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Federico Vite

Tragedia griega

Algunas de las bondades de la literatura realista son precisamente las dotes premonitorias que alcanzan algunos relatos de corte policiaco. Si a final de cuentas ese género consiste en imponer orden, el escritor griego Petros Márkaris se pasó de lanza. A él le debemos la creación de Kostas Jaritos, un personaje que desde hace años ha denunciado los abusos de la comunidad europea en Grecia; claro, también ha denunciado hasta la náusea los graves errores de los políticos griegos: fallas que aceleraron el montaje del actual melodrama griego en el teatro del mundo.
Los lectores de Márkaris conocen nueve casos del comisario Jaritos: Noticias de la noche (1995), Defensa cerrada (1998), Suicidio perfecto (2003), El accionista mayoritario (2006), Muerte en Estambul (2008), Con el agua al cuello (2010), Liquidación final (2012), Pan, educación, libertad (2013) y Hasta aquí hemos llegado (2014). Más que pesquisas en busca de homicidas, abusadores sexuales y violaciones de la ley a cargo de bandidos de cuello alto, Márkaris se ha caracterizado por ofrecerle al lector en castellano un panorama de la Grecia moderna, ese país que no puede ofrecer garantía alguna a los inversionistas que pretendían engrandecerse su capital ahí, en la cuna de la civilización occidental. La crisis económica parece inevitable.
Márkaris, de la mano de Jaritos, ha mostrado varios de los problemas de Grecia; desabasto de agua potable, fallas en el drenaje y en los servicios de limpieza; confrontamientos entre los diversos grupos de la delincuencia organizada que tratan de apoderarse de ese país que tanto ha dado a la historia de la humanidad. Más que novelas de corte detectivesco, los casos de Jaritos poseen la minuciosidad de los grandes relatos costumbristas. Al sumergirse en las novelas, no sólo presenciamos secuencias de acción, ejercicios deductivos y problemas económicos, porque siempre hay problemas económicos en la familia misma de Jaritos, porque ese detective no es un hombre encantador sino un tipo malhumorado, gritón, intransigente. Tiene un pasado policía grisáceo. Está casado con Adrianí, adicta a la televisión, buena cocinera y gran consejera. Ella es el contrapunto para saber las noticias actuales de la capital griega. Jaritos recorre las calles de Atenas en su Mirafiori. La mirada crítica del personaje nos descubre una ciudad rota, gastada por la corrupción, el racismo, el nepotismo y la apatía de los civiles. Estamos ante la náusea, ese mal que nos evita la resolución de algunos de los problemas, como el trasiego de drogas y el tráfico de influencias.
En Hasta aquí hemos llegado, Márkaris describe a Atenas sumida en la pobreza, ese es el escenario en el que Andreas Makridis parece muerto. Él es alemán de origen griego que había decidido instalarse en Atenas y abrir una empresa de energía eólica. Aparentemente, Makridis se ha suicidado, el comisario Kostas se hará cargo de la investigación mientras que su hija, la abogada Katerina Jaritos, defiende los derechos de unos inmigrantes africanos, sufre una brutal agresión por integrantes de Amanecer Dorado, un partido neonazi en ascenso. Mientras Katerina se recupera de la agresión, se descubre un segundo cadáver, el de Jronis Nikitópulos, propietario de una academia privada, que aparece muerto de un tiro en la sien, disparado con una vieja Smith & Wesson, como las que el Ejército norteamericano proporcionó a los militares griegos después de la guerra civil.
En cada libro de Márkaris podemos contemplar la historia social de la Grecia contemporánea. Conocemos la vida en las zonas turísticas de aquel país, la visión de los griegos después de las Olimpiadas, el recuerdo de la minoría griega en Estambul, los suicidios a raíz de la crisis económica y la opinión griega sobre la corrupción política. Asistimos pues a un montaje literario que se anunció desde el 2012 en Liquidación final, una novela que ahora puede leerse en la sección internacional de todos los diarios del mundo. Pero lo más simpático es que aunque no basta con denunciarlo ni con repetir esa denuncia; quizá el único regocijo sea descubrir que todo lo relacionado con los humanos está condenado a repetirse. Grecia se baña dos veces en el mismo río. Esa es la paradoja de un pueblo que nos enseñó todo lo contrario: el esplendor de la palabra y del canto.
En castellano, todas las novelas del escritor Petros Márkaris pueden encontrarse en la editorial Tusquets. Que tengan buen martes.

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