VÃctor Cardona Galindo
PÃGINAS DE ATOYAC
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* El ParaÃso (Treceava y última parte)
VÃctor Cardona GalindoLa noche del 17 de junio de 1991, el Congreso estatal destituyó a Amadeo Valdez Rayo y nombró en su lugar como sÃndico al cetemista Carlos SolÃs MartÃnez, y en la madrugada, para amanecer 18, cientos de policÃas antimotines de la Dirección de Seguridad Pública Estatal y de Tránsito desalojaron a 35 perredistas que tenÃan 27 dÃas haciendo guardia en el Palacio Municipal, en protesta por la designación de Evodio Argüello de León.
En la operación hubo 12 detenidos. Se hablaba de la participación de 250 elementos de seguridad pública, readaptación social y tránsito encabezados por AgustÃn Montiel López, “el hombre fieraâ€, lo llamó una dirigente del movimiento, Guadalupe Galeana MarÃn. Los detenidos fueron llevados al Centro de Readaptación Social de Acapulco y luego puestos en libertad tras amenazarlos. DÃaz antes Montiel se habÃa presentado borracho, con sus guardaespaldas, al plantón y habÃa advertido que tenÃa un pequeño ejército de 5 mil policÃas estatales.
Ese 18 de junio por la mañana, los policÃas estatales se apostaron en todos los caminos, las “perreras†negras circulaban por toda la ciudad y los antimotines rodeaban la plaza con escudos y toletes. Luego el centro de la ciudad fue pintado de un solo color. Cuando cayeron los estatales, los perredistas que cuidaban el Palacio estaban dormidos y fueron sorprendidos, quisieron reaccionar cuando ya los uniformados estaban encima. Solamente Porfirio Alarcón intentó usar su M1 y se encañonó con la policÃa, pero debido a que ya llevaban a Hermenegildo GarcÃa Villalba como rehén tuvo que soltar el arma.
De los detenidos ese dÃa recuerdo a Heriberto Muñoz Castillo, Ulises Flores Santiago, Pascual Mesino, Aarón Corona, Hermenegildo GarcÃa Villalba y al mismo Porfirio Alarcón. Entre otros perredistas que habÃan sido policÃas municipales. Después del desalojo la dirigencia perredista se congregó en la colonia Antonio Campos en la calle Juan Ãlvarez Sur.
Ese dÃa, frente a la casa de doña MarÃa ManrÃquez de Campos la policÃa del estado encabezada personalmente por AgustÃn Montiel López detuvo a Mario Valdez Lucena a quien confundieron con Wilibaldo Rojas Arellano. A Lucio Castillo Gervasio, que estaba también fuera del domicilio platicando con Mario, le quitaron su machete envainado y con él mismo le dieron sus fajos. Lo soltaron bien calientito.
Valdez Lucena fue trasladado a la oficinas de recaudación de rentas donde fue identificado por un agente de Gobernación, quien constató que se trataba de Mario Valdez y no de Wilbaldo Rojas, aun asà fue sometido a tratos crueles y llevado en una “perrera†hasta el Cereso de Acapulco, donde luego fue liberado con los demás detenidos en la madrugada.
Al dÃa siguiente del desalojo perredista, 36 representantes de diversas agrupaciones y organizaciones de Atoyac firmaron un documento en el que reconocÃan y respaldaban como alcalde a Evodio Argüello de León. Después el 27 de junio en una reunión convocada por el gobernador José Francisco Ruiz Massieu, a la que asistió Rubén Figueroa Alcocer presidente del Comité Directivo Estatal del PRI; RosalÃo Wences Reza, dirigente estatal del PRD y Wilibaldo Rojas Arellano, Guadalupe Galeana MarÃn entre otros lÃderes del movimiento en Atoyac, quedó resuelto y conciliado el conflicto polÃtico.
En esa reunión RosalÃo Wences Reza demandó ante el gobernador el desistimiento de acción penal contra nueve militantes del PRD, que participaron en la toma del Ayuntamiento de Atoyac. ExistÃan órdenes de aprehensión en contra de Wilibaldo Rojas Arellano, Mario Valdez Lucena, VÃctor Cardona Galindo, Elio Dionisio Ponce y Fulgencio Hernández BenÃtez. Esa vez Ruiz Massieu le regaló una camioneta al PRD, para sus actividades, era una Ford blanca del año.
Después de esas negociaciones se integró el Ayuntamiento encabezado por Evodio Argüello de León, prominente y miembro del grupo de El ParaÃso para gobernar lo que quedaba de 1991 hasta 1993. El periodo de 1989 a 1993, fue de cuatro años por una reforma del gobernador José Francisco Ruiz Massieu. La comuna atoyaquense quedó integrada por Carlos SolÃs MartÃnez como sÃndico y como regidores Zoila Hernández Flores, Victorino Castillo, y Andrés Reyes Valverde por el PRI; Guadalupe Galeana MarÃn, Octaviano Roque Ruiz y Oscar Rivera Leyva, por el PRD; además de Elio Dionisio Ponce y Gregorio Campos Bello que entraron a propuesta de la Coalición de Ejidos de Costa Grande que en ese momento dirigÃa Arturo GarcÃa Jiménez quien, en un mensaje enviado a este cronista, opinó: “Evodio fue impuesto a sangre y fuego por Figueroa. A la Coalición de Ejidos la cercaron 1000 motorizados con el capitán Montiel al mando. Atoyac amaneció tomada y no se permitÃa la salida ni entrada de nadie, inclusive a los campesinos se les decomisaban sus machetes. La fotografÃa de Evodio no deberÃa de estar en la sala del ayuntamiento, porque la verdad simboliza represiónâ€.
Evodio Argüello de León nació el 6 de marzo de 1951, en la comunidad de La Estancia, muy cercana a El ParaÃso, pero que pertenece al ejido de San Vicente de BenÃtez, sus estudios primarios los comenzó con maestros particulares o municipales en su pequeña comunidad natal, pero luego pasó a estudiar en la primara Cuauhtémoc de El ParaÃso.
A la secundaria fue a la federal Antonio I. Delgado de Chilpancingo y a la preparatoria 2 en Acapulco. Dejó de estudiar para no seguir sufriendo “porque el estudiante sufre mucho†y en su casa tenÃa la comida asegurada. Su padre Alfonso Argüello murió asesinado en El ParaÃso el 6 de marzo de 1955. Es el segundo de cuatro hermanos.
En una entrevista que le hice recientemente recuerda que como estudiante de la prepa 2 participó en marchas y movilizaciones a principios de los setentas, ahà nacieron sus inquietudes polÃticas, incluso participó en una marcha para repudiar la detención de Octaviano Santiago Dionicio en 1972.
En 1974 después de casarse se concentró a vivir en El ParaÃso, cerca de donde estaban sus tierras, y se involucró en la polÃtica ejidal. En ese tiempo imperaba la terna caciquil de Epifanio Hernández Vélez, Guadalupe Andrés e Ignacio Sotelo quienes por muchos años controlaron y manipularon el ejido a sus intereses y antojos.
En 1988 fue invitado a formar parte del movimiento cardenista, pero era cenecista desde 1975 y pensaba que desde adentro también se podÃan lograr cambios, en lugar de estar “ladrándole a la lunaâ€. Cuando se integró a la Confederación Nacional Campesina (CNC) todo el municipio estaba controlado por caciques locales, que era gente que tenÃa las relaciones en el partido oficial y con el gobierno del estado, con cierto poder económico.
Evodio participó con los priistas, del bajo y de la sierra, que se rebelaron por primera vez contra el gobierno en 1984, al impulsar la candidatura de Jaime Coria Gómez. Ahà conoció a gente como Margarito Pérez Ocampo que para ese tiempo militaba en el Consejo Central del Lucha del magisterio. El movimiento contra de la designación de José Luis RÃos Barrientos tuvo un amplio apoyo del pueblo, pero no tuvieron éxito porque de todas maneras impusieron a RÃos Barrientos que por cierto no fue malo como presidente municipal.
Cuando salió electo Pedro Magaña, en las primeras elecciones internas en la historia del PRI, todos apoyaban de corazón. Evodio puso las dos camionetas que tenÃa al servicio de la campaña y como otros de sus compañeros, con sus propios recursos compró pintura y se fue a realizar pintas en todas las comunidades. “Al menos Acacio, Victorino y yo no Ãbamos por un hueso, no sabÃamos ni lo que era un regidorâ€. Pero al asumir Pedro Magaña la Presidencia Municipal le pidió que se hiciera cargo de la dirección de Obras Públicas y le tocó realizar la obra del drenaje en Corral Falso.
Por eso al ser designado presidente municipal en mayo de 1991, dice Evodio que con un poco de sentido común y dejándose asesorar salió adelante. Su principal asesor fue Armando Federico González quien ya habÃa sido alcalde de Zihuatanejo.
Las propuestas se cabildeaban primero con los regidores priistas antes de ir al pleno. Con pocos recursos se hizo mucho. Evodio se considera satisfecho porque a pesar de ser detractado, la mayorÃa lo saluda con respeto y algunos hasta con afecto: “Soy de los pocos que se pueden dar el lujo de andar en la calle y nadie me señala con el Ãndice de fuegoâ€.
Con el programa cemento, se comenzaron a pavimentar las primeras calles, el gobierno del estado ponÃa el cemento, el Ayuntamiento la mano de obra calificada y la comunidad material de la región y la mano de obra no calificada. Por eso se comenzó a trabajar con los que apoyaban, después no alcanzó el cemento y fueron por el que les sobró al municipio de San Jerónimo de Juárez. Ahora Evodio recuerda que pavimentó la calle Montes de Oca, Allende, Vicente Guerrero, Francisco González Bocanegra, Corregidora y Juan Ãlvarez Sur.
Inauguró la biblioteca pública de El ParaÃso a la que bautizó como Netzahualcóyotl y realizó reparaciones en la escuela primaria Cuauhtémoc, su escuela. Dio apoyo puntual a sus paisanos que salieron afectados con la tromba que cayó en 1991.
Se instituyó el escudo municipal lo que considera su mejor obra. El 8 de noviembre de 1992 se creó el escudo municipal de Atoyac, mediante un concurso convocado por el Instituto Guerrerense de la Cultura y el Ayuntamiento. De los trabajos presentados ninguno reunió los requisitos, asà que tomaron los elementos de los dos mejores trabajos presentados por Juan José Alvarado Lezma y José Hernández Meza para formar el escudo que ahora luce el municipio de Atoyac.
Durante el gobierno Evodio Argüello de León como presidente municipal los grupos culturales recibieron un excepcional apoyo y se realizaron investigaciones históricas, uno de los grupos que se beneficiaron fue el Convivencia Cultural Atoyac que estuvo formado por Juventina Galeana Santiago, el presbÃtero Pedro Rumbo Alejandri, Guadalupe Anahà Xóchitl GarcÃa Galeana, Enrique Hernández Meza, Eduardo Parra Castro, Paloma Torreblanca GarcÃa, Mireya Ma. de la Gracia GarcÃa Galeana, Patricia Parra Cabañas, Margarito RÃos Orbe, Rafael Hernández Guerrero, José Hernández Meza, Dagoberto RÃos Armenta y el mismo Evodio Argüello de León. Del trabajo de este grupo surgieron los libros Modismos Atoyaquenses y Medicina Tradicional. También realizaron investigaciones sobre el origen de Atoyac y sobre la vida del general Juan Ãlvarez.
Dice Evodio que con él se realizó el primer pacto de civilidad polÃtica con los partidos de ese tiempo que eran PRI, PRD y el Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (PFCRN). Se instituyó la feria del café, los domingos culturales que se realizaban durante su periodo no han sido superados. Se comenzó la tradición de los honores a la bandera con la presencia de una escuela cada lunes. Las jornadas médicas también fueron memorables.
A Evodio le gusta leer, se considera autodidacta y dice que la escuela de la vida le ha enseñado mucho más.
Uno de los actos en su periodo que registra la historia fue el jueves 11 de marzo 1993, cuando ante la presencia de cientos de ciudadanos de los municipios de Atoyac de Ãlvarez y Tecpan de Galeana, los presidentes municipales Evodio Argüello de León y Sandra Belkis Ocampo Hernández, el gobernador José Francisco Ruiz Massieu inauguró el puente que comunicaba a la cabecera municipal con la comunidad de El TicuÃ. El mismo dÃa también entregaron tÃtulos de propiedad a ciudadanos de ambos municipios, y beneficiaron a colonos principalmente de la 18 de Mayo.
En fin. Evodio Argüello de León gobernó sin sobresaltos después del movimiento de mayo y junio de 1991 y al finalizar tendrÃa que entregarle el poder al partido que lo cuestionó. “No hay vencedores ni vencidos en Atoyac, el pueblo decidióâ€, dirÃa MarÃa de la Luz Núñez Ramos al tomar protesta como alcaldesa de Atoyac, el 1 de diciembre de 1993, cargo al que llegó postulada por el PRD. Pedro Magaña Ruiz ganarÃa esa vez la diputación local y el trienio 1993-1996 estarÃa en el Congreso del Estado.