Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Héctor Manuel Popoca Boone

En el año de hidalgo, lo mucho es algo

En la segunda mitad del siglo XX, en las regiones indígenas de Oaxaca dábase el hecho de una muy precaria dotación de recursos públicos municipales para enfrentar el pago de personal y la demanda ciudadana. En su mayoría, los posibles presidentes de los municipios indígenas eran renuentes a ser seleccionados para tal responsabilidad.
Los hombres jóvenes no querían participar voluntariamente porque eso implicaba abandonar los trabajos de la milpa durante el tiempo que fungieran como autoridad municipal. Entonces, el Consejo de Mayores mandataba a un grupo de topiles (policías comunitarios), para que fueran por el reacio a su casa y, simbólicamente, lo llevaran maniatado a las oficinas municipales a que tomara el cargo.
Con el trascurrir del tiempo, la situación cambió gracias a los esfuerzos por establecer un verdadero federalismo en el país, al trasladar una serie de facultades, funciones y recursos a los municipios, de acuerdo con el artículo 115 constitucional. Ahora, los ayuntamientos gozan de medios presupuestales tanto para sufragar el gasto corriente como para pequeñas obras públicas comunitarias. Además se les facultó para el cobro del impuesto predial y servicios públicos como el agua entubada.
Ya es atrayente ser presidente municipal, por la cantidad de recursos económicos que manejan, a los cuales es posible darles un pellizco o pellizcote. Por eso, los candidatos destinan buena cantidad de dinero a las campañas y a la compra de votos, porque de salir triunfadores saben que el rembolso será muy generoso.
Eso es así, ya que el ejercicio de los dineros públicos todavía se da en un marco de corrupción, peculado o prevaricación. Prevalece la poca transparencia en su aplicación, así como la tergiversación de las auditorías “a modo”. Todo eso, con la consabida impunidad.
El Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social Municipal (FAIS) es actualmente la principal fuente federal de recursos para la inversión pública del municipio. Los ayuntamientos los utilizan “para la realización de obras y acciones que atiendan prioritariamente las carencias sociales”.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público transfiere los presupuestos públicos de ese ramo a través de la Sedesol (federal), que es la dependencia normativa. Ésta a su vez, los entrega al gobierno del Estado, que funge como instancia administradora. Los receptores últimos son los ayuntamientos. Los presidentes municipales y sus tesoreros no pueden aplicar arbitrariamente los recursos del FAIS.
Deben hacerlo acatando reglas de operación, previamente fijadas por el gobierno federal; con el propósito de dirigir los recursos a las poblaciones prioritarias y tener un mínimo de orden en el ejercicio de los mismos, que posibilite la rendición pública de cuentas y la entrega de resultados. Cosa que aquí no se cumple. Como dicen amigos de la ciudad de México: “Guerrero se cuece aparte”
Algunos presidentes municipales van a hacer “su agosto al costo” con el FAIS 2015, que asciende a un total para Guerrero de 4 mil 663 millones de pesos. Los que reciben la mayor cantidad de dinero del FAIS son, en números redondos: Acapulco (497 millones de pesos), Chilapa (227 millones), Chilpancingo (153 millones), Ayutla (146 millones), Acatepec (143 millones), San Luis Acatlán (119 millones), Heliodoro Castillo (114 millones), Ometepec (110 millones), Tlapa (109 millones), Taxco (101 millones) y San Miguel Totolapan (101 millones de pesos).
La última ministración que recibirán los presidentes municipales del FAIS será en octubre, y como es el año de hidalgo… ¡Imagínense! Mínimamente el 20 por ciento de lo autorizado. Libres de polvo y paja.

PD1. En Ayutla, el ex presidente municipal y hoy diputado local electo, Severo Castro Godínez le traspasó el gobierno de la comuna a su esposa, Hortensia Aldaco Quintana, ambos ganaron las elecciones mediante la compra masiva del voto. ¡Uf!

PD2. En la ciudad de México, Elena Poniatowska denuncia que, en la Delegación Iztapalapa el PRD le ganó las elecciones a Morena por medio de la compra de votos y el reparto de tarjetas Coppel. ¡Pinche cultura democrática la que tenemos!

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