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Personas con playeras rojas y la leyenda “Ayotzinapa” prendieron el fuego en la gasolinería

Huyeron por atrás, lejos del resto del grupo de normalistas. Alejandro Montealegre, encargado del negocio, relata cómo se quemó Gonzalo Rivas al tratar de sofocar el incendio

Lourdes Chávez

Chilpancingo

El encargado administrativo de la gasolinería Eva, Alejandro Montealegre Borges, informó que el día del desalojo de estudiantes normalistas vio a dos personas con playeras rojas, que llevaban la leyenda de “Ayotzinapa”, rociar gasolina a la bomba despachadora de combustible e iniciar el fuego con cerillos. En entrevista, informó que el jurídico de la empresa ese mismo día presentó una denuncia ante la Procuraduría General de Justicia del Estado contra los estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos, por daños, y “supongo” que hasta por intento de homicidio. En el siniestro se incendió la bomba despachadora y el empleado Gonzalo Rivas, de 49 años de edad, que intentó apagar el fuego con un extinguidor, terminó con quemaduras de tercer grado. Añadió que Gonzalo Rivas está siendo atendido en la ciudad de México, y por enviados de la Comisión Nacional de Derechos Humanos saben que está recibiendo la mejor atención, y que incluso recibió la visita de Margarita Zavala, esposa del presidente de la República. Ayer a mediodía, a tres días del desalojo de normalistas del bulevar Vicente Guerrero, peritos de la Procuraduría General de la República estuvieron en la gasolinería Eva tomando datos. Montealegre Borges confirmó que momentos antes también estuvo en el lugar el ex procurador del estado, Alberto López Rosas, pero no habló con él. Señaló que esta sería la primera visita de autoridades de gobierno, “por llamarlo así”. Añadió que ningún funcionario se ha acercado a ellos, a pesar de ser víctimas colaterales en la situación, y cuando su único mal fue estar en su sitio de trabajo, “distinto a los estudiantes y a las autoridades que estaban para evitar esto”, dijo. Sobre los hechos del 12 de diciembre, donde murieron a balazos dos normalistas, Montealegre Borges informó lo que vio antes y durante el desalojo. Indicó que cuando los estudiantes llegaron y terminaron de descender de los autobuses, se percató de que policías federales también se encontraban en el bulevar. Señaló que los jóvenes comenzaron a insultar a los policías, y en la gasolinera los trabajadores aplicaron el protocolo de seguridad, es decir, cortar el suministro de combustible, cortar energía eléctrica y suspender los servicios de tienda y baño. También informó que se bloqueó el acceso al patio de servicio desde el bulevar, con unos biombos, pero como estaba lleno de automóviles, “los federales nos pidieron que diéramos acceso a esos vehículos para desahogar la vía, porque estaban muy cerca de los manifestantes”. Dijo que permitieron el acceso y volvieron a instalar los biombos cuando un grupo de manifestantes se dirigió a la gasolinería; lo primero que hicieron fue desprender todos los extinguidores, otro comenzó a tirar todas las aceiteras, llevaron un bote de basura a mitad de la carretera y descolgaron todas las mangueras, yo creo que pensaron que de ahí iba a salir combustible. Particularmente, señaló a “dos tipos vestidos de rojo, donde decía normal de Ayotzinapa, yo lo vi de frente, uno de ellos traía una garrafa de gasolina, y empezó a rociar la bomba, el depósito y colocó la garrafa, con el resto de combustible, en la parte superior de la bomba, y de su pantalón extrajo unos cerillos”. Entonces le gritaron que no fuera a prenderle fuego, pero no hizo caso; cuando los policías se dieron cuenta, los muchachos se dieron a la fuga, por el patio de servicio, hacia el Huacapa, lejos del contingente de normalistas. En ese momento escuchó un ruido, como una detonación, parecido a un balazo, del lado donde estaban los manifestantes; “al ver que venían correteando a los dos tipos de playeras de rojo, se produjo gran caos”. Después escuchó disparos, sobre todo en la parte sur y en la gasolinera se generó un gran pánico porque aún había gente, cuando el muchacho de la playera roja prendió el fuego, los trabajadores de la gasolinera trataron de detenerlo, pero desistieron por miedo, y se resguardaron porque la bomba se estaba incendiando. Aclaró que la bomba por sí sola nunca iba a explotar, sólo se quemaría el cascarón, porque tienen un protocolo de seguridad que permite cortar el suministro ante una amenaza. Añadió que hubo un momento que se avivó más el fuego por el aceite tirado en el piso, y Gonzalo Rivas tomó un extinguidor de la oficina para apagar el fuego, pero no se percató de que había una garrafa sobre la bomba. Detalló que en un instante la garrafa explotó, cubrió a Gonzalo Rivas, que salió desprendido de una bola de fuego, y en ese momento lo asistimos tratando de apagar el pantalón que lo traía prendido, “lo vimos muy grave”. Agregó que en ese momento aún se oían muchos balazos, y a los 15 o 20 minutos llegó una ambulancia de Protección Civil que le dio los primeros auxilios al empleado, lo llevaron del Seguro Social a un hospital de Acapulco, y de ahí lo trasladaron a la ciudad de México, donde perdió el conocimiento. Ahora sigue muy grave. Finalmente, solicitó a las instancias de gobierno brindar todo el apoyo a Gonzalo Rivas para su restablecimiento.

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