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Un solo acceso y basura, el panorama de la recién certificada playa Revolcadero

*El balneario recibió el viernes pasado el distintivo Blue Flag durante el onceavo encuentro nacional de Playas Limpias que se realizó en Cancún, Quintana Roo

Karla Galarce Sosa

La playa Revolcadero, que obtuvo el banderín Blue Flag, ofrece a los visitantes un sólo acceso público deteriorado, con tubería sanitaria expuesta, mal olor y una franja de arena cubierta de basura.
El panorama a distancia del tramo recién certificado de esa playa –unos 500 metros– son los restos del muelle que la empresa Jar Estate Corp pretendía construir y que, supuestamente, causó deterioro en la zona.
El viernes pasado, durante el onceavo encuentro nacional de Playas Limpias que se realizó en Cancún, Quintana Roo, el alcalde Luis Uruñuela recibió la certificación que distingue a Revolcadero como sustentable.
En un boletín de prensa emitido el viernes pasado, el Ayuntamiento informó que Revolcadero era la segunda playa certificada en el municipio. El primer distintivo fue para el balneario de Icacos, aunque no menciona que la playa Larga, de la isla de La Roqueta, también había recibido la certificación como limpia en junio de 2013; no obstante, no se informó si ratificó o no dicha la certificación.
La finalidad de la distinción Blue Flag consiste en premiar a aquellos destinos costeros que han alcanzado la “excelencia” en la gestión y manejo ambiental, en la calidad de instalaciones de seguridad e higiene, aplicación de actividades de educación e información ambiental y haber alcanzado niveles óptimos de calidad de agua.
Blue Flag forma parte de los programas de la Organización internacional denominada Fundación para la Educación Ambiental (FEE por sus siglas en inglés) con sede en Dinamarca, y que opera desde 1981 por medio de una red de organizaciones nacionales sin fines de lucro que se extienden por más de 70 países.
Algunos de los 32 criterios a los que el Ayuntamiento está obligado a cumplir son que la playa debe estar limpia, sin embargo la franja de arena está cubierta por completo por basura de todo tipo, e incluso hay restos de refrigeradores y plásticos de muebles de uso doméstico.
Entre los criterios imperativos que Blue Flag estableció están el que la playa y su entorno, incluyendo senderos, áreas de estacionamiento y accesos estén limpios y en buen estado “en todo momento”; no debe existir basura a la vista ni flotando en el mar ni en la arena; no existan manchas evidentes de grasas, aceites y residuos derivados del petróleo en la arena; que el límite máximo permisible de residuos sólidos en superficie en la playa sea máximo de cinco unidades por cada 100 metros y no rebasen los 5 kilogramos de peso; no existan residuos riesgosos, de manejo especial o peligroso en términos de legislación aplicable, sobre la playa ni cerca al mar; no deberá haber presencia de materia fecal, por lo que “de preferencia” no se permitirá el acceso a mascotas, de considerarlo así, el solicitante deberá contar con las medidas necesarias de manejo que impidan la acumulación de heces; no puede permitirse que se acumulen residuos hasta llegar a ser desagradables o peligrosos.
Otros aspectos son el que la playa cumpla con la normatividad aplicable en materia de residuos sólidos urbanos y adoptar medidas para una supervisión, así como la limpieza regular de acuerdo con el número de usuarios; que exista un personal y equipamiento adecuados de limpieza de la playa disponible siempre que sea necesario; cuente con un programa de limpieza permanente durante el horario establecido dentro de la temporada Blue Flag.
En el reglamento del proceso de certificación, en el aspecto dedicado a “comunicación”, se lee que “las playas certificadas se integran a una red de playas de excelencia a nivel internacional que son promocionadas por operadores turísticos internacionales y por los medios de comunicación del FEE. La información del estado de la playa, calidad de agua, actividades de educación ambiental y temporalidades de retiro de banderas por causas de fuerza mayor (huracanes, marea roja, aguas malas, variaciones de calidad de agua, etc.) que ocurran durante la temporada son informadas por los medios electrónicos nacionales e internacionales diseñados por el FEE”.
El programa cuenta con el respaldo y validación de la Organización Mundial de Turismo (OMT), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Cultura y la Ciencia (UNESCO), el Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas (UNEP) y de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
En agosto de 2012 y una vez agotado un proceso de selección internacional, la Asamblea del FEE eligió a Pronatura México un organismo civil, como la organización responsable de instrumentar los tres programas internacionales de certificación Blue Flag, Green Key y Eco-Schools en nuestro país.
La certificación Blue Flag se otorga únicamente a aquellos lugares en los que pueda demostrarse que la gestión de sus instalaciones de recreación y de la afluencia de visitantes, previene que se produzcan a largo plazo daños irreparables al medio ambiente.
La mayor parte de los criterios son de carácter obligatorio y se basan en estándares internacionales que en ningún momento contravienen disposiciones legales de observancia general de los países en donde se aplica, se explica en el reglamento.
La certificación de playas se otorga por temporada, por lo que un destino galardonado deberá refrendar cada año su certificación.

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