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Baja el FMI pronóstico de crecimiento de México en 2015 de 3% a 2.4%

*Y para el próximo año, informa que que la economía mexicana no crecería 3.3%, como lo previó, sino sólo 3%

Agencia Proceso

Ciudad de México

El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó el pronóstico de crecimiento de México a 2.4 desde el 3 por ciento para este 2015 ante la desaceleración económica en Estados Unidos durante los primeros meses del año.
Con este ajuste, el organismo presidido por Christine Lagarde anticipa una menor expansión del PIB del país, sin embargo, se encuentra dentro del rango propuesto por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) que va desde el 2.2 al 3.3 por ciento.
El FMI no sólo metió tijera a su previsión para el presente año, sino también para el 2016, en que la economía mexicana crecería 3.3 a sólo 3 por ciento.
De acuerdo con la actualización de las Perspectivas de la Economía Mundial, en el primer trimestre de 2015 –punto de partida de esta actualización de los pronósticos económicos del FMI– hubo una contracción inesperada del producto de Estados Unidos, con los consecuentes efectos de contagio en Canadá y México.
Algunos factores que provocaron dicha caída en la economía norteamericana fueron “la crudeza del invierno y las huelgas portuarias, sumadas a un fuerte recorte del gasto de capital del sector petrolero”.
De hecho, el Fondo Monetario Internacional también recortó su previsión de crecimiento para la Unión Americana desde 3.1 a 2.5 por ciento para este año.
Este nivel es menor a la expansión económica del mundo que, de acuerdo con el organismo, se prevé en 3.3 por ciento, acompañada de un repunte gradual de las economías avanzadas y una desaceleración de los mercados emergentes y en desarrollo. Sin embargo, para el 2016 el crecimiento se fortalecerá hasta alcanzar 3.8 por ciento.
El FMI detalló que los factores básicos que impulsan la aceleración paulatina de la actividad de las economías avanzadas son condiciones financieras favorables, una orientación más neutral de la política fiscal en la zona del euro, la caída de los precios de los combustibles y el afianzamiento de la confianza y las condiciones del mercado laboral.
Mientras, en los países emergentes y en desarrollo, prevalece la desaceleración ininterrumpida del crecimiento que refleja, a su vez, la caída de los precios de las materias primas y el empeoramiento de las condiciones financieras externas, los cuellos de botella estructurales, el reequilibramiento de China y las tensiones económicas relacionadas con factores geopolíticos, especialmente en la Comunidad de Estados Independientes y algunos países de Oriente Medio y Norte de África.

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