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Marchan y bloquean calles de la capital 2 mil normalistas rurales de 5 estados

 

Protestan porque no se han cumplido los acuerdos con el gobernador Ángel Aguirre, en su visita a la Normal de Ayotzinapa. Piden ampliación de la matrícula y plazas para egresados. Recuerdan la represión de 2007

Claudia Venalonzo

Chilpancingo

Más de 2 mil estudiantes de normales públicas rurales del país se movilizaron y bloquearon ayer las principales calles de Chilpancingo, para protestar porque no se ha cumplido con las exigencias plasmadas en la minuta firmada por el gobernador Ángel Aguirre Rivero en su visita a Ayotzinapa. Entre ellas, el rechazo a la reforma curricular que pretender disminuir la matrícula, además que el promedio mínimo de admisión sea de 7 y no de 8 como hasta ahora ha sido, porque “limita” a muchos jóvenes la oportunidad de estudiar y la obtención automática de plazas para los egresados con promedio mínimo de 7. Asimismo, los estudiantes en su protesta denunciaron que desde hace dos semanas no tienen clases por pugnas internas entre los profesores y además condenaron la “represión” a los normalistas de Ayotzinapa el 14 de noviembre de 2007 y también del año pasado. La movilización inició al mediodía, convocada y encabezada por estudiantes de la Normal Rural Raul Isidro Burgos de Ayotzinapa, pero reforzada con alumnos de otras normales de los estados de México, Chiapas, Oaxaca y Puebla. El nutrido contingente, también compuesto por integrantes de organizaciones sociales, partió del museo La Avispa al Palacio de Gobierno, donde gritaron consignas en contra del gobernador Ángel Aguirre Rivero, como “gobierno maldito, reprimir es un delito” y “a las normales rurales las quieren desaparecer, con nuestra lucha y sangre las vamos a defender”. Las puertas de acero del Palacio gubernamental se mantuvieron cerradas, pues no se apreció a ningún trabajador ni elemento de seguridad. Por ello, solamente gritaron consignas, mostraron pancartas y pasaron la lista de normales rurales en lucha popular, entre las que mencionaron a las del Estado de México, Puebla, Chiapas, Oaxaca, San Luis Potosí, Jalisco, Michoacán, Tlaxcala, Morelos, Campeche y Aguascalientes. Tras un rato, los jóvenes tomaron nuevamente la avenida Ruffo Figueroa y la Avenida de la Juventud y se dirigieron a Casa Guerrero, buscando al gobernador, donde también gritaron duras consignas contra la política del gobierno estatal y federal, y la globalización. Pero de igual modo, la puerta 1 de la residencia oficial estaba cerrada, y se dirigieron al Congreso local, donde se dio el desalojo en 2007. Por el camino se detuvieron unos minutos en la entrada de las oficinas de la Coordinación de la Policía Federal Preventiva, donde realizaron pintas con las leyendas “gobierno maldito reprimir es un delito”, “exigimos clases” y “14 de noviembre no se olvida”. Mientras hacían sus grafitis, los jóvenes gritaban “policías güevones, por eso están panzones” y “policía ojete, te clavas el billete”. De ahí los jóvenes marcharon por la avenida Lázaro Cárdenas y llegaron al Congreso, y ahí pintaron algunos tubos y paredes. Tampoco había nadie en el Legislativo, las puertas estaban selladas, lucían como si fuera un día de asueto y los normalistas no tuvieron más que gritar sus consignas afuera y pintar las leyendas “14 de noviembre no se olvida”, “represores”, “plazas automáticas para todos” y “exigimos promedio mínimo de 7”. Ahí en el Congreso los portavoces del movimiento, Daniel Gómez Ruiz y Antonio Bello, recordaron el desalojo violento del 14 de noviembre de 2007, y el del 30 de ese mismo mes por fuerzas federales que presumen ordenó el gobernador Zeferino Torreblanca Galindo. “Hubo compañeros heridos y otros detenidos, no nos olvidamos de eso”, expresó Bello. Afirmó también que el año pasado, el 13 y 14 de noviembre, fueron reprimidos por policías estatales, federales y militares en Xaltianguis, cuando regresaban de manifestarse en la Costa Chica y Costa Grande. El representante manifestó que rechazan la reforma curricular que pretender disminuir la matrícula, pues de por sí la demanda fue mayor este año, y fueron cerca de 400 aspirantes y solamente ingresaron 140 estudiantes para las licenciaturas en Educación Física y Primaria. Además de que piden que el promedio mínimo de admisión sea de 7 y no de 8 como hasta ahora ha sido, porque a su juicio “limita” a muchos jóvenes la oportunidad de estudiar. Se quejaron también de que llevan ya dos semanas sin clases y la Secretaría de Educación Guerrero no ha atendido esa situación, aun cuando los profesores están “exigiendo cosas personales que no tienen nada que ver con la escuela. Los perjudicados somos nosotros y la población”, afirmó Antonio Bello. Aseguró que la puja interna que tienen se debe a la imposición de Eugenio Hernández como director, porque con los docentes ha hecho compromisos personales, aun cuando muchos de los maestros no tienen perfil para serlo. El 9 de mayo, cuando se reunieron con Ángel Aguirre, éste se comprometió a cancelar las demandas y no lo ha hecho, ya fueron detenidos algunos egresados y estudiantes. Más tarde, el numeroso contingente ocupó la plaza cívica Primer Congreso de Anáhuac.

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