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Padres de Ayotzinapa abren una puerta en el cuartel de Iguala y forcejean con militares; los repliegan con gases

*Marchan en la ciudad con maestros y estudiantes para exigir que se abra el cuartel del 27 Batallón del Ejército y que el Grupo Interdisciplinario de Expertos de la CIDH investigue su participación en los ataques del 26 y 27 de septiembre. Se jalonea y empuja el coronel José Rodríguez con los manifestantes. Denuncia la Sedena en la Fiscalía del estado “por los daños y destrozos” a quien resulte responsable

Alejandro Guerrero

Iguala

Padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa detenidos-desaparecidos el 26 y 27 de septiembre marcharon en esta ciudad, y protestaron en el cuartel del 27 Batallón de Infantería para exigir al gobierno que se abran las puertas del cuartel y se permita al Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que se investigue al Ejército, al que acusan de haber participado en los ataques que dejaron seis muertos y 25 heridos, además de los normalistas desaparecidos.
En un mitin en la explanada de Las Tres Garantías después de la marcha en la que también participaron maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), estudiantes e integrantes del Bloque Democrático de Organizaciones y Ciudadanos de Iguala, exigieron una investigación a las policías federal y estatal por su omisión y “complicidad” en los ataques del 26 y 27 de septiembre, así como que se abra un juicio político en contra del defenestrado gobernador Ángel Aguirre Rivero.
Cerca de las 9:00 de la mañana los padres de los estudiantes desaparecidos llegaron en seis autobuses a una gasolinera en la entrada a Iguala, de donde el retén militar que siempre está ahí fue retirado.
Cerca de las 10:30 de la mañana avanzaron en los autobuses hasta la calle lateral de la carretera México-Acapulco y el periférico Poniente donde, encabezados por el vocero y el representante de los 43 de los padres, Felipe de la Cruz y Melitón Ortega, así como el dirigente estudiantil de la Normal de Ayotzinapa, Eduardo Maganda, iniciaron la marcha y caminaron unos 300 metros hasta la entrada principal del 27 Batallón de Infantería.
Ahí los esperaban más de 300 soldados, unos 100 de ellos con equipo antimotines que formaron una valla.
En el acceso al cuartel militar se colocaron dos vallas, una de tubos y otra de rollos con alambre de púas, además de la reja de la entrada de unos tres metros de altura reforzada con púas, todas estas encadenadas.
En ambas torres de vigilancia de la entrada y entre los antimotines había soldados grabando video y tomando fotografías.
Con los carteles de sus hijos desaparecidos, los padres y madres de los normalistas se colocaron frente a los soldados con equipo antimotines que tenían escudos con la leyenda “Policía Federal” y “Policía Militar”.
El vocero de los padres, Felipe de la Cruz, por medio de un aparato de sonido que llevaban en una camioneta particular, dijo a los militares que su visita a casi 10 meses de la desaparición forzada de los estudiantes era para exigir la verdad y la justicia.
“Hoy venimos a exigir que abran las puestas de los cuarteles para que nuestros compañeros del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) puedan realizar su trabajo, porque definitivamente esto no puede quedar en la impunidad”, expuso.
“Si estaban pensando que con el tiempo nos iban a derrotar y que nos íbamos a quedar callados, hoy nuevamente venimos a decirles hasta este lugar, en donde se esconden los criminales bajo las órdenes de Enrique Peña Nieto para asesinar y desaparecer a los estudiantes”, agregó.
“Hoy nos hablan de la faramalla de la fuga del narcotraficante más popular de México, algo increíble, como increíble es que no puedan encontrar a nuestros 43 normalistas desaparecidos”, reprochó.
“Venimos a esta ciudad para recordarles a todos los ciudadanos que aquí se llevaron a 43 estudiantes y asesinaron a tres de ellos, y que nosotros, pase el tiempo que pase vamos a seguir en la búsqueda y en la exigencia de la verdad y la justicia, no vamos a descansar hasta encontrar la verdad, hasta llegar hasta donde tengan a nuestros jóvenes normalistas. Mientras Peña Nieto anda de visita en Francia, en México se siguen cometiendo crímenes bajo la sombra de la impunidad y enmascarados en los uniformes de los policías federales y militares”, expuso.
Acusó a los militares del 27 Batallón de complicidad con los policías de Iguala que detuvieron y desaparecieron a los 43 normalistas y asesinaron a tres, “venimos decididos a abrir las puertas de este cuartel para que se sepa la verdad y podamos llegar a la justicia, y no tenemos miedo, no vamos a descansar y vamos a llegar hasta las últimas consecuencias, pero nos van a entregar a nuestros jóvenes que se llevaron, no nos queda la duda que participaron directamente”.
Por su parte, el abogado de los padres del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Vidulfo Rosales Sierra dijo que con la información que ha difundido la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), “únicamente confirmamos su participación, qué casualidad que a nueve meses de los hechos se dieron cuenta que uno de los desaparecidos era un soldado en activo”.
Relató que los militares recorrieron las calles de Iguala la noche del 26 de septiembre y estuvieron en la escena del crimen, “desde aquí les decimos que tienen responsabilidad y hoy en día no nos queda la menor duda de la participación directa de elementos del Ejército, hemos revisado exhaustivamente el expediente y por supuesto que hay datos que nos indican que ahí estuvieron presentes, hay datos que nos dicen que el día 26 de septiembre además de ir al hospital Cristina, también estuvieron en otros lugares y también, seguramente deben de saber dónde están nuestros compañeros”.
Cuestionó, “¿Por qué se niegan a comparecer ante los expertos de la Comisión Interamericana?, ¿por qué se niegan a que las autoridades puedan revisar este cuartel?… si nada tienen que esconder, ¿cuál es el motivo de la cerrazón?, si es como dicen que no tienen responsabilidad no entendemos y no comprendemos por qué su reiterada negativa para transparentar las fuerzas armadas”.
Soldados arrojan gases a los manifestantes

Poco a poco los padres de los 43 desaparecidos quitaron las vallas de metal, el alambre de púas, las cadenas y candados y abrieron la reja de entrada al batallón.
Se escuchó una orden y los militares avanzaron lentamente hacia los padres de familia, mientras golpeaban sus escudos con sus toletes, desde el fondo sonaron al menos tres explosiones de rifles lanza granadas, aventaron bombas de gas que llegaron a unos 20 metros atrás del grupo de padres y una bomba llegó hasta el otro lado del periférico.
También se vio a un soldado cuando lanzó con la mano otra bomba de gas en contra de los manifestantes.
En ese momento los padres no pudieron avanzar más de tres pasos porque los antimotines los toparon, se vio salir desde atrás del contingente militar al comandante del 27 Batallón de Infantería, el coronel José Rodríguez Pérez, no llevaba equipo antimotines y ya al frente de los soldados daba indicaciones para que avanzaran hacia los padres, y los uniformados se quedaron a un metro de los padres.
El mando militar que está al frente del batallón desde antes de los ataques a estudiantes el 26 y 27 de septiembre, salió personalmente a confrontar a los padres, se jaloneó y empujó con uno de ellos, que lo enfrentó y retó a golpes al momento que el mando militar empujaba a los padres y jalaba la reja para intentar cerrar el acceso.
Ningún soldado secundó a su mando militar para confrontar a los padres o intentar cerrar la reja que aún seguía de pie, luego tres antimotines cubrieron a Rodríguez Pérez, pero sólo para meterlo a las instalaciones.
Minutos después, otro grupo de soldados forcejeó con los padres que finalmente derribaron una de las hojas de la reja.
Los representantes de los padres de familia se interpusieron entre los dos grupos y calmaron la situación.
La madre de uno de los desaparecidos, confrontó a los militares y les dijo, “no tenemos armas, quisiéramos estar de igual a igual para que nos diéramos en la madre, qué poca madre tienen o no sé si no tienen madre, pregúntenle qué haría si algunos de ustedes estuvieran desaparecidos, lo bueno que también tienen familia
y todo lo que hagan se les regresará siete veces más, tienen hijos y también se los pueden desaparecer, ahorita nos tocó a nosotros pero también a ustedes les puede pasar”.
“No sean pendejos, no se conviertan en asesinos, son pueblo cabrones”, gritó un padre a los soldados. Cuando se retiraban, el vocero de los padres Felipe de la Cruz advirtió, “no vamos a descansar hasta que nos los entreguen y aquí nos van a tener continuamente”.
A las 11:30 de la mañana los padres de familia, estudiantes y maestros de la CETEG marcharon hacia el centro de la ciudad y dejaron atrás a los militares.
Cuando los manifestantes abandonaron la zona, cuatro soldados con rifles lanza granadas salieron a buscar y levantar envases vacíos que quedaron en la calle.
También salió personal del Ministerio Público del fuero común y federal para tomar fotos de los daños, y más tarde se supo a través de una fuente militar que la Sedena puso una denuncia ante la Fiscalía del estado, “por los daños y destrozos” ocasionados a la propiedad federal y por “agresiones” al personal militar, en contra de quien resulte responsable.
En el interior del batallón, desde que los padres de los desaparecidos llegaron y hasta que se retiraron, se vio al coordinador regional de la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos en la zona Norte, Policarpo Gatica Ramírez.
Mientras tanto, los manifestantes marchaban por el Periférico a la carretera Iguala-Taxco y a su paso por las instalaciones del 41 Batallón gritaron “asesinos, asesinos”. Caminaron por la avenida Bandera Nacional hasta la explanada de Las Tres Garantías donde hubo un mitin.
Durante su paso, en el que fueron gritando consignas en contra del gobierno federal, en demanda de justicia y presentación con vida de los 43 normalistas, algunos comercios cerraron sus cortinas, la mayoría no lo hizo y no hubo ningún daño ni pintas a ningún edificio.
Cerca del mediodía la sede alterna del Ayuntamiento fue desalojada, y sus puertas fueron cerradas.

Juicio político a Aguirre, demandan en un mitin en la plaza de Las Tres Garantías

Durante el mitin en la explanada municipal se demandó justicia para llegar a la verdad histórica de los hechos y hasta las últimas consecuencias, castigo a los responsables y la presentación con vida de los 43 normalistas.
El representante de los normalistas de Ayotzinapa, Eduardo Maganda pidió juicio político para el defenestrado gobernador Ángel Aguirre Rivero “y su bola de secuaces”, no sólo por los ataques de septiembre también por los asesinatos de normalistas en su gobierno.
Vidulfo Rosales dijo a los gobiernos coludidos con el crimen y a la delincuencia organizada, “no les tenemos miedo, aquí estamos en Iguala y vamos a enfrentar a quien tengamos que enfrentar porque no vamos a permitir que nuestros 43 compañeros queden en el olvido”.
Criticó a la “clase rica de Iguala que se siente incómoda porque nosotros salimos a marchar, hoy la clase política, el Ejército y la pequeña burguesía de Iguala nos digan que les causamos molestias y les pregunto, ¿por qué no les causa molestias las más de 300 fosas, las más de 300 muertes que han perpetrado y asesinado en Iguala en complicidad con este gobierno municipal nefasto, y en complicidad con ese asesino Ejército mexicano que el 26 de septiembre recorrió las calles y le dio protección a la policía preventiva, lejos de proteger a los estudiantes que estaban siendo acribillados?
Demandó también la investigación a policías federales y estatales que tampoco actuaron a pesar del ataque a los normalistas, “en los expedientes nos hemos dado cuenta que todas las fuerzas de seguridad fueron responsables y participaron”.
Advirtió que no dejaran de luchar “ni un minuto” por la presentación con vida de los 43 normalistas.
Se informó que la lucha es conjunta y unida entre los padres de los 43 y los maestros de la CETEG para luchar también en contra de las reformas impuestas por el gobierno federal, principalmente la educativa que incluye la evaluación “punitiva” a los maestros.

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