Ignora DIF a víctima de trata que pide que su hija sea ubicada en un albergue en Acapulco

La presidenta de Camino con Alas, Eva García, lamentó que las instituciones tengan que ver publicados en los diarios los casos de mujeres en condiciones extremas para brindarles apoyo, respecto al caso de Bernarda García Benito, que fue rechazada de las instituciones de salud y de Acapulco se trasladó a Chilpancingo, a buscar una cura de sus enfermedades.
Hace mes y medio, Eva García presentó a El Sur el caso de Bernarda, que con la promesa de una cura llegó un año antes a Chilpancingo, y con ella llevó con sus hijos a padecer explotación de una persona que presuntamente le tendería la mano.
La frágil mujer, que apenas sabe leer, padece osteopenia, anemia, tuberculosis y virus de papiloma humano, no estaba en condiciones de mantenerse por sí misma, ni velar por sus dos hijos pequeños.
En mayo, Bernarda relató que fue orillada a pedir limosna por las calles, para reunir dinero que pagaría a un brujo que le dijeron podía sanarla; su hijo de 8 años, dejó la escuela y fue obligado a recoger Pet en las calles; y el DIF estatal le quitó a su hija de 12, cuando se descubrió que había sido violentada sexualmente.
Sin documentos oficiales, ni identificaciones que entregó a la mujer que la estaba explotando, tampoco podía  visitar a su hija, y en esta situación demandó la atención de las autoridades, con la asesoría de Caminos con Alas.
Ayer, Eva García informó que Bernarda ya recibe atención médica, pues con la difusión de su caso, la Secretaría de la Mujer envió a un particular expresamente a atenderla; le dieron 2 mil 500 pesos para que ya no durmiera en el piso, y se comprara comida. Asimismo, dijo que se le tramita una tarjeta de Guerrero Cumple, y consultas para que revisen su visión, afectada por la diabetes.
Sin embargo, denunció que sigue habiendo omisiones, porque no ha podido ver a su hija, internada en el DIF de Chilpancingo; originalmente solicitó su traslado a un albergue de Acapulco, porque no tiene dinero para viajar constantemente.
Como el de Bernarda, Eva consideró que existen muchísimos casos de mujeres en condiciones extremas de vulnerabilidad, adultas mayores y niñas, que no son registradas por las instituciones, pero reservó hacer cualquier cálculo, porque podría se podría quedar corta.
Recordó que cuando fue el enviado de la Semujer a conocer el caso de Bernarda, se cuestionó por qué no acuden directamente con ellos, y Eva respondió que las mujeres no confían en las instituciones, porque cuando acuden a estas, no las atienden.
Por ejemplo, denunció que Bernanda, buscó atención médica en el hospital general de Remamiento en Acapulco, donde le dijeron que no tenía nada, que estaba loca, y en lugar de canalizarla, si hubiera sido el caso, a una instancia de salud mental, se negaron a recibirla más. (Lourdes Chávez/Chilpancingo)