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El normalista desollado no pudo ser devorado por animales, refuta experta de la UNAM

La investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Quetzalli Hernández refutó la versión de la Fiscalía General del Estado (FGE) de que fauna nociva desolló el rostro del normalista de Ayotzinapa Julio César Mondragón Fontes, en Iguala, donde los estudiantes fueron atacados por policías el 26 y 27 de septiembre.
En un comunicado que se publicó el 24 de junio en el portal de Internet El Rostro de Julio, familiares, amigos y compañeros del joven informaron que tuvieron acceso al expediente del asesinato de Julio César, en el cual la Fiscalía General del Estado (FGE) concluyó que “fauna nociva” devoró el rostro del estudiante de 22 años.
Los familiares rechazaron la versión de la Fiscalía y calificaron el resultado como una absoluta falta de respeto y profesionalismo, que demuestra “el desinterés (de las autoridades) para resolver el caso”.
En el mismo portal, los familiares compartieron un análisis de la investigadora de la UNAM Quetzalli Hernández, en el cual argumentó que un análisis profesional debería incluir un estudio extenso sobre las condiciones en las que se encontró el cuerpo de Julio César.
Precisó que el comportamiento de un animal depredador, es de gran relevancia para disponer de un marco de referencia para sustentar las explicaciones de cualquier tipo de análisis, “en el que se requiera determinar si un tipo específico de animal se halló involucrado con el consumo de algún resto mortal”.
Determinó: “cualquier atribución que se realice sobre un agente biológico en la configuración de restos mortales debe partir de un conocimiento del comportamiento actual de la fauna carnívora y (o) carroñera, y de las razones adaptativas de la misma, no de asunciones carentes de base o de explicaciones ad hoc que surjan debido a una falta de formación etológica sin un referente actual válido”.
Resaltó que no todos los animales que se alimentan de forma omnívora o carnívora comen restos de animales muertos, y los animales que sí lo hacen son los carroñeros.
Según el análisis, los animales carroñeros acceden a restos mortales de modo secundario y suelen consumirlos de manera rápida en el lugar donde los obtienen, son capaces de comer con gran voracidad por medio de la maximización individual de la ingesta de nutrientes o hasta el consumo total de un cadáver de talla pequeña.
El comportamiento que describe, “elimina la probabilidad de que cualquier animal haya arrancado un rostro con tanta precisión”, afirma respecto de la forma en que se halló al joven Julio César.
La investigadora, “con el objeto de deslindar de la responsabilidad a la fauna silvestre”, enlistó a depredadores felinos no carroñeros que cuentan con dientes caninos registrados en Guerrero, “pero no necesariamente presentes en el área de Iguala”, dentro de los cuales se encuentran el ocelote, tigrillo, gato montés, puma y jaguar.
Añadió que todos los animales enlistados, menos el tigrillo, se incluyen en la lista roja de especies amenazadas, como aquellas que disminuyen cada año su número poblacional y que son animales que evitan cualquier sitio donde se detecte actividad humana.
De los animales carroñeros que sí se encuentran en Guerrero mencionó a aves, las cuales no cuentan con dientes caninos, el tlacuache tampoco tiene dientes caninos, el hurón del cual no es común que siga los caminos y veredas del hombre, el mapache que desgarra y arranca pedazos de carne con sus manos, “sin realizar cortes precisos”, el coatí o tejón, el coyote, la zorra gris y el perro doméstico. (Alina Navarrete Fernández / Chilpancingo).

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