Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Jorge Camacho Peñaloza

De fugas a fugas

*La cárcel representa una de las peores derrotas que pueden ocurrir, pero precisamente por eso, por su radicalidad,
se puede transmutar en un gran éxito. José Agustín

La fuga de El Chapo sin duda ha sido el suceso de mayor impacto en la percepción social en los últimos años en la realidad nacional, seguramente un alto porcentaje de mexicanos y mexicanas se enteró del hecho y tiene una opinión al respecto. Creer o no creer, esa es la cuestión.
Los que creen en que El Chapo abrió un boquete y se metió en un túnel para subirse en una motocicleta y recorrer bajo tierra kilómetro y medio, abordando posteriormente un vehículo y posiblemente un helicóptero escapando del penal de máxima seguridad en el país, se quedan en la espectacularidad del hecho, como para convertirlo en película al más puro estilo de Clint Eastwood en La Fuga de Alcatraz (1979) que narra cómo tres presos se fueron del penal construido en esa isla en la bahía de San Francisco.
Los que no creen, simplemente consideran que la espectacularidad del túnel y la fuga, que de ser reales hay que reconocer que sí lo son, además de que es lo que más se está quedando en la percepción de la gente, sólo es un distractor para justificar la fuga y que más bien se trata de una simple y burda negociación al más alto nivel del gobierno para que El Chapo saliera de ese penal justo en la semana en la que se está llevando a cabo la licitación para la participación de empresas privadas en la extracción y obtención del petróleo nacional.
La fuga sí es una afrenta a la nación y causa indignación, genera zozobra y preocupación, afecta la autoestima de los mexicanos y ha hecho sentir desamparo e incertidumbre; sin embargo más allá del escape de El Chapo, es más preocupante otras fugas, me atrevo a decir más importantes que las de un simple delincuente por más que sea el del capo sinaloense a bordo de una motocicleta en un túnel al modo hollywoodense.
Pero como dice mi amigo Brozo refiriéndose a que ésta ha sido una semana pelada, porque se peló El Chapo, se peló Joan Sebastian, se peló Memo Ochoa y se peló el presidente a Francia, yo diría que también hay otras fugas que deberían preocuparnos más, como la fuga de la responsabilidad del Estado, la fuga de la responsabilidad de los gobernantes y servidores públicos, la fuga de la seriedad en la función pública, la fuga de la eficiencia y la capacidad en el servicio público, la fuga de la honestidad y la legalidad, la fuga de la responsabilidad ciudadana para supervisar y verificar el cumplimiento de su mandato a los gobernantes y a los responsables de los poderes públicos, en fin, la fuga de las oportunidades para los jóvenes del empleo, de la seguridad, el bienestar, etc., etc.

Se nos está fugando también nuestra capacidad de asombro, de exigir cuentas, pareciera que la cuestión es creer o no creer, sin embargo estoy convencido de que la verdadera cuestión es que hay otras fugas más importantes que la de El Chapo y que podrían representar la fuga misma del país de nuestras manos.

Mal haríamos en centrar el debate en la fuga de El Chapo, en creer o no creer si la historia es real, mejor discutamos lo que ha permitido y alentado estas fugas que es la irresponsabilidad de los gobernantes, de los poderes públicos, de la función pública, del servicio público y de la sociedad para construir el país que merecen nuestros hijos.

Vuela vuela palomita y ve y dile: Al paisa de Cuarón que acá tenemos a nuestro Al Capone para su próxima producción que le dé un Oscar en el cine.

468 ad