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Exigen padres de Ayotzinapa castigo a los militares que atacaron a niños en Ostula, Michoacán

Lourdes Chávez

Chilpancingo

En reciprocidad al respaldo que recibieron de la comunidad indígena en una gira por el país, madres y padres de los 43 alumnos desaparecidos de Ayotzinapa exigieron juicio y castigo a los responsables del ataque en Santa María Ostula, Michoacán, donde el domingo militares asesinaron a un niño de 12 años e hirieron de bala a dos más.
Mencionaron que en el peregrinar en busca de solidaridad tras la masacre y desaparición contra estudiantes el 26 de septiembre en Iguala, recorrieron ciudades y comunidades de varios estados del país, entre ellos Ostula, “y esa noble gente nos brindó su más amplia solidaridad y cobijó nuestro dolor, dándonos fuerzas para seguir adelante”.
Los padres manifestaron “nuestra más amplia solidaridad y exigimos al narco Estado mexicano que cese la represión en contra de los pueblos que se organizan para defender sus derechos, y exigimos que se castigue a los responsables materiales e intelectuales de este artero crimen y las heridas ocasionadas a otros niños, también exigimos la inmediata libertad de Semeí Verdía, comandante de la Policía Comunitaria de Santa María Ostula”.
En un comunicado señalaron que como muchas comunidades indígenas de Guerrero, en Ostula se organizaron por la seguridad y protestaron contra la aprehensión del comandante Semeí Verdía.
Pero “ante la inoperancia de las estrategias gubernamentales para contener el rompimiento del tejido social por parte de la delincuencia organizada, la conformación de grupos de Policía Comunitaria ha sido la única alternativa para garantizar la seguridad de sus habitantes”.
“En repuesta (a la organización ciudadana) el narco-Estado mexicano y sus instituciones pretenden detener la consolidación de estos sistemas alternativos de justicia y su expansión, fabricando delitos a sus representantes más visibles y encarcelándolos”, denuncia.
Compararon la organización de Ostula con el Movimiento Municipal Popular de Tlapa el día de las elecciones locales y federales, que también se movilizó para exigir la libertad de varias personas ese día, y retuvo a algunos policías federales para negociar la libertad de sus compañeros. La respuesta del Estado fue la agresión y el homicidio del activista Antonio Vivar Díaz.
“En Ostula los militares dispararon a mansalva en contra de las personas que se asomaban a las ventanas, incluso menores, resultando muerto el niño Edilberto Reyes García, cuando una bala atravesó su cráneo a un costado del ojo derecho, y otros niños resultaron heridos por las balas de los militares asesinos”.

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