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Animales devoraron el rostro al normalista en Iguala, dice la Fiscalía; familiares lo rechazan

*El resultado de la investigación de la dependencia estatal es una absoluta falta de respeto y profesionalismo, que demuestra el desinterés de las autoridades para resolver el caso, acusan

Alina Navarrete Fernández

Chilpancingo

Familiares, amigos y compañeros del normalista de Ayotzinapa asesinado y desollado del rostro durante los ataques del 26 y 27 de septiembre en Iguala, Julio César Mondragón Fontes, rechazaron la versión de la Fiscalía General del Estado (FGE) que asegura que “fauna nociva” devoró el rostro del joven.
La mañana del sábado 27 de septiembre se encontró el cadáver desollado de Julio César en la zona industrial de Iguala, de manera inmediata una fotografía que mostraba al joven asesinado se reprodujo en distintas redes sociales y portales de Internet, y así fue como su esposa Marissa Mendoza se enteró que había muerto a manos de policías.
Julio César vestía una playera roja y pantalones de mezclilla, no sólo estaba muerto, la piel de su rostro y sus ojos le fueron arrancados, como se observa en una fotografía que se difundió a nivel mundial.
Del asesinato de Julio César, la Fiscalía General del Estado hizo un reporte al que tuvieron acceso los familiares del normalista, y ahí se dice que “fauna nociva” devoró su rostro.
Según la dependencia, la causa de muerte de Julio César fue por un edema cerebral, y múltiples fracturas en el cráneo “producidas por agente contundente”.
En un comunicado que se publicó en el portal de Internet El Rostro de Julio el miércoles pasado, los familiares, amigos y compañeros del normalista rechazaron la versión de la Fiscalía y calificaron el resultado de la investigación como, una absoluta falta de respeto y profesionalismo, que demuestra “el desinterés (de las autoridades) para resolver el caso”.
En el comunicado se precisa que “es evidente que el rostro de Julio no fue devorado, sino que esas lesiones fueron provocadas por personas adiestradas para infringir esta clase de tormento, igual que se han visto otros casos de desollamiento en América Latina durante las dictaduras militares, y en México en los últimos meses”.
Los familiares informaron que el policía municipal, Luis Francisco Martínez Díaz, quien fue señalado por la Secretaría de Gobernación como el único agente responsable de asesinar a Julio César, fue liberado de esta imputación a finales de marzo, un mes después de ser detenido; sin embargo, permanece en prisión acusado por otros delitos, incluyendo delincuencia organizada.
Manifestaron que nada de esto le fue informado a la familia de Julio César, a pesar de los diez acuerdos que el presidente Enrique Peña Nieto firmó con los familiares de las víctimas de los ataques en Iguala, el 29 de octubre del año pasado.
“Sabemos todo esto porque recién obtuvimos el expediente, luego de vencer los absurdos obstáculos que la dinámica burocrática ha impuesto”, declararon los familiares.
Puntualizaron que el expediente del caso permanece en Iguala, pero una decena de causas penales que se mencionan fueron enviadas a Tamaulipas, Nayarit, Veracruz, Toluca y Cuernavaca, “fragmentar los expedientes es una práctica dolosa de la justicia mexicana que dificulta la investigación y la reconstrucción de lo que en realidad sucedió en Iguala”.
A nueve meses de los ataques a los normalistas de Ayotzinapa los familiares de Julio César se preguntan, “¿Quiénes torturaron y ejecutaron a Julio?, ¿Por qué lo trataron con tanta saña?, ¿Por qué no han hecho nada serio las distintas procuradurías para investigar el caso de Julio?, ¿En dónde están los 43 estudiantes normalistas desaparecidos forzadamente el 26 de septiembre?”.
Critican que el Estado mexicano dijo que usaría “todas sus fuerzas y recursos” para resolver el caso de los 43 normalistas desaparecidos, pero en lugar de cumplir “se ha dedicado a fabricar una versión a modo de exonerarse a sí mismo”.
Exponen que la versión de que los 43 fueron quemados en el basurero de Cocula, la “verdad histórica” como la llamó el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam cuando presentó la conclusión de la investigación ante los medios de comunicación el 27 de enero, y la que asegura que perros y ratas devoraron el rostro de Julio César, “es una burla que se desmorona al menor análisis”.
En particular, de Julio César manifestaron que “son evidentes los esfuerzos para enturbiarlo y nulos los que buscan esclarecerlo”.
Exigieron una investigación “profesional y conforme a derecho, en la que se indague quiénes cometieron los crímenes contra los normalistas y quiénes los protegen desde el propio Estado, en la que se deslinden responsabilidades de los funcionarios de todos los poderes y niveles que por acción u omisión han obstaculizado nuestro acceso a la justicia y a la verdad”.
También condenan el allanamiento y robo de equipo en contra del Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos), que ocurrió el 22 de junio.

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