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Continúa el deterioro de la antigua Pompeya por falta de presupuesto

La antigua ciudad romana de Pompeya sigue sin encontrar la paz. Apenas un año después del espectacular derrumbe de la Casa de los gladiadores, ahora vuelve a venirse abajo parcialmente un muro. La situación ya costó el puesto a comienzos de año a un ministro de Cultura. Y su sucesor, Giancarlo Galan, había prometido dar “la más alta prioridad” a este museo al aire libre declarado patrimonio mundial de la humanidad por la Unesco. Pero hasta ahora eso no ha ocurrido. Y el desmoronamiento de la cultura italiana parece, cada vez más, un símbolo de la caída de todo el país. Una erupción del Vesubio hizo que en el año 79 de nuestra era Pompeya quedara sepultada bajo la lava, pero al mismo tiempo permitió su conservación. Hoy, debido a la falta de presupuesto, parece inevitable una segunda muerte de la ciudad, considerada el sitio arqueológico más importante de Italia. De nuevo, se cree que fueron las primeras lluvias otoñales las que en la tarde del viernes causaron el derrumbamiento del muro cercano a la Porta di Nola. Los escombros es lo único que ha quedado de la construcción. Y en algo parecen estar todos de acuerdo: sólo con un mantenimiento constante hasta el más pequeño detalle se podrán superar los problemas de este gigantesco terreno de 66 hectáreas a la sombra del volcán. El Ministerio ya ha dado el visto bueno a un plan al respecto. “Pero sin los 105 millones de euros (145 millones de dólares) prometidos y el personal adicional no podemos ponerlo en marcha”, lamentaba el fin de semana Teresa Cinquantaquattro, directora de la superintendencia de Pompeya. El miércoles, el comisario Europeo de Política Regional, Johannes Hahn, anunció en Roma que la Comisión liberará esos millones. “Ahora se trata de gastarlos correctamente y hacer realidad algo grande para Pompeya”, dijo el ministro italiano de Cultura. Según dio a conocer el comisario, la Unión Europea planea controlar permanentemente durante al menos cuatro años los trabajos de restauración y vigilancia de las ruinas romanas. Lo cierto es que Italia, después de Grecia, tienen los niveles más altos de deuda en la zona euro en relación con su PIB. Aunque el paquete de ahorro contra la crisis –por valor de unos 100 mil millones de euros– que el pasado verano (boreal) aprobó el gobierno de Silvio Berlusconi dejó fuera el presupuesto de cultura, no es que éste estuviera muy boyante. En los últimos años, el primer ministro lo había reducido en beneficio de sus favorecidas privatizaciones. Y debido a su montaña de deudas, de aproximadamente 1.8 billones, dinero no sólo falta para la cultura. “Entre 20 y 25 empleados vendrán hasta finales de año, y otras 20 en 2012”, prometió en secretario de Galan, Ricardo Villari. Pero lo mismo había prometido ya en julio, y luego en septiembre, y en octubre. Sólo queda mantener la esperanza, pues la situación es dramática, advierte Italia Nostra, una reconocida organización privada para la protección del patrimonio histórico, cultural y paisajístico de Italia. Según esta organización, el personal de vigilancia de las ruinas es tan mínimo que Pompeya está parcialmente sin vigilancia alguna. Villari, encargado del área de Cultura en el Ministerio, habla ahora de un posible proyecto llamado Salvemos Pompeya, para conseguir patrocinadores al igual que se hizo con el Coliseo romano. (Katie Kahle / DPA / Roma).

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