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El independentismo se cuela en la campaña electoral del Barcelona

Inmerso en un proceso electoral que proclamará a su próximo presidente el 18 de julio, el Barcelona vio ayer cómo el independentismo catalán se colaba en la campaña para suscitar una inusual unanimidad de los aspirantes a la presidencia.
La decisión el martes de la UEFA de abrir un expediente sancionador al Barcelona por las numerosas banderas independentistas (“estelades”) exhibidas por la hinchada azulgrana en la pasada final de la Liga de Campeones disputada en Berlín provocó un rechazo generalizado de los precandidatos, que acusaron al órgano rector del futbol europeo de no respetar la libertad de expresión de los hinchas del Barcelona.
El más rotundo fue el ex mandatario azulgrana Joan Laporta, que no dudó en apuntar al gobierno español como instigador de la controvertida medida tomada por la UEFA.
“Hay actuaciones del Estado que, de manera muy sutil, intentan contrarrestar este movimiento que existe en Cataluña”, afirmó ayer Laporta, independentista confeso, en un acto de su campaña electoral.
“Alguien habrá pedido a la UEFA que lleve a cabo esta acción, pero ésta es una de aquellas acciones que acaban en nada”, le secundó, de manera más moderada, Josep Maria Bartomeu, mandatario saliente y máximo rival de Laporta en la carrera por la presidencia del Barcelona.
Horas antes de que Laporta y Bartomeu se pronunciaran, el Secretario de Estado para el Deporte español Miguel Cardenal había asegurado que el expediente abierto por la UEFA al Barcelona era un aviso a Cataluña para que no utilice el deporte con fines políticos.
“El primero que hace política con el deporte es el presidente del Gobierno español”, le replicó Laporta.
El Barcelona, que podría ser multado con hasta 60 mil euros (unos 66 mil dólares) por las banderas y los cánticos independentistas, y penalizado con el cierre parcial de alguna zona del Camp Nou en la próxima edición de la Champions, aún no se pronunció oficialmente sobre la decisión de la UEFA.
A la espera de conocer a su nuevo presidente el próximo 18 de julio, el club está regido ahora por una junta electoral provisional.
El presidente del Gobierno catalán, Artur Mas, también alzó la voz para pedir “respeto” a “la libertad de opinión y de expresión de mucha gente”.
“Entiendo que esto a veces puede no gustar. A mí también hay cosas que no me gustan, pero pasan y me aguanto. Y lo que hay que hacer simplemente en las democracias maduras, estables, es respetar la libre expresión de la gente”, afirmó Mas, después de que la vicepresidenta de su Gobierno calificara la sanción de “extremadamente grave”.
El Barcelona, que jugó un importante papel político durante la dictadura de Francisco Franco, siempre proclamó su defensa de la cultura catalana. Con Laporta como presidente, el club azulgrana exhibió sin tapujos su catalanismo. Con Bartomeu, aspirante ahora a la reelección, moderó su militancia, pero no dejó de manifestar su apoyo e incluso de ceder sus instalaciones para celebrar diferentes actos en favor del derecho a decidir y del independentismo.
“Si tenemos un Barcelona ambiguo y blando, nos encontramos en una situación en la que damos ventajas y nos puedan humillar”, afirmó ayer Laporta, que no desaprovechó la ocasión para cargar contra la junta saliente en la carrera electoral que mantiene con Bartomeu. (DPA / Barcelona).

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