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Desaparecen dos estudiantes de Ayotzinapa; los vieron con una patrulla de la Ministerial

Dos estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, Patricio Zúñiga Flores y Pablo Ramírez Suástegui, fueron aparentemente detenidos por supuestos policías no identificados, y se desconoce su paradero; la última vez que los vieron iban en una camioneta seguidos por una patrulla de la Policía Investigadora Ministerial en Tierra Colorada. El abogado del Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan, Vidulfo Rosales Sierra, indicó que los estudiantes fueron a Tierra Colorada ayer a las 5 de la tarde, a recoger una camioneta Urvan, que pertenece a la Normal de Ayotzinapa, en la que fueron trasladados dos de sus compañeros heridos en el desalojo del lunes, y en el camino de regreso fueron interceptados por hombres desconocidos, presuntamente policías, que supuestamente les pedían dinero. Los jóvenes hablaron por teléfono al comité estudiantil para avisar que alguien los detuvo y les estaba pidiendo dinero, y comunicó a su compañero que contestó con uno de los presuntos policías que los tenían detenidos. El desconocido advirtió al dirigente que se encontraba al teléfono que sus compañeros estaban “metidos en un grave problema”, porque tenían la camioneta con manchas de sangre, que eso es un delito, y que seguro fueron a tirar algún cadáver. Pero en lugar de pedirle dinero, le pidió su nombre y el lugar donde vive, y los nombres y las direcciones de todos los dirigentes del comité estudiantil de la Normal de Ayotzinapa. Amenazó con que si no le daba esos datos, sus compañeros detenidos iban a “pagar las consecuencias”. El estudiante que estaba al teléfono trató de explicar que sus compañeros no estaban cometiendo ningún delito, y que la camioneta tenía manchas de sangre porque en ella fueron trasladados dos de los heridos, pero el interlocutor le dijo que no le pusiera condiciones. Minutos después, habló nuevamente al teléfono de Ayotzinapa el mismo estudiante, Patricio Zúñiga, y por segunda vez comunicó a su compañero que contestó con el mismo hombre que lo tenía detenido con su compañero y la camioneta. El desconocido, que no se identificó, otra vez pidió los nombres y direcciones de los dirigentes estudiantiles, y pronunció palabras amenazantes y ofensivas. El estudiante que estaba al teléfono escuchó ruidos como si alguien estuviera golpeando a algunas personas, y preguntó al desconocido dónde se encontraban, y le dijo que en Morelos. Las llamadas telefónicas ocurrieron a las 10:30 de la noche, y los estudiantes habían llegado a Tierra Colorada como a las 5, y a las 6:30, vecinos de Tierra Colorada que son padres de alumnos de Ayotzinapa los vieron pasar en la camioneta Urvan, frente a la comandancia de la Policía Investigadora Ministerial, seguidos por una patrulla de esa corporación del gobierno del estado. El abogado se comunicó con el encargado de despacho de la Procuraduría General de Justicia del Estado, Alejandro Hernández Paz y Puente, quien después de rastrear le dijo que no tenía reportada la detención de los dos jóvenes en ninguna comandancia, y tampoco los tiene detenidos la Policía del Estado. El abogado de Tlachinollan informó que Paz y Puente llamó a Morelos, donde la directora de Averiguaciones Previas de la Procuraduría, Gabriela Tlalpan, le dijo que la Policía Ministerial de ese estado no los tiene detenidos. (Redacción). Entran ministeriales al hospital para que un normalista herido firme un documento De manera clandestina, la madrugada del miércoles cuatro policías ministeriales entraron al hospital del ISSSTEen Chilpancingo y pretendieron obligar a un estudiante hospitalizado a firmar un documento, pero sus familiares lo impidieron. El director del Taller de Desarrollo Comunitario (Tadeco), Javier Monroy Hernández, denunció los hechos ayer en las instalaciones de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa. Dijo que fue contactado por los familiares de David Espíritu Olmedo, joven que recibió un balazo en el tórax durante el desalojo violento del lunes pasado, en que policías ministeriales y federales dispararon contra los estudiantes que protestaban en la Autopista del Sol. Dijo que los familiares aseguraron que los agentes entraron por la puerta trasera y sin ser descubiertos, hasta que ya se encontraban en el cuarto del joven, “le desconectaron algunas cosas que lo mantienen con vida y querían obligarlo a firmar un documento y practicarle la prueba de radisonato (de sodio, que se utiliza para saber si disparó un arma de fuego), pero había muchos de sus familiares y lo impidieron”. Al momento, el personal del hospital se replegó y evitó prevenir en la intervención policiaca. Los hombres, agregó, dijeron ser policías ministeriales pero al exigirles una identificación se negaron a proporcionarla, y ante la negativa de los familiares para que manipularan al joven baleado a su antojo, no les quedó más que retirarse. (Rosendo Betancourt Radilla).

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