Admiran la propuesta bio arquitectónica de Javier Senosiain en el Centro Cultural Acapulco

Óscar Ricardo Muñoz Cano

La formación de espacios que proporcionan armonía entre el hombre y la naturaleza es la tónica del trabajo del arquitecto Javier Senosiain, y que se presentó en la Gran Galería del Centro Cultural Acapulco el miércoles ante decenas de personas.
En medio de un ambiente festivo pese a la ausencia de Senosiain, fue a través de videos, maquetas y fotografías como se mostró la arquitectura orgánica o bio arquitectura, y que más allá de un diseño fuera de lo común, utiliza materiales como conchas, piedras, maderas, cenizas volantes, celulosa, fibra mineral, jeans, papel periódico reciclado, compuesto de resinas de bajo contenido tóxico y otros.
No obstante, dichos ejemplos principalmente construcciones habitación, cubren las necesidades físicas y sicológicas de quienes los habitan.
En se sentido, se presentaron ejemplos que van desde casas orgánicas del estado de México, hasta un condominio horizontal en la ciudad de México con todas las características de la corriente de Senosiain.
Del mismo modo, imágenes de la Casa flor que se encuentra en Naucalpan, Estado de México, y que se caracteriza por su diseño, cuya forma asemeja a una flor de seis pétalos y que alberga en la corola una estrella de azulejos que envuelve, al centro, un jacuzzi, imagen-espejo de la estrella elaborada con vitrales en la cúpula.
No podía faltar la Pirámide flotante, cuya construcción se apoya en un 3 por ciento de la superficie del terreno y está ubicada frente al parque Nacional de los Remedios, Estado de México, dentro de una zona boscosa posee vista a un acantilado.
A decir de su ficha técnica, Senosiain trabaja actualmente como profesor en la carrera de arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México, y le gusta transmitir a sus alumnos la motivación a crear, diseñar e innovar, “porque partiendo de eso los alumnos encuentran la inspiración en la arquitectura”.