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Siete de cada 10 reos del penal de Las Cruces son adictos, señala especialista

Karla Galarce Sosa

La coordinadora del área de Psicología del penal de Las Cruces, Gladimira Ocampo Martínez, informó durante el Primer foro de salud mental que las adicciones están muy relacionadas con la comisión de delitos. Dijo que de los 2 mil 250 internos de esa cárcel la mayoría, de acuerdo con el diagnóstico, padecen mitomanía, resultado de sus adicciones entre las que destacó el alcohol, la marihuana y la cocaína. Dijo que son 7 de cada 10 internos los que tienen una alguna adicción, lo que representa unos mil 650 internos. “Nos encontramos que por cada 10 pesos 7 tienen adicciones a alguna sustancia, llámese alcohol u otras. Cuatro de esos siete con problemas de adicción cometieron el delito bajo la influencia de alguna droga. Nueve de ellos tienen una familia desintegrada o disfuncional y están llegando chavos de 18 y menores de 30 años por delincuencia organizada”, detalló la terapeuta. Expuso que 2 de cada 10 adictos recluidos en la cárcel son reincidentes, es decir que ya estuvieron y regresaron. En una encuesta que se aplicó, dijo, se registraron casos de consumo de drogas que iniciaron a los 13 años. Ocampo Martínez lamentó que sólo uno de cada 10 internos, haya buscado apoyo psicológico. “La marihuana ocupa el primer lugar en adicción, le sigue la cocaína y el alcohol. De ellos, siete son menores de 30 años. Estamos albergando a 85 pacientes psiquiátricos, pero este grupo se va a incrementar en 2018 y entre ellos pueden estar quienes tengan daño orgánico, que son que terminarán en el pabellón psiquiátrico porque el uso de drogas les dará como resultado un daño cerebral”, expuso. Habló de en cada ingreso se deben realizar evaluaciones. “Lo ideal es que esos jóvenes no fueran a prisión y que se atendieran afuera para evitar que sean delincuentes. La adicción y la delincuencia van de la mano y son problemas sociales severos y la propuesta es que sean atendidos”. “Nos encontramos que las familias son disfuncionales y no se incluyen a las terapias. En las cárceles también tenemos ninis, porque tenemos internos funcionales quienes ganan dinero para pagar su vicio y los que piden dinero a sus familiares para consumir sustancias”, acotó. Señaló que “el problema es que no tenemos un centro especializado para atender a los pacientes y a sus familias. Otro proyecto es que se abriera una clínica para atender a jóvenes adictos en prisión y nosotros esperamos que se eche a andar en febrero”.

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