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Federico Vite

Un estudio del lector

 

Gremio de Editores, empresa libresca española, se dio a la tarea de iniciar una investigación acerca de las preferencias de los lectores adolescentes en Madrid y señala que los noveles lectores prefieren un género híbrido compuesto por sagas interminables que suceden en submundos de leyenda con una épica con cierto encanto de la Edad Media. ? Este trabajo toma como referencia la venta de 228 mil 23 millones de ejemplares en 2010. Refiere que el 100 por ciento?de los estudiantes lee por estudios, un 82.6 por ciento lee en su tiempo libre y de ellos el 77.1 por ciento lo hace diaria o semanalmente, según la investigación realizada por Gremio de Editores. En el 2011 un 48 por ciento de los adolescentes madrileños lee revistas, un 26.7 cómics y un 22.5 por ciento periódicos. Frente a los que no leen nada, ?nace una generación que lee por todos los demás y un estadio intermedio, con un promedio de lectura de entre cinco y seis libros al año. En otro equipo juegan los que optan por una solución nueva y se quedan en el cómic, que para ellos tiene una recompensa inmediata a través de los dibujos. Expertos del sector editorial apuntan que en la fase siguiente, los jóvenes de entre 14 y 24 años el porcentaje de lectores baja al 68.9 por ciento. Una franja en la que el tránsito de una etapa a otra de la vida se hace más evidente y un tiempo en que las narraciones, cuyo desenlace lleva consigo la transformación del personaje, se leen como caldo de pollo para el alma. En el otro lado, se ubica los que huyen de la lectura, casi un 40 por ciento. Estos últimos, aparentemente, se conforman con la computadora y el cine. “La ausencia de lectura revierte en la escritura y el lenguaje, que son los elementos que conforman el aprendizaje. Llegarán a la universidad sin saber construir frases, carecerán de vocabulario y no sabrán expresarse”, concluye el estudio. Los hijos de padres lectores (8 de cada 10 de entre 6 y 14 años) leen una media de 3.3 horas semanales. Para ese círculo Harry Potter o?El señor de los anillos?juegan el papel que las aventuras de?La isla del tesoro?o las obras de autores como Julio Verne ejercieron sobre generaciones anteriores. Educados con la Wii o la Play Station, habilísimos en internet y acostumbrados a chatear, los jóvenes del siglo XXI necesitan novelas de aprendizaje que se pueden ver más que leer. Siguiendo esa máxima buscan lecturas donde pasen muchas cosas, y donde la cuestión sexual, con o sin resolver, ocupe una parte importante. La nueva literatura juvenil está a la altura de los tiempos que corren; más que divertir y formar se escribe para estimular al instante y en el momento. La educación tampoco se enfoca a potenciar la reflexión. Todos los datos apuntan que la literatura infantil y juvenil sufre la crisis editorial con menor intensidad. Autores de éxito, como Stephenie Meyer, autora de la saga Crepúsculo, Christopher Paolini –su nuevo título de la serie Eragon,?Legado,?se puso a la venta en noviembre en Estados Unidos con una tirada de dos millones y medio de ejemplares y ahora sale en español con 100 mil copias– o J. K. Rowling, ayudan y mucho a que las cuentas cuadren a final de año.? Según el Gremio de Editores, un 12 por ciento de la venta se corresponde con el género infantil y juvenil, pero la facturación supone casi las tres cuartas partes del mercado interior. El precio medio de un título para adultos ronda los 12 euros frente a los 8.89 de los infantiles.

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