Carlos Pérez Aguirre

Terminan las elecciones, inicia el incremento de precios

Todo indica que, habiéndose terminado el proceso electoral, al partido que gobierna a nivel federal ya no le interesa guardar las formas, y ha reiniciado una acometida ahora más cruenta, contra el ingreso familiar y el patrimonio nacional.
Así, como parte de esa política anunció un incremento en la cuota en la autopista del Sol que impacta directamente a la economía de las familias de la entidad, puesto que aumenta el costo de los servicios y bienes que consume la población, disminuye el flujo de turistas, y reduce también los ingresos de los prestadores de servicios turísticos y el empleo; esta decisión se suma a la problemática que vive la entidad, a una actitud gubernamental poco sensible que sólo utilizó la acción como propaganda electoral.
Pero esta agresiva política contra la economía familiar no sólo se aplica en la entidad, es una acción generalizada, y los ejemplos sobran.
Ya fue anunciado por el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, el programa de recorte al gasto público y la disminución de los presupuestos gubernamentales, que afectará diversos rubros, entre ellos salud, educación, carreteras, programas sociales y un sinnúmero de etcéteras. La cotización del peso respecto a otras monedas sigue su marcha descendente, está ya en los 16 pesos por dólar, lo que implica una aguda devaluación de nuestra moneda, incrementándose la deuda pública y privada. Se ha anunciado el descubrimiento de importantes reservas petroleras, pero ya no serán explotadas por Pemex, sino por empresas extranjeras, las que reportarán reducidos ingresos al país; en los hechos se dejara de percibir el grueso de la renta petrolera.
La reforma educativa –en los hechos, sólo laboral– seguirá aplicándose, con la comprensible inconformidad del magisterio y los daños colaterales a la sociedad y a los educandos; la causa es el inadecuado mecanismo para lograr la imposición de una deficiente reforma. La energía eléctrica que tanto se promocionó que disminuiría de precio, en realidad aumentó exponencialmente, al igual que la gasolina, y hoy de nueva cuenta registra incrementos –según diversos comentarios–, creemos entonces que sólo fue un ardid publicitario para inventar logros.
La aplicación de diversas medidas contrarias al interés público parecerían ser la tónica que se había disimulado, o hasta detenido en una especie de “tregua electoral” contra la población, pero ya terminó y ahora continúa el libreto que nos había recetado desde hace ya varios años. La política fiscal también ha jugado su papel, más impuestos al consumo, más impuestos y, sobre todo, más trámites para la micro, pequeña y mediana empresa – que son las que generan el 85 por ciento de los puestos de trabajo formal y los ingresos–, esta actividad fiscal ahoga a estas empresas e incentiva el comercio informal.
Y si no bastasen esas políticas contrarias a la economía familiar, el otro flagelo que aqueja a nuestra sociedad y que no muestra avances en su erradicación, sino por el contrario evidencia fortalecimiento, se llama delincuencia.
El partido en el poder federal mediante cualquier procedimiento garantizó su permanencia, y la mayoría en el Congreso federal, los resultados son una actitud cada vez más agresiva contra la sociedad.

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