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Entre la crítica y la defensa del mecenazgo estatal dialogan jóvenes creadores

Entre críticas al Estado mexicano, por el control sobre el aparato cultural del país y defensa del mismo, por ser la única instancia que le “echa” dinero, trascurrió la mesa temática Literatura Estado y Sociedad, dentro de las actividades del 8 Encuentro Nacional de Jóvenes Escritores Acapulco Barco de libros, en el Centro Cultural Domingo Soler. Temas como la autogestión y la formación de públicos quedaron fuera de la discusión.
Ante apenas unas 12 personas, participantes del propio encuentro, los jóvenes escritores Armando Salgado, Diego Olavarría y José Mariano Leyva, bajo la moderación del también escritor Daniel Fragoso, expusieron sus puntos de vista sobre la trascendencia de la obra literaria.
Para Armando Salgado, premio Nacional de Poesía Joven Francisco Cervantes Vidal 2013, hablar sobre trascendencia es hablar de que cada escritor trabaja sobre su propia ética y estética: “Cada quien debe saber lo que está escribiendo y debemos de converger, posicionar territorios lejos de una vigencia”, más allá de que el trabajo sea apoyado o no desde el Estado.
Se puede aspirar a las becas, a los estímulos, “pero el asunto es ver cómo hacerlo con honestidad” y puesto que el sistema cultura del país privilegia a los amigos por encima de las obras, recordó el autor de los libros Cofre de pájaro muerto (Ediciones Punto de Partida, 2014) y Fiebrerías (Diablura Ediciones, 2014).
Diego Olavarría señaló que más que acceder y tener los apoyos, la preocupación es que sean en verdad necesarios, pues los mecenazgos ya desaparecieron.
“Antes que nada es importante pensar en la posición social que tiene la literatura, que ha estado en picada en los últimos 30 o 40 años”, declaró el ganador de primer Premio Nacional de Crónica Joven Ricardo Garibay 2015.
A ello, el también traductor agregó que se suma el hecho de que  “actualmente estamos pasando por una época extraña, la legitimidad social proviene de manera exacerbada del dinero, y ya no hay esa aspiración del rico culto, que va a la ópera, sino que ahora el rico se da el lujo y el derecho a ser ignorante y ser burdo”.
Sin embargo, para el historiador, ensayista y narrador José Mariano Leyva, el asunto de los apoyos que se reciben del Estado, es que son una eterna polémica.
Es triste depender del Estado para la creación, lamentó, “pero la pregunta interesante es si con este tipo de estipendios, de dinero, de becas, ¿quien sobrevive en un país donde la cultura no vende?”, cuestionó el autor de Perversos y pesimistas (Tusquets, 2013).
Sin haber llegado a una conclusión general, los escritores coincidieron en el hecho de que “cada quien sabe la dirección que tomará su escritura”. (Óscar Ricardo Muñoz Cano).

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