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Documenta Rafael Aréstegui los vínculos entre la guerrilla de Chihuahua y Guerrero

*Del asalto al cuartel Madera a la reparación del daño de la violencia humana se presentó en Atoyac en un acto en el que estuvieron presentes familiares de desaparecidos como Tita Radilla e Hilario Mesino Acosta y el compañero en la vida civil del maestro Lucio Cabañas, Desidor Silva Valle

Francisco Magaña

Atoyac

Presentan libro de vinculación del movimiento guerrillero de Chihuahua con Guerrero.
Las personas que se encarga de la enseñanza e intelectuales deben documentarse sobre los hechos que han acontecido en la entidad, por encima de las versiones oficiales que los gobierno dan sobre los movimientos populares que se han levantado, porque se han tergiversado.
Lo anterior lo dio a conocer el escritor Rafael Aréstegui Ruiz en el libro Del asalto al cuartel Madera a la reparación del daño de la violencia humana, quien presentó la edición en Atoyac en plaza Las Fuentes, en el café Uno.
El libro aborda el análisis del movimiento que se levantó en la sierra de Chihuahua con Juan Pablo Gamiz al que se acercaron ciudadanos para frenar la tala inmoderada en ese estado; movimiento similar al que se forjó en el estado de Guerrero con el maestro Lucio Cabañas Barrientos.
El escrito destaca la importancia de los maestros rurales quienes jugaban un papel de consejeros en las comunidades, como fue con Pablo Gamiz y Lucio Cabañas.
En el acto que se dieron cita familiares de desaparecidos como Tita Radilla e Hilario Mesino Acosta y el compañero en la vida civil del maestro Lucio Cabañas, Desidor Silva Valle.
El escrito inicia en la plaza por la que cruzan la mayoría de los atoyaquense y donde se ubica el obelisco con la estatua de Lucio Cabañas, debajo de la cual yace sus restos mortales, “es común la veneración en comparación a otros lugares y luchadores debido a que Lucio Cabañas, representa el parteaguas del que se modificaron muchas cosas con su lucha en la Costa Grande en la que imperaba el caciquismo y la marginación”, dijo el maestro Aréstegui Ruiz.
El texto muestra cómo nace en la sierra de Chihuahua el Grupo Popular Guerrillero que sentó las bases de la guerrilla urbana que posteriormente se denominó como la Liga Comunista 23 de Septiembre en los años 60.
Abunda que desde esa fecha la izquierda fue derrotada política e ideológicamente, “desde entonces no se ha podido levantar, son los saldos de lo que se ha atendido en donde fue la guerrilla en una zona que se creía rica por su café, pero la gente ahora tiene miedo a subir”.
Cita que el gobierno usó en ese entonces diversas tácticas para combatir la guerrilla, creando dependencias como el Inmecafe y otra sobre la copra, además de construir carreteras como estrategia violenta de lo cual la edición da cuenta de lo que fue la guerrilla y la guerra sucia que se derivó, donde se oye extraño el concepto de la reparación del daño, “porque nada repara que se lleven a un familiar”.
Indicó el autor que fue un trabajo de siete años para ganar la confianza de las personas que fueron víctimas de la guerra sucia; un tema que para muchos es difícil compartir sus testimonios que ahí se plasman, lo que es importante para que no se vuelva a repetir, sobre todo en un contexto nacional donde se vive en el terror y la desaparición indiscriminada como en Chilapa.
En la presentación se comparó la similitud que tuvieron los combatientes en Madera, Chihuahua, con Lucio Cabañas y sus hombres, ya que dos de los sobrevivientes del asalto al cuartel militar en Chihuahua estuvieron con Lucio Cabañas en una reunión en la ciudad de Atoyac poco antes de que emprendiera la guerrilla en 1967.
El profesor de la Preparatoria 22, Policarpo Valdez Rayo, exhortó en al acto a la gente a que se acerque y se documente sobre estos hechos y lamentó que se promuevan y apoyen prácticas por parte la de Universidad Autónoma de Guerrero como son las quemas de libros en fin de cursos.
Citó que esa práctica era común entre los nazis, que quemaban libros en el cumpleaños de Hitler, “y aquí se promueve la quema de libros, es igual de ofensivo como con los alemanes con ello se da un mensaje negativos a los jóvenes y niños, como si los libros fueran malos”.

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