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Dan atención médica al campesino ecologista preso desde hace 10 años sin sentencia

Magdalena Cisneros

El preso Gerardo Cabrera González, integrante de la Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán, lamentó la incapacidad de los órganos de impartir justicia para dictarle sentencia cuando ya tiene 10 años recluido en la cárcel, tiempo suficiente para hacerlo, sobre todo cuando, dijo, es inocente.
Por el delito de homicidio en contra de dos personas también están detenidos sus dos hermanos, Rodolfo y Palemón Cabrera González, quienes tienen ya siete años en la cárcel, también sin sentencia.
Cabrera González recibió la visita del secretario de Seguridad Pública, Ramón Almonte Borja acompañado de un médico, quien ordenó nuevos estudios para el preso ecologista, del que consideró tiene problemas en las vías urinarias, aunque precisó que de acuerdo con los estudios tiene fiebre tifoidea pero sus niveles son mínimos.
Almonte Borja, acompañado del médico Antonio Díaz Ramírez, visitó a Cabrera González quien hace unos días denunció que padece fiebre tifoidea desde hace un año y no tenía atención médica en la cárcel. Al respecto hace unos días el funcionario estatal dijo que lo visitarían doctores de la dependencia.
Ayer, en la dirección del Cereso de Acapulco, estuvieron los funcionarios con el campesino ecologista. Almonte Borja le preguntó sobre el proceso por el que estaba recluido y Cabrera respondió que estaba acusado de homicidio calificado y lesiones y que tiene 10 años preso sin sentencia.
Gerardo Cabrera dijo que tiene muchos dolores de cabeza cuando hace calor y escalofríos cuando hace frío y un leve ardor para orinar.
Almonte Borja habló por teléfono con el secretario de Salud, Lázaro Mazón Alonso para que envíe un epidemiólogo a la cárcel, para que revise a Cabrera González; y ordenó que en la ambulancia de Protección Civil trasladaran ayer mismo al campesino ecologista al hospital.
El funcionario estatal preguntó por qué los reclusos enfermos tienen que ir al hospital general, ubicado en Ruiz Cortines, cuando está más cerca el hospital en Ciudad Renacimiento y la doctora le dijo que así están los convenios desde hace algunos años.
La médica de guardia de la cárcel, Blanca Luz Marín mostró los resultados de los últimos estudios que le hicieron a Cabrera González que muestran que sí tiene fiebre tifoidea porque había presentado epidemiología de esta enfermedad. Dijo que el recluso antes de su ingreso a la cárcel tuvo fiebre tifoidea y paludismo. La doctora aseguró que no lo habían enviado al hospital por el equipo de traslado, no por omisión médica.
Por su parte, el médico de la Secretaría de Seguridad Pública le tomó la presión, lo revisó, preguntó sus padecimientos. Dijo que los resultados sobre fiebre tifoidea muestran que fueron positivos pero con muy bajos porcentajes.
El doctor ordenó diferentes estudios, además de sangre y orina, como placas de tórax y ultrasonidos para descartar otras enfermedades como tuberculosis o infecciones de vías urinarias.
Más tarde el médico Antonio Díaz Ramírez afirmó que para él, Cabrera González tiene un problema de “hiperplasia prostática beninga, un problema de vías urinarias”, y que esperarían los resultados de los exámenes que ordenó para el caso.
Afirmó que posiblemente tuvo antes un problema de fiebre tifoidea pero que en los estudios de laboratorio hay “titulaciones” bajas.
Reiteró que considera que es un problema de próstata, que había retención urinaria, hinchazón de las manos, elevación de la presión arterial y dolores de cabeza.
Por su parte, la médica de guardia de la cárcel dijo que Cabrera González está estable. “Los parámetros no son indicativos de una fiebre que realmente haya elevado el rango que ya traía, sino que son secuelas de lo que ya había presentado en el exterior” e indicó que no son de riesgo porque de acuerdo con los parámetros de los estudios son muy mínimos.
En entrevista Cabrera García reiteró que de un año a la fecha “casi no” ha tenido atención médica en el reclusorio, sólo un tratamiento que envió epidemiología.
“Para mí es fiebre tifoidea, los síntomas que yo he sentido son los mismos, el paludismo me daba frío y vómito, pero de los dolores de cabeza y eso son los mismos que me han dado cuando en el exterior me dio fiebre tifoidea”.
Lo encarcelaron por una acusación falsa, los supuestos testigos se retractaron, pero el juez no resuelve el caso
Afirmó que 10 años es tiempo suficiente para que los órganos de impartir justicia dictaran una sentencia por delito del que lo acusan, y criticó que hay casos de presos que cuando les dictan sentencia ya tienen dos o tres años que las cumplieron.
“Un caso muy conocido, un señor, que ya se fue libre, le dieron 8 años de sentencia y ya llevaba 10 años, ya había cumplido 10 años cuando su sentencia fue de 8, y era del fuero común”.
Explicó que por el delito de portación de armas por el que lo acusaban lo sentenciaron a 10 años, pero con la aplicación de una reforma hubo una reducción de tiempo para que fuera 4 años. Justo cuando ya tenía 4 años con casi dos meses recluido en la cárcel, le dieron la boleta de libertad por este delito.
Cabrera González sostuvo que es inocente del asesinato de dos personas, y que los testigos que presentaron para inculparlo son “sembrados”.
Indicó que uno de los testigos en su contra se presentó a declarar seis años después de que él estuvo en la cárcel y porque lo llevaron con la fuerza pública.
“Los testigos en su declaración dicen que ellos nunca declararon ante un juzgado, que los llevaron a una casa y les dijeron que firmaran los documentos porque les iban a dar un crédito para un alambre, porque son campesinos del municipio de Petatlán, en su declaración dijeron que nunca me habían visto, que no me conocen, que nunca estuvieron en ese lugar de los hechos ni conocen ese lugar”.
Ejemplificó que en el expediente está que uno de los testigos que declaró en su contra decía que estaba comprando cerdos, pero que cuando se presentó a declarar afirmó que “nunca en la vida ha comprado marranos ni ha tenido carro tampoco, y supuestamente andaba en un carro comprando marranos”.
También recordó que una de las personas que lo acusó fue Faustino Rodríguez Sánchez –padre de uno de los muertos– quien dijo que vio cuando él disparó, pero que el lugar donde hay pinos y encinos es extremadamente oscuro; además señaló que quienes dispararon estaban encapuchados.
“Es pura mentira, realmente andaba con el ejercito patrullando, andaba de madrina, Faustino Rodríguez Sánchez. Como andaban en la noche un grupo con otro, se tiraban entre ellos mismos. A alguien tenían que ponerle que hizo ese hecho; el Ejército no va a decir que fue por su incapacidad (que) se dieron entre ellos, y ahí en ese momento fue que falleció el hijo y otra persona civil. Del Ejército no falleció nadie, por ese problema nos dejaron una orden de aprehensión”.
Mencionó que tenía un abogado particular pero como no avanzaba su caso está con uno de oficio sólo para que haga los trámites que se requieran no para que lo defienda directamente.
“Al órgano de impartir justicia que ya me dicten sentencia, ya, para hacer los trámites legales, ya fue con tiempo suficiente”.
Indicó que hubo un caso de una persona acusada de homicidio que fue sentenciado a 19 años de prisión pero cuando le dieron la sentencia ya llevaba 10 años recluido, por eso fue preliberado.
En su caso, dijo que si le dictan una sentencia de 10 o 15 años ya correspondería su preliberación, pero enfatizó que es inocente de los delitos que lo acusan. “Sí, soy inocente, yo nunca estuve en el lugar de los hechos”.
Dijo que si los encargados de dar sentencia tienen dudas que manden a traer a los supuestos testigos para que los interroguen directamente, y se percaten, dijo, de que nunca estuvieron en el lugar de los hechos ni lo conocían a él y a sus hermanos.
Cabrera González fue detenido en el 2001 en Petatlán acusado de participar en el asesinato de Isabel Rodríguez Manríquez y Mónico Díaz Torres. El principal acusador, Faustino Rodríguez –padre de Isabel Rodríguez– murió hace dos años.
Fue el Ejército quien lo detuvo en su casa, en la comunidad de Banco Nuevo, “supuestamente con un arma”. Sus tres hermanos fueron detenidos posteriormente acusados por el mismo delito, y uno de ellos al ser menor de edad y después de ser enviado al tutelar de menores fue puesto en libertad.

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