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Mostrarán la genealogía de los periodistas liberales que hicieron El Hijo del Ahuizote

*La Constitución ha muerto. Una genealogía del Ahuizote se llama la muestra que rescata las historias de Enrique y Ricardo Flores Magón, Juan y Manuel Sarabia, Santiago de la Hoz, Antonio Díaz Soto y Gama, Federico y Gabriel Pérez Fernández y Rosalío Bustamante

Érika P. Buzio / Agencia Reforma

Ciudad de México

En franco desafío al régimen de Porfirio Díaz, Enrique y Ricardo Flores Magón cuelgan una manta en la fachada de El Hijo del Ahuizote donde acusan: “La Constitución ha muerto”.
Por los balcones, junto a los hermanos, asoma un grupo de jóvenes liberales: Juan y Manuel Sarabia, Santiago de la Hoz, Antonio Díaz Soto y Gama, Federico y Gabriel Pérez Fernández y Rosalío Bustamante.
Era el 5 de febrero de 1903. Tres meses después, el periódico fue clausurado y los Flores Magón parten al exilio en los Estados Unidos.
Aquella escena quedó registrada en una histórica fotografía que La Casa de El Hijo del Ahuizote retoma en su primera exposición, La Constitución ha muerto. Una genealogía del Ahuizote, prevista para el 15 de agosto, para explicar cómo se cruzan los caminos de los hermanos con Daniel Cabrera, el fundador del periódico.
Las agendas personales de Cabrera, de los años 1894 y 1901-1905, permiten reconstruir los lazos. Fueron localizadas por la historiadora Mónica Morales Flores en la biblioteca de Zacatlán, en Puebla, la tierra del periodista.
El vínculo se forjó en la vecindad de La Cerbatana 24, donde Cabrera, liberal jacobino y anticlerical, fundó en 1885 El Hijo del Ahuizote, movido por su admiración por El Ahuizote y los grabados de Doré.
Cabrera, venido al DF para estudiar litografía en la Escuela de Artes y Oficios, tenía por vecinos a la familia Hong-Arnoux. Eugenio, el hijo, era compañero de Jesús Flores Magón en la Escuela Nacional de Jurisprudencia y, como tal, frecuentaba la casa. Jesús terminaría casado con la hermana de Eugenio.
Cuando Díaz se reelige por tercera vez, estudiantes se manifiestan en la Alameda y deciden ir después a saludar a la prensa libre: El Monitor Republicano y El Hijo del Ahuizote.
Jesús Flores Magón llegaría a ser apoderado legal de Cabrera. Es él quien le presenta a su hermano menor, Ricardo, como un interesado en arrendar la imprenta después de su experiencia en Regeneración. Cabrera había sufrido un infarto cerebral en 1899 que lo dejó hemipléjico. Con la salud quebrantada, en 1902, el fundador de El Hijo del Ahuizote terminaría por ceder la estafeta a esa nueva generación que se había opuesto a la reelección de Díaz, quien había traicionado la Constitución de 1857.
“Esta historia que empieza en el barrio continúa en la esfera pública y lo que es una comunidad de vecindad se vuelve también una comunidad ideológica. Eso explica la intimidad de las relaciones entre estos dos personajes”, narra Diego Flores Magón, bisnieto de Enrique y director del recinto sede, inaugurado en 2012.
Esa fotografía es incluso la razón de La Casa, pues permitió ubicar el inmueble de Colombia 42, y, por iniciativa de la familia Flores Magón, emprender su restauración.

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