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Detuvo el INM a casi 12 mil niños migrantes de enero a mayo, reporta

Mathieu Tourliere / Agencia Proceso

Ciudad de México

En los primeros cinco meses del año, el Instituto Nacional de Migración (INM) detuvo a 11 mil 893 menores de edad durante su viaje hacia Estados Unidos, una cifra 49% superior en comparación con el mismo periodo del año pasado, cuando las autoridades detuvieron a 8 mil 3 niños indocumentados.
De enero a mayo pasado, cerca de 6 mil 113 de los menores detenidos no estaban acompañados por algún familiar y 4 mil 29 tenían menos de once años, de acuerdo con la institución.
En un boletín, el INM aseguró ayer que al “rescatar” a los niños las autoridades migratorias los entregan al Sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF) para “salvaguardar su integridad física y emocional durante su estancia en el país”.
Asimismo, el INM afirmó que sus operaciones de “rescate” ponen a salvo a los niños de los traficantes de personas, quienes exponen a sus víctimas a “trabajos forzados, violaciones, pornografía infantil, abusos, maltrato físico y verbal, entre otras condiciones de riesgo”.
Sin embargo, organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), denunciaron en los últimos meses que el gobierno mexicano no garantiza los derechos de los niños migrantes.
El miércoles 10, el Comité de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Niños observó que, al caer en las manos de las autoridades migratorias, los niños migrantes “son recluidos en centros de detención” donde “se reportaron violencia y abusos en su contra”, y posteriormente son deportados “sin proceso preliminar para determinar su mejor interés”.
Entre enero y abril anteriores, las autoridades migratorias habían detenido a 9 mil 483 menores de edad y deportado enseguida a 7 mil 392 de ellos a sus países de origen, sobre todo en el triángulo norte de Centroamérica, conformado por Guatemala, El Salvador y Honduras.
Estos países, según el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), fueron sacudidos por una nueva ola de violencia el año pasado, por lo que sufrieron las tasas de homicidio más altas de una lista de 162 países.
En julio de 2014, el gobierno federal mexicano puso en marcha el Programa Frontera Sur, el cual desembocó en la “militarización” de las entidades federativas vecinas de Guatemala y Belice, observó la semana pasada el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), Zeid Ra’ad Al Hussein.
El funcionario de ONU-DH denunció entonces que este programa no mejoró las condiciones de vida que obligan a muchos centroamericanos a emprender su viaje hacia Estados Unidos, y recordó que muchos de ellos “huían de la violencia descontrolada de las pandillas criminales en El Salvador, Honduras y Guatemala, así como la depravación, la exclusión social y la discriminación”.
A raíz de la adopción del Programa Frontera Sur, México detuvo a un mayor número de niños migrantes que la Patrulla Fronteriza estadunidense; incrementó el número de arrestos de migrantes en 98%, y deportó a un mayor número de indocumentados que las autoridades de Estados Unidos.
Cazan migrantes en Chiapas

Con la implementación del Plan Frontera Sur, que desplegó 5 mil agentes de migración y recrudeció los controles migratorios, organizaciones no gubernamentales han denunciado el aumento de represión contra migrantes centroamericanos, de acuerdo con la agencia AFP.
Sólo en los cuatro primeros meses de 2015, México ha detenido a un 83% más de indocumentados que en el mismo periodo del año pasado y ha deportado un 79% más de migrantes, principalmente centroamericanos.
Además de los retenes en carreteras y de detenciones intempestivas en hoteles, autobuses e incluso hospitales, agentes de migración tienen la instrucción de impedir que los indocumentados sigan su camino subidos en el lomo de “La Bestia”, el tren que usan para cruzar el territorio mexicano y acercarse a Estados Unidos.
La agencia fue testigo en Chiapas de uno de los operativos implementados por el INM y cuerpos policiacos y en el que evadieron todo protocolo con los centroamericanos. (Agencia Reforma / Tapachula).

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