Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Humberto Musacchio

Los órganos electorales salen malparados

El Instituto Electoral del Distrito Federal ordenó investigar a cinco funcionarios del consejo distrital 7 de la delegación Gustavo A. Madero, señalados por su participación activa en la campaña del candidato Hugo Lobo, como puede ser el caso de Verónica Muñoz Durán, responsable de la coordinación del IEDF en la colonia Industrial y esposa de un destacado miembro del equipo de campaña del citado candidato, Omar Mariel Trip Reyna, de quien se dice, medio en broma medio en serio, que quien con Lobos anda a aullar se enseña.
El IEDF ordena investigar al grupo de pobres diablos denunciados, pero el hecho es que es el propio presidente del Instituto, Mario Velázquez, quien está en entredicho, pues se le acusa de alterar material electoral para dar el triunfo al candidato perredista, el multicitado señor de cánido apellido. Obran en poder de todos los partidos copias de las actas de casilla, y varias de ellas, ya entregadas al Instituto Electoral capitalino, fueron groseramente alteradas para beneficiar a Lobo. Sin embargo, el IEDF, juez y parte, se negó al recuento voto por voto, lo que augura que continuará el pleito.
Para pesar de la democracia, son varias las delegaciones en las que los amarillos se pasaron de roscas con la bendición del presunto árbitro electoral. Incluso, en Coyoacán empleados de la delegación se dedicaron durante varias semanas a colocar propaganda del sol azteca y a destruir propaganda de sus rivales, llegando al extremo de agredir con pistolas de diábolos a sus opositores. Y el IEDF no se dio por enterado.
Igualmente, los consejeros del IEDF prefirieron voltear para otro lado mientras el señor Héctor Serrano, secretario de Gobierno de la ciudad de México, dirigía la campaña del perredismo chilango y soltaba dinero a manos llenas, con tal ineptitud, que resultó tan perdedor en la jornada electoral como los dirigentes perredistas. Pero ya salió Miguel Ángel Mancera a defender a su subordinado, lo que augura un largo y muy agrio enfrentamiento con Morena.
En Guerrero las cosas no estuvieron mejor. Andrés García, candidato del Partido Humanista a la alcaldía de Acapulco, denunció que le robaron votos. “Me vaciaron las urnas… Es la única explicación que encuentro –dijo? por la cantidad irrisoria de votos que mencionan” (le reconocen sólo 2 mil). El actor declaró que, pese a la vigilancia del Ejército, deambulaban por el puerto camiones con civiles que advertían: “No salgan de sus casas, no salgan a votar porque los pueden matar”. Además, el partido que lo propuso no le brindó ayuda alguna y que él tuvo que pagar de su bolsillo a la gente que lo representó en los centros de votación, hecho que probablemente lo llevó a rebasar el tope de campaña. En esas condiciones, ni Chanoc ganaría una elección.
Pero si los consejeros electorales locales y otras autoridades han tenido una actuación lamentable, lo ocurrido con el sistema de conteo del INE ha sido la bomba que destruyó la poca confianza que se podía tener en el INE, cuyo consejo está integrado no por árbitros imparciales, como sería lo republicano y decente. No, los señores consejeros son los representantes de los partidos que ahí los impusieron, y la mayoría absoluta la tienen el PRI y sus comparsas.
Para empezar, resulta sospechoso que el INE tenga dos sistemas de conteo de votos, el de internet y el de intranet, y que uno sea para consumo externo y el otro para ser manejado dentro del Instituto. La semana pasada, el sistema de conteo de internet en cierto momento llegó a sumar más del ciento por ciento de casillas computadas (100.66 por ciento), pero las autoridades del Instituto no se percataron del hecho porque ellos seguían el conteo en intranet.
Lorenzo Córdova arguye que se trató de un mero error informático, pero lo cierto es que el sistema de internet daba 305 mil votos más al PRI que el de intranet; al Movimiento Ciudadano le carrancearon mil votos en el distrito 4 de Zapopan a favor de… sí, del PRI. Por su parte, el Partido del Trabajo, que está en un tris de quedarse sin registro, “perdió” cien mil votos en un salto cibernético.
En fin, que los 18 mil empleados del Instituto Nacional Electoral y el sistema informático que nos cuesta a los ciudadanos 112 millones no ha servido para maldita la cosa. O sí, para favorecer al PRI y sembrar la desconfianza en un electorado que va de decepción en decepción.

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