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Pone en alerta a Lula la prisión de empresarios acusados de corrupción: Folha de Sao Paulo

DPA / EFE

Brasilia / Sao Paulo

El arresto de los presidentes de las dos mayores constructoras de Brasil, por sus nexos con la red de corrupción en Petrobras, puso en estado de alerta al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, a su antecesor Luiz Inacio Lula da Silva y al gobernante Partido de los Trabajadores (PT).
Según reporta ayer el diario Folha de Sao Paulo, el ex mandatario dijo a allegados que la prisión del dueño de la constructora Norberto Odebrechet, Marcelo Odebrecht, y del presidente de Andrade Gutiérrez, Otavio Marques de Azevedo, es una demostración de que él será el próximo blanco del juez responsable del caso Petrobras, Sérgio Moro.
El estrecho vínculo de Lula con Odebrecht ya ha levantado suspicacias e incluso, según la revista semanal Veja, el Ministerio Público (Fiscalía) investiga el tenor de ese relacionamiento, que se intensificó después de que Lula dejara el gobierno nacional, en 2010.
El temor del ex mandatario es que por no tener fuero privilegiado, como tienen políticos en ejercicio de cargos públicos, puede ser llamado a declarar en calidad de testigo, en cualquier momento.
Por otro lado, Lula da Silva criticó la gestión de su sucesora y correligionaria Dilma Rousseff durante un encuentro con líderes religiosos celebrado el jueves en Sao Paulo, según publicó ayer la prensa local.
En un artículo de portada, siempre citando frases textuales atribuidas al ex presidente, el diario O Globo de Río de Janeiro señaló que durante el encuentro con los líderes de varias religiones, Lula comentó que era un “sacrificio” convencer a Rousseff de viajar por el país.
Así también, solo el 10 por ciento de los brasileños aprueba al gobierno de Rousseff, que es reprobado por el 65 por ciento, reveló una encuesta del instituto privado Datafolha, divulgado ayer.

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