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Liberan a los estudiantes detenidos, todos con huellas de tortura

Declaran que fueron pateados durante horas por los policías ministeriales. A uno le abrieron la cabeza a golpes y se desangró en los separos de la Procuraduría. Falsa, la versión de que un estudiante llevaba un rifle AK 47, relatan

Jesús Saavedra

Chilpancingo

Los estudiantes liberados ayer por la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) mostraron visibles huellas físicas de la golpiza que les dieron policías ministeriales en el desalojo y la posterior tortura a la que denunciaron fueron sometidos en los separos de esa dependencia estatal. Este martes poco antes de las 12 del día fueron liberados 23 jóvenes de los 24 jóvenes detenidos tras la refriega en las que fueron asesinados dos normalistas. Sólo quedó detenido Gerardo Santiago Peña, acusado de portar un rifle AK-47. “Pensé que me moría de tanto golpe que recibí”, dijo Salvador Navarrete Sarabia, tal vez el joven que está más golpeado. Tenía el ojo cerrado por la golpiza que recibió, y respira con dificultad. Dijo que recibió patadas por más de tres horas. En su cabeza, en la parte posterior, cerca de la nuca tiene una herida de no menos de diez centímetros de largo, la cual tiene sangre coagulada, que también lleva en los costados de su rostro. Tiene 19 años y estudia el primer año en la Normal Rural de Ayotzinapa. Dijo que a pesar de tener una herida en la cabeza no recibió atención médica y de eso quedo constancia en la celda donde estaba detenido, cuyas paredes quedaron manchadas de sangre. “Pensamos que se nos moría por tanta sangre que estuvo regando, pero cuando nos dijeron que salíamos, un policía entró y se encargó de darle una lavada a la sangre que dejó el compañero”, relató uno de los muchachos que lo acompañaba en la celda. El muchacho explicó que los detuvieron “cuando estábamos en la protesta, nos golpearon y nos trajeron aquí, a golpes, no nos dimos cuenta quién nos golpeaba, nos dieron de patadas, de golpes hasta que se cansaron”. “Soy estudiante de primer año, no llevábamos armamento, porque eso nos estaban diciendo aquí adentro, quienes nos golpeaban nos exigían que declaráramos quiénes portábamos armas, pero siempre dijimos la verdad, no íbamos armados, ¿cuándo nos han visto armados en las protestas?”, añadió. Recuerda que fue de los “primeros que agarraron, adentro nos interrogaban, nos preguntaban quiénes nos mandaban, quiénes eran los líderes, qué pedíamos, y nosotros no provocamos nada, no tenemos que ver con esa arma, nos sentimos mal que hayan muerto dos compañeros, esto está muy mal, mal, que se castigue a quienes dispararon y mataron a los compañeros”. Habla mientras trata de secarse las lágrimas del dolor moral y físico que lleva. Otro estudiante con los dos ojos morados por los golpes, Jonathan Juárez Urbano, también aceptó dar su testimonio y echa por tierra la versión de que hubo “agentes externos” que provocaron esos hechos de violencia, como lo afirmó el procurador Alberto López Rosas el lunes. “Nosotros somos estudiantes de la normal, no somos gente externa como dicen las autoridades, y salimos a manifestarnos para pedir plazas a los egresados, que se respetara la matrícula de nuevo ingreso y la salida del director, al que no queremos”, expresa. “Repudiamos esta injusticia, porque hubo peticiones de diálogo con el gobernador Ángel Aguirre para llegar a un acuerdo, pero el señor se cerró al diálogo y por eso realizamos esta actividad, para que dialogara, pero salimos agredidos por los policías”, añadió. Dijo que fueron “agredidos gravemente, hay dos compañeros asesinados, nos golpearon, y cuando nos trasladaron a los separos de la Ministerial, pretendían inducir las declaraciones y sostener que íbamos armados, que provocamos esto, cosa que no es cierto, somos estudiantes de la normal rural y jamás hemos protestado armados, de eso hay constancia pública”. Lo del cuerno de chivo, fabricado Recordó que “hay un compañero que se queda detenido, lo están acusando que llevaba un cuerno de chivo, lo cual es falso; el compañero es estudiante y por supuesto que no iba armado, todo esto es fabricado”. “En ningún momento fuimos utilizados, tenemos claro el idealismo de defender los derechos que nos pertenecen, como el artículo tercero de la Constitución, de tener acceso a la educación pública, y del artículo sexto del derecho a la libre manifestación”, añadió. Otro muchacho, quien pidió que no se le tomara su nombre, explicó que cuando los detuvieron “nos tiraron al suelo, nos golpearon, nos patearon a todos, nos preguntaron si éramos estudiantes, si pasábamos de casualidad, y ya que se cansaron de golpearnos nos subieron a una camioneta y nos pusieron uno sobre otro, nos trajeron a los separos y aquí nos bajaron a golpes, adentro a cada rato nos golpeaban, pedían direcciones, nombres de los líderes, que quiénes nos encabezaban”. Sostuvo que para cualquier interrogatorio “nos golpeaban, de hecho a un compañero que le abrieron la cabeza a golpes, se desangró en los separos y antes de salir libres estuvieron limpiando la sangre para borrar la evidencia”. También indicó que los manifestantes “no íbamos armados, nadie de los compañeros, lo único es que nos defendimos con piedras ante la agresión, y nadie iba armado, quienes empezaron a disparar al aire fueron los federales, y de repente vimos a los compañeros tirados en el piso, los asesinaron”, afirma el joven que tiene el ojo izquierdo morado y lesiones de patadas en el costado izquierdo del cuerpo. “Es una masacre contra los compañeros, es algo abominable, ya no nos van a reprimir, ahora nos van a asesinar, como a los dos compañeros que cayeron ayer, y lamentamos el dolor que tienen sus familiares y le exigimos al gobierno que rinda cuentas de sus actos, que se castigue a los responsables de estas atrocidades que han cometido en nuestra contra”, añadió. Otro de los liberados recordó que el gobernador Ángel Aguirre Rivero “fue a la escuela y nos prometió que nos iba a apoyar con todo, y esa fue la respuesta de su apoyo, los golpes, las balas y el asesinato de dos compañeros, y si nos movilizamos fue para que el gobernador dialogara con nosotros, que nos atendiera, que nos diera audiencia y que resuelva la firma de una minuta de acuerdos de la matrícula de nuevo ingreso, del director que quieren imponer los maestros”. “Los compañeros son estudiantes, no íbamos armados, iban con nosotros de organizaciones sociales y es mentira que digan que fuimos los primeros en agredir, ellos empezaron a dispararnos”, añadió. Recuerda que luego de ser detenidos “nos golpearon en el piso, nos tuvieron tres horas en el piso golpeándonos, boca abajo con las manos en la espalda, y fue hasta que llegaron personal de derechos humanos cuando modificaron su actitud los policías, a todos nos golpearon”. Por ello exigió “que se esclarezcan los asesinatos de los compañeros, que las peticiones se resuelvan por la vía pacífica, no de esta manera agrediéndonos, golpeándonos, torturándonos; dos compañeros perdieron la vida por defender sus derechos de estudiantes y eso no se vale, no se vale que las familias de los compañeros estén sufriendo, venimos de familias pobres a luchar por tener una carrera, pero nos recibieron de la peor manera y asesinando a dos compañeros, no se vale”. Entre los liberados, una mujer Entre los liberados está una joven. Invariablemente todos presentaban señales de tortura física. Fueron liberados Francisco de Jesús Campos, Salvador Navarrete Sarabia, José Manuel Matus Toledo, Edgar Eduardo López Juárez, Miguel Ángel de Jesús Campos, Ricardo Ramón Ayala, Andrés Jacinto Antúnez, Gibrán García, Alberto Rojas Bautista, Hernández Ramírez, Jesús Moso Solano, Francisco Carreto Adame, Nicolás Hernández García, Luselbi Pineda Juárez, Francisco Adame Vargas, Gerardo Torres Pérez, José Eduardo Moyao Miguel, Luis Enrique Sánchez Pacheco, Leticia Hernández Camargo, Luis Felipe García Otero, Jonatan Juárez, Jerami Chavelas Cosme y Antonio de Jesús Pérez Manzanarez. En el acto estuvo el subprocurador César de los Santos Mendoza; el presidente de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos (Codehum), Juan Alarcón Hernández; el abogado de Tlachinollan, Vidulfo Rosales Sierra; el dirigente del magisterio disidente, Minervino Morán Hernández; y el dirigente del Frente de Masas Populares, Javier Monroy. En el acto, Alarcón Hernández calificó el hecho como “grave” y anunció que se daría la asesoría legal necesaria a los liberados. Sobre el estudiante que aún continúa detenido, Gerardo Santiago Peña, dijo que “vamos a estar pendientes que no se vaya a cometer actos de presión, de maltrato o de tortura”. Durante un breve encuentro con padres de familia de los jóvenes liberados, le exigieron al presidente de la Codehum que emita un pronunciamiento condenando al gobierno de Ángel Aguirre Rivero por el asesinato de dos estudiantes y la tortura a la que fueron sometidos los jóvenes detenidos.

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