera compañía sale a dar funciones especiales, al extranjero”.
En ese sentido, el bailarín hizo énfasis en que el ballet es ya ahora con los años (se fundó en 1952) una gran organización “con decenas de personas trabajando y yo la verdad  he vivido, he crecido ahí, la disciplina, la entrega es algo que aprendes y es sin duda algo de lo más importante”.
“Eso, más la pasión por lo que haces, por lo que te gusta y en mi caso es bailar y más en esta compañía que lleva lo mexicano a todo el mundo”.
Con dos años en la Primera compañía, el guerrerense recordó con orgullo viajes a Sudamérica, Estados Unidos u Omán, en los Emiratos Árabes, y presumió con orgullo un viaje a Londres para el mes de julio, no obstante aseguró que su patria está en San Jerónimo, en la Costa Grande de Guerrero.

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