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Busca el gobierno culpar al normalista herido del incendio de la bomba, denuncia su padre

En la PGJE aseguran que será llamado a declarar como víctima de la represión, pero los agentes del MP insisten en acusarlo, advierte la Red de Derechos Humanos

Lourdes Chávez

Chilpancingo

 

Aunque oficialmente será llamado a rendir su declaración como víctima de la represión policiaca, el Ministerio Público busca culpar al normalista Édgar David Espíritu Olmedo, herido de bala en el desalojo de estudiantes el 12 de diciembre pasado, de provocar el incendio de la bomba despachadora de la gasolinería Eva, donde resultó herido de gravedad uno de los trabajadores. Consultado sobre el caso, Manuel Olivares Hernández, de la Red Guerrerense de Organismos Civiles de Derechos Humanos, informó que al enterarse de la presencia de policías en el hospital del ISSSTE donde es atendido el estudiante herido, abogados del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan y del Centro José María Morelos y Pavón, hablaron con el fiscal de Derechos Humanos de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE). Olivares Hernández indicó que en reunión con el funcionario, éste aseguró que el normalista sólo presentaría su declaración ministerial en calidad de agraviado, pero los defensores de derechos expresaron sus dudas ante las diversas irregularidades que hay en el caso. Por ello alertó de la posibilidad de que todavía pretendan responsabilizar al herido de haber prendido fuego a la bomba de gasolina, donde un trabajador resultó con quemaduras graves y su estado de salud es crítico. Y dijo que los agentes del MP “como que insinuaban que lo querían declarar indiciado como presunto responsable del indencio de la gasolinería”. Por su parte, entrevistado en el área de urgencias del ISSSTE en Chilpancingo, Anselmo Espíritu Viveros, padre del normalista herido, denunció que en la Dirección del hospital le informaron que personal del Ministerio Público tiene como indiciado a su hijo por el incendio de la gasolinera Eva, y ayer trataron de ponerle dos guardias de seguridad pero no lo permitieron. Antes, informó que personas que se identificaron como parte de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) intentaron realizar una diligencia a las 2 de la madrugada, el miércoles pasado, a unas horas de que Édgar David salió de una cirugía, a espaldas de los familiares, sin la presencia de abogados o la asesoría de los grupos de derechos humanos. Anselmo Espíritu indicó que un doctor, de apellido Méndez, permitió la entrada a agentes de la PGJE al cuarto del hospital, las enfermeras lo desconectaron de los aparatos que le habían colocado con la cirugía y movieron su cama de lugar para tomar sus huellas dactilares, sangre y se presume que también para realizar una prueba para detectar si había disparado un arma de fuego. Al percatarse, el joven pidió que llamaran a su mamá. Miriam Olmedo Ramos detalló que cuando la llamaron, imaginó que su hijo se había puesto peor, pero cuando entró y vio lo sucedido, su hijo desconectado, casi dormido, con bolsas y papeles alrededor, le reclamó a las enfermeras que responsabilizaron del hecho al médico auxiliar. En tanto, Anselmo Espíritu consideró que existe una complicidad entre el Ministerio Público y este médico, de quien dijo, también es perito de la PGJE. Por otro lado, recordó que al enterarse de los sucesos del 12 de diciembre, se trasladó a Chilpancingo y encontró a su hijo con una herida de bala con entrada y salida en pecho; él le explicó que ese día salieron a manifestarse para que el gobernador Ángel Aguirre les hiciera caso, pero llegaron los federales y comenzaron a tirar balazos. Detalló que Edgar David se encontraba en el bulevar Vicente Guerrero cuando comenzaron los balazos, se agachó y se levantó para correr cuando sintió el impacto en el pecho, aunque sintió el ardor no hacía caso, hasta que vio la sangre, se alzó la playera y vio un boquete que lo impresionó, “porque sangraba muchísimo”. Añadió que se tapó y pidió ayuda a los mismos federales que se encontraban al frente, les dijo “ya me dieron, ahora ayúdenme”, pero le respondieron de forma altanera y le gritaron “quítate de aquí mejor”. Volvió atrás la vista y vio a Alexis Herrera Pino, uno de los muertos en el tiroteo, tirado en el piso. Él corrió tras un grupo de sus compañeros, que se subieron a un vehículo Urvan, y lo llevaron a las instalaciones de Bomberos, cerca del Congreso local, desde ahí una ambulancia de Protección Civil lo trasladó al hospital del ISSSTE. Anselmo Espíritu añadió que su hijo estuvo muy delicado de salud, y que en este momento se está restableciendo pero están esperando que transcurran 48 horas, para reducir los riesgos de una infección. Consideró incongruente que el gobierno tome medidas contra estudiantes, “¿cómo se van a poner con los estudiantes? Éstos a pedradas y ellos con armas de fuego”, dijo.

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