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Inicia hoy el armado del Presupuesto Base Cero que hará “eficiente el uso de recursos públicos”

El armado del Presupuesto Base Cero tendrá dificultades.
El gobierno federal tiene obligaciones inevitables en 9 de 23 programas y existe dependencia en la aplicación de recursos de años anteriores, advierte el Centro de Estudios de Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados (CEFP).
Hoy, Hacienda entregará a la Cámara baja el catálogo de programas presupuestarios para el próximo año y que sobrevivieron al análisis y recorte de las autoridades, aunque sin revelar los montos para los mismos, pues esos se conocerán hasta septiembre con el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación.
El modelo de Presupuesto Base Cero tiene cuatro pilares: eliminación o modificación de programas con bajo impacto en los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo, fusión de aquellos donde se ha detectado duplicidad, resectorización de algunos de ellos y fortalecimiento de los que son prioritarios para el desarrollo.
“La mayor ventaja del Presupuesto Base Cero consiste en que elimina el incrementalismo y mejora la eficiencia y eficacia en el uso de los recursos públicos; sin embargo, también presenta debilidades e importantes retos.
“Específicamente, es difícil su implementación, ya que para su elaboración requiere gran cantidad de tiempo y de papeleo y, si el presupuesto vigente depende mucho del de años anteriores o es muy rígido, el Presupuesto Base Cero es poco efectivo en la reducción del gasto”, señala el análisis del CEFP.
Sobre las obligaciones presupuestarias inevitables, destaca que son necesarias para sostener el ritmo de gasto, lo que dificulta la aplicación del Base Cero.
“Es importante destacar que 9 de las 23 modalidades están destinadas a cumplir con obligaciones jurídicas del Gobierno federal, lo cual limita la flexibilidad con que cuenta el presupuesto para su diseño y, por ende, restringe la asignación de recursos”, advierte el Centro de Estudios.
Para la diputada Aurora Aguilar, presidenta de la Comisión de Hacienda, es necesario que se haga un análisis profundo del costo-beneficio de cada programa, que se privilegien aquellos que tienen mayor y mejor impacto sobre la sociedad y se eliminen los gastos superfluos del Gobierno federal.
Para Alejandro González, director de Gestión Social, el Presupuesto de 2016 no tendrá realmente una base cero y será una reingeniería del gasto a la que se pueden arrastrar vicios de años anteriores. (Agencia Reforma /?Ciudad de México).

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