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Incluye Mancera a cercanos y políticos reciclados en cambios de su gabinete

*Patricia Mercado va a la Secretaría de Gobierno, Alejandra Barrales a la de Educación, Amalia García al Trabajo y Amieva a Desarrollo Social

Agencia Proceso

Ciudad de México

Con su popularidad por los suelos  después de la debacle electoral en los pasados comicios, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, se deshizo de colaboradores incómodos y reajustó su equipo de trabajo con amigos cercanos y políticos reciclados con miras a afianzar su proyecto personal hacia la Presidencia de la República en el 2018.
Sin dar a conocer los resultados de la supuesta evaluación que hizo, Mancera anunció nueve cambios en el aparato gubernamental, entre ellos la Secretaría de Gobierno, la segunda posición más importante de la ciudad.
En ese puesto nombró a Patricia Mercado Castro, quien hasta ayer ocupó la Secretaría de Trabajo y Fomento al Empleo del DF, donde su actuación pasó desapercibida. Y aunque en la conferencia a la que convocó no permitió preguntas a la prensa, en entrevista en Radio Fórmula, explicó la razón de su designación.
Se trata, dijo, de “un rostro fresco, de una mujer con capacidades probadas”, sobre todo, como interlocutora con todas las fuerzas políticas, todas las áreas de la ciudad y el gobierno federal.
Además, comentó que con su designación mandó un mensaje de género a las mujeres. “A ella la tengo como una colaboradora eficaz, eficiente y, obviamente, también leal”, remachó.
Mercado Castro tiene un largo historial público, particularmente en la creación de asociaciones civiles de mujeres. Fundó los partidos políticos México Posible en 2003 y Alternativa Socialdemócrata en 2005 con el que fue candidata a la Presidencia de la República un año después, en la misma contienda en la que pidió no votar por Andrés Manuel López Obrador.
En octubre de 2013 llegó a la Secretaría del Trabajo del GDF en sustitución de Carlos Navarrete, quien fue nombrado presidente nacional del PRD. El año pasado fue una de las promotoras de la iniciativa de Mancera para elevar el salario mínimo, aunque su lucha hasta el momento no ha rendido frutos.

Regresos y reciclaje

Mancera recicló también a la senadora perredista Alejandra Barrales, con quien tuvo un fugaz romance, y contra quien contendió por la jefatura de Gobierno de la capital en el 2012. La acomodó en la Secretaría de Educación, un área que conoce porque cuando estuvo en Michoacán, en el gobierno de Lázaro Cárdenas, tuvo injerencia en ese sector.
La ex líder de azafatas y ex secretaria de Turismo en el DF, sustituye a Mara Robles, quien a partir de ahora fungirá como asesora de la Jefatura de Gobierno.
En una de las áreas torales de su gobierno, la Consejería Jurídica y de Servicios Legales, Mancera designó a un hombre que ha estado cerca de él y que fue su operador político en la campaña: el presidente de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), Manuel Granados, quien este mismo jueves presentó solicitud de licencia ante la actual legislatura.
Granados relevó en el cargo a otro íntimo amigo de Mancera: José Ramón Amieva, quien a partir de ahora se hará cargo de la secretaría que más presupuesto absorbe en el GDF: Desarrollo Social.
En dicha área se mueven todos los programas clientelares de la maquinaria gubernamental, entre ellos, el de la Pensión Alimentaria a los Adultos Mayores.
Amieva releva a Rosa Icela Rodríguez Velásquez, una de las cabezas que pidió el PRD por el supuesto apoyo que dio a Morena en los comicios de junio pasado. Incluso, el senador Miguel Barbosa le pidió personalmente a Mancera su remoción, junto con la de Héctor Serrano.
Rodríguez Velásquez fue reubicada en la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (Sederec), donde despachaba Hegel Cortés, el único bejaranista que quedaba vivo en la estructura gubernamental.
Paradójicamente, el PRD-DF la acusó de operar para que Ricardo Monreal, candidato de Morena a la delegación Cuauhtémoc, ganara en los comicios del pasado 7 de junio.
Serrano Cortés también se mantuvo en la nómina gubernamental, aun cuando fue señalado por Barbosa como el responsable de la debacle del partido en el DF. De hecho, entre los pasillos del Antiguo Palacio del Ayuntamiento siempre se dijo que, conociendo su trayectoria política, no jugaba en favor del gobernante local.
Antes y después de esos señalamientos, Mancera definía a Serrano como un hombre de toda su confianza. Sin embargo, este jueves anunció su remoción de la del segundo puesto más poderoso del GDF a la Secretaría de Movilidad, en sustitución de Rufino León, quien quedó fuera del gabinete.
Otro cuadro que rescató Mancera fue el de Amalia García. La legisladora y ex presidenta nacional del PRD fue acomodada en la secretaria del Trabajo, en lugar de Patricia Mercado. García Medina encabeza la tribu perredista Foro Nuevo Sol y su paso por el gobierno de Zacatecas estuvo envuelto en escándalos de corrupción.
En la conferencia, Mancera también anunció la creación del Nuevo Modelo de Movilidad que estará encabezado por Laura Ballesteros, ex diputada panista a quien rescató luego de que perdió la elección a la jefatura delegacional en Miguel Hidalgo por la coalición PRI-PVEM.
En la dirección general del Sistema de Transporte Colectivo (SCT) Metro, el mandatario local confirmó lo que desde días antes se leía en las columnas políticas: la salida de Joel Ortega Cuevas y la llegada de Jorge Gaviño, expriista y presidente del partido Nueva Alianza, fuertemente ligado al PRI y a la líder sindical de maestros, hoy presa en el penal de Tepepan, Elba Esther Gordillo.
Gaviño Ambriz fue presidente de la Comisión Investigadora de las irregularidades de la Línea 12 del Metro en la ALDF y es sabida su buena relación con el secretario general de Sindicato de Trabajadores del Metro, el priista Fernando Espino.
Este funcionario dejó su lugar en la lista de próximos diputados plurinominales de Nueva Alianza en el Congreso de la Unión por integrarse al gabinete del GDF.
En su favor, Mancera dijo en entrevista radiofónica que el Metro “requería una persona que tuviera conocimiento de la administración”, ya que debe manejar los recursos del Fideicomiso Metro y las inversiones “muy importantes en puerta” que tiene la dependencia. Además, resaltó su desempeño en la investigación de las irregularidades en la Línea 12 y su “cercanía con los trabajadores, con la parte sindical, del Metro”.
Con estos nombramientos, Mancera terminó con las especulaciones que generó su anuncio del jueves 2 de julio, cuando pidió la renuncia con fecha del 15 de julio a todo su gabinete.
En un comunicado, el GDF informó que los ajustes del gabinete se desarrollarán en los próximos 15 días, lapso en el que se hará el proceso de entrega-recepción de las dependencias en presencia de personal de la Contraloría General del DF.

Pide “honestidad”

En el mensaje que Mancera Espinosa ofreció en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento –de no más de 10 minutos, sin compañía de ningún funcionario y sin permitir preguntas de la prensa–, dijo que la política debe “subordinarse al mandato ciudadano”.
Por ello, agregó, “es momento de hacer una pausa y revisar cómo se puede mejorar la gestión del servicio público. La grandeza de esta ciudad exige atrevimiento para cambiar en beneficio de todas y de todos”. Además, refrendó la voluntad de su gobierno para demostrar que “se puede trabajar y bien” con todas las fuerzas políticas en la ALDF.
“Todos los integrantes del nuevo equipo de trabajo deberán responder con prontitud y honestidad a las tareas que sean de su competencia. Quienes estamos en el Gobierno de la CDMX nos mantendremos abiertos al diálogo, a la propuesta y al consenso, tal como lo demanda una sociedad plural como la nuestra”, dijo.
En las entrevistas radiofónicas, Mancera negó que los cambios en su equipo de trabajo sean para “salvar” al PRD. Y justificó: “No puedo yo llevar a que la ciudad se vuelva rehén de un enfrentamiento político y sufrir las consecuencias”.

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