Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

El país sería otro si hubiera un Toledo en cada estado, aseguran artistas plásticos

El nombre del artista oaxaqueño causa admiración en sus colegas, sin importar las generaciones. Se le reconoce su calidad humana y su conciencia ciudadana

 

Lourdes Zambrano / Agencia Reforma

Monterrey

Si hubiera un Toledo en cada estado, el país sería otro. Lo dice Demián Flores, artista y grabador oaxaqueño, quien asegura que su vida sería distinta de no haber sido por lo que aprendió en las instituciones promovidas por su paisano, quien cumplió 75 años.
“Creo que el arte puede cambiar a los individuos y esto lo digo en primera persona”.
“Si no es por la casa de la cultura que Toledo fundó en Juchitán, que alimentó mi imaginario y mi pensamiento crítico, y el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, complemento de mi formación visual, con una biblioteca que cuenta con un acervo especializado en artes visuales y literatura, creó que tendría una tienda miscelánea en Juchitán”.
El nombre de Francisco Toledo causa admiración en sus colegas, sin importar las generaciones.
Felipe Ehrenberg, parte de su generación, tiene hoy 72 años, reconoce su calidad humana y su conciencia ciudadana.
“Fiel a la más profunda tradición zapoteca que respeta los consejos y opiniones de sus mayores, Toledo ofrece su sabia sensatez para arengarnos y azuzarnos a luchar contra la salvaje codicia de capitales extranjeros, como la nefasta Monsanto”, dice, refiriéndose a la lucha contra el maíz transgénico que encabeza.
“De igual manera se expone y corre riesgo para denunciar a esos especuladores desalmados, quienes en contubernio con los políticos corruptos del PRI, no tienen reparo alguno en degradar lo poco que queda de la naturaleza en torno a la ciudad de Oaxaca”, agrega Ehrenberg.
El curador Cuauhtémoc Medina concuerda con ese poder del arte. “A Toledo hay que agradecerle haber creado toda una gama de posibilidades e instituciones de cultura, pero sobre todo el haber reactivado el poder de la cultura para desafiar los poderes fácticos que, en nombre de la arbitrariedad y el mercado del neoliberalismo, han arrojado este país al infierno”, señala.
Dice que también hay que celebrarle su múltiple capacidad alquímica.
“La de transformar imágenes y seres en relatos con el solo poder de la inventiva de la línea y la materia; la de transmutar la vanidad del prestigio artístico y el capital simbólico en una fuerza de poder social y cultural colectivo, que aspira a la utopía cotidiana de encontrar en la cultura y el sentido del gusto una fuerza de resistencia política”, agrega Medina.
Flores no sólo siguió la línea de trabajo de Toledo, especialmente en la gráfica, sino que también ha fundado ya dos instituciones que siguen su escuela.
“La Curtiduría no existiría sin el ejemplo de Toledo. La Curtiduría es un espacio creado con el aliento y las enseñanzas del maestro Toledo, es una continuidad de sus proyectos, que intentan crear lazos entre el arte y la sociedad”, dice.
Para Gabriel Orozco la figura de Toledo es de total admiración. Además dice ser cercano a la familia, pues su hijo, el Dr. Lakra, fue su alumno.
“No es sólo pintor. Hacer una biblioteca es una obra, hacer un espacio de cultura, defender un bosque, un convento y tratar de que se conserve, requiere de un artista con gran sensibilidad”.
El que haya combinado su lado artístico con el activismo social y político no lo hace desviarse de su carrera principal, al contrario, es una expansión de su lado creativo, dice Orozco.
Medina desea que su ejemplo cunda y su voz haga eco en miles.

468 ad