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Marchan en Acapulco familiares y amigos de los médicos desaparecidos y protestan en la Fiscalía

*En el fiscal ven “dilación e incompetencia”, afirma Romualdo Hernández. Seguirán el “ejemplo heroico” de los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa que recorrieron el país y el mundo en demanda de la presentación con vida de sus familiares, advierte

Abel Salgado

Unos 150 familiares y amigos marcharon la tarde de ayer desde la iglesia de La Garita para demandar la presentación con vida de los médicos Raymundo Tepeque Cuevas y Marvin Hernández Ortega, del licenciado en Turismo y trabajador administrativo de la Jurisdicción Sanitaria 07 Julio César Mejía Salgado, del administrador de empresas Osvaldo Ortega Saucedo, quienes desaparecieron el viernes en la carretera de Chilpancingo a Acapulco y su vehículo fue hallado en la comunidad de Xolapa.
La marcha convocada por familiares de los dos médicos fue convocada mediante redes sociales desde el miércoles en la tarde, se pidió que asistieran vestidos de blanco.
A las 5:20 resguardados por policías estatales partieron de la iglesia rumbo a la avenida Cuauhtémoc.
Antes de iniciar la marcha la madre del médico Marvin Ortega, Cecillia Ortega Solórzano dio una entrevista a reporteros y contó que la última comunicación que con su hijo fue un mensaje de texto que envió un amigo a quien le escribió “no te puedo contestar, voy manejando”.
Dijo que horas antes los familiares de los desaparecidos se reunieron con el gobernador, quien se comprometió a “echar todas las ganas” en la búsqueda de sus familiares.
“No puedo decir si siguen vivos, pero sí siguen desaparecidos y esperamos encontrarlos”, respondió a la pregunta del reportero. El miércoles acudieron al Servicio Médico Forense (Semefo) en Chilpancingo y vieron los cuatro cuerpos encontrados en la comunidad de Santa Bárbara, en la sierra de Chilpancingo.
Se le insistió si eran identificables los cuerpos que le mostraron y contestó, “a mi parecer sí porque sí se podía ver, y yo sé las características y las señas particulares de mi hijo pero ya tenían más tiempo de estado de putrefacción y no corresponden a los cuerpos que andamos buscando”. El reconocimiento cadavérico le dio la certeza de que no era su hijo.
La señora Cecilia Ortega, a paso lento se apoyaba en un bastón y era notorio su dolor físico al caminar, pero hizo todo el recorrido en demanda de la presentación de su hijo y de sus compañeros.
La esposa del médico Raymundo Tepeque Cuevas, Guadalupe Reséndiz Abarca, visiblemente triste y con la voz entrecortada expresó que el miércoles pasó un día “que no se lo desearía a mi peor enemigo”, para ella fue una “tortura” esperar para reconocer a su esposo, pero todos pasaron y ella comprobó que las características de esos cuerpos no concordaban con su desaparecido.
Dijo que él había ido a Chilpancingo a hacer trámites “para regularizarse, para tener una mejor calidad de vida para mis hijos”.
Mientras caminaba, uno de sus hijos llevaba un dibujo que hizo en su escuela para regalárselo al médico, que esperaba entregárselo el Día del Padre, el domingo pasado.
Entre lágrimas narró que el sábado sus hijos esperaban la llegada de su papá y al desesperarse porque no llegaban le preguntaron: “¿Dónde está mi papá para darle su regalo?, ¡Mamá háblale, mamá búscalo!”.
Sollozando, tomó aire se prometió y le prometió a sus hijos que no descansará hasta encontrar a Raymundo Tepeque para que sus hijos lo puedan abrazar porque “todavía se lo deben”, el abrazo del Día del Padre.
La marcha fue a paso regular desde el punto inicial, se tornó lenta cuando llegaron a la avenida Cuauhtémoc. Ocuparon los tres carriles de la avenida, los automóviles que iban al centro tuvieron que tomar el paso elevado Bicentenario.
Desde ahí marcharon a paso lento y se paraban durante cinco minutos mientras gritaban las consignas, “vivos se los llevaron, vivos los queremos”, “somos profesionistas, no somos delincuentes” y pasaban lista a los cuatro desaparecidos mientras exigían la presentación con vida de sus familiares.
En la marcha se buscó a familiares del trabajador de la jurisdicción sanitaria 07, Julio César Mejía Salgado y de Osvaldo Ortega Saucedo, de éste último se informó que su familia se retiró después de la reunión con el gobernador, porque viven lejos de la zona prefirieron regresar temprano a sus casas.
De la participación de familiares y amigos de Julio César Mejía Salgado, se dijo que se desconoce por qué no asistieron.
La marcha que llegó cerca de las 7:00 de la tarde a la Fiscalía Regional de Acapulco, culminó con un mitin frente a las puertas de la dependencia estatal.
Ahí el tío del médico Marvin Hernández Ortega, Romualdo Hernández Alvinez ex secretario general Académico de la Universidad Autónoma de Guerrero, se subió a una camioneta de la dirección de Obras Públicas del gobierno municipal donde estaban una bocina y un micrófono, y expuso que no tomarían la Fiscalía aunque “eso deberíamos de hacer por dignidad”.
Se lanzó contra la Fiscalía porque ha sido “incapaz” de dar una respuesta ante las demandas de las familias de los profesionistas desaparecidos.
Externó que no querían entrevistarse con el fiscal porque encontraron en él “dilación e incompetencia” y comparó la actitud del fiscal en esta búsqueda con la de los estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos desde hace nueve meses en Iguala.
Responsabilizó al presidente de la República, Enrique Peña nieto, al gobernador del estado y al fiscal de la desaparición.
Indicó que seguirán el “ejemplo heroico” de los familiares de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa que recorrieron el país y el mundo en demanda de la presentación con vida de sus familiares.
Afirmó que su movimiento continuará hoy con otra marcha que partirá del asta Bandera al Zócalo de la ciudad.

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