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No hubo policías el lunes porque cuidaban a Peña: Rogelio Ortega

*Los demás estaban en paro, justifica el gobernador ante el violento enfrentamiento de taxistas en el zócalo de Chilpancingo

*La violencia no sólo se da en Acapulco, “también en el estado y en el país”, dice

*Dejar de mostrarse “insensible e inasequible” y solucionar el conflicto entre los transportistas, le pide el Congreso del estado

No hubo policías el lunes porque unos cuidaban a Peña Nieto y otros estaban en paro: Rogelio Ortega

*El zócalo de Chilpancingo “no fue una zona de guerra”, asegura el gobernador del violento enfrentamiento entre taxistas. La violencia no sólo se da en Acapulco, “también en el estado y en el país”, dice

Rosalba Ramírez García

Chilpancingo

El gobernador Rogelio Ortega Martínez dijo que la policía estatal no intervino en los hechos violentos que ocurrieron el lunes en el zócalo de la capital entre grupos de transportistas, porque una parte de los uniformados están en paro y el resto fueron movilizados a Tlapa a resguardar la visita del presidente Enrique Peña Nieto.
De la violencia y ejecuciones que continúa y que afecta principalmente a Acapulco, el gobernador sólo dijo que ocurre “también en el estado y en el país”.
Ortega Martínez dijo que “sí se vio autoridad” en el transcurso del lunes en Chilpancingo, donde transportistas se enfrentaron en las principales calles del centro de la ciudad y en la plaza cívica primer Congreso de Anáhuac.
Pero después reconoció que no intervino ninguna corporación policiaca.
Ayer después de la sesión solemne en la que se develó la inscripción en letras doradas del nombre del teniente José Azueta Abad en el muro de honor del salón de sesiones del Congreso local, el gobernador se negó en un primer momento a dar declaraciones y se trasladó a las oficinas de la Comisión de Gobierno, de donde a su salida no pudo evadir las preguntas de los reporteros.
Se le preguntó por el enfrentamiento que hubo entre integrantes de diferentes organizaciones de transportistas ocurrido la mañana y tarde del lunes, y el mandatario dijo que antes del enfrentamiento el gobierno estatal se acercó a las partes en busca de crear acuerdos, pero no lo lograron, “no quisieron… se enfrentaron”.
Se le insistió en la falta de presencia policiaca desde la mañana hasta la tarde del lunes, tiempo en el que los transportistas instalaron retenes, detuvieron vehículos del transporte público y amarraron de los pies y manos a los transportistas heridos a golpes con palos.
Justificó que el gobierno del estado trató de evitar mediante diálogo la confrontación y la violencia que finalmente ocurrió.
Dijo que el motivo por el que el estado no intervino durante todo el día en el enfrentamiento en Chilpancingo fue porque la policía estatal está en paro en exigencia de garantías de seguridad, mejoras en sus condiciones de trabajo, así como la destitución del secretario de Seguridad Pública, el general brigadier Pedro Almazán Cervantes, y de lo último dijo que “no tienen razón”.
Explicó que la parte de policías que no estaban en paro fue “desplazada y movilizada a Tlapa por razones obvias”, en referencia al fuerte resguardo que el gobierno estatal ofreció para la visita del presidente Enrique Peña Nieto, que inauguró la Ciudad de la Mujer.
En el municipio de la Montaña se desplegó un fuerte operativo de vigilancia para resguardar la visita de Peña Nieto, con el principal objetivo de frenar el avance de las manifestaciones del Movimiento Popular Guerrerense (MPG) y del Consejo de Damnificados de La Montaña.
Se le preguntó por la indefensión en la que se dejó a los habitantes de la capital del estado, cuando transportistas se enfrentaron a golpes, quemaron vehículos del transporte público, e incluso hubo portación de armas.
En tono evidentemente molesto dijo: “es el presidente de la República… ¡por favor, compañera!… no, no entró la Policía Federal, no entró la Gendarmería, nosotros como autoridad por supuesto que tenemos que entrar a apoyar la presencia del presidente”.
Dijo que atendió la invitación de Peña Nieto porque “sería una descortesía no hacerlo, en ninguna parte del mundo sucedería eso”.
Sin embargo este medio documentó que alrededor de mil policías federales fueron desplegados en Tlapa para resguardar la visita presidencial, que desde las primeras horas del lunes realizaron rondines por las calles aledañas al lugar que visitaría Peña Nieto, a pesar de que se encuentra alejado de la mancha urbana; además de que un helicóptero sobrevolaba la ciudad, sobre todo en el área cercana a la Ciudad de la Mujer.
Otra reportera preguntó por qué se dejó desprotegida la seguridad en el estado por la visita del presidente de la República, y el gobernador nuevamente en tono molesto le dijo “permítame, permítame, no me cuestione de esa forma”.
Después ejemplificó rústicamente: “si un vecino agrede a su vecino, y después cuando el otro vecino lo agrede, dice ‘policía intervén, porque yo lo agredí y ahora él me está agrediendo y ahora quiero a la policía’, nosotros intervenimos”, y de esa manera sugirió que si hay agresiones de alguno de los grupos hay justificación de que el otro responda de la misma manera.
Un reportero le recordó que lo que ocurrió en Chilpancingo no fue un problema entre vecinos, sino que fueron organizaciones y sus miles de integrantes.
“Sí, sí, pero finalmente dos organizaciones en conflicto, un conflicto que no provoqué yo, es un problema que existe entre ellos por sus acusaciones reciprocas, porque ambos grupos traen (vehículos del transporte público) piratas”, respondió.
Se le preguntó sobre el transporte “pirata” que reconoce y que pasará con este, pero sólo dijo que “proceder conforme a derecho”.
¿Cuándo?, se le preguntó, pero no respondió; se le preguntó también desde cuándo sabe el gobierno estatal de su existencia y respondió que “desde siempre que han existido”.
De la ausencia de autoridades en la capital y “la zona de guerra” en la que se convirtió el lunes el primer cuadro de la ciudad, que planteó otro reportero, Rogelio Ortega contestó que “no, no es cierto eso, no fue una zona de guerra”, y afirmó que después de que concluyó el acto el que acompañó al presidente de la República regresó a Chilpancingo a reunirse con los transportistas.
Dijo que uno de los acuerdos a los que llegó con ambas partes, es que no iban a realizar el paro que anunciaron para el martes, sin embargo lo realizaron por unas horas en la mañana.
Cuando los reporteros le informaron que en la mañana no hubo combis ni taxis circulando en la ciudad, el gobernador nuevamente se exaltó, e incluso parte su rostro temblaba mientras respondía: “bueno, pero espérate (le dijo a un reportero), ¿o sea de qué se trata?, ¡les estoy hablando de los acuerdos, que se respetaron parcialmente!”, porque dijo que los líderes no pudieron avisar a todos los choferes que tenían que salir a trabajar.
Otro de los acuerdos, según el gobernador, fue que los taxistas no se van a movilizar y que iban a buscar rutas de acuerdos con todas las partes.
Afirmó que los transportistas no cuestionan las concesiones y que por el contrario, le pidieron que libere las 330 concesiones que están retenidas.
Dijo que eso le plantearon representantes de la Confederación de Organizaciones y Sitios de Transportistas del Estado de Guerrero (COSTEG) y de la Coordinadora Estatal de Transportistas Independientes de Guerrero (CETIG).
Después dijo que procederán “conforme a derecho” contra quienes causaron destrozos y contra los responsables de las lesiones.

Solucionar el conflicto entre los taxistas, pide el Congreso al gobernador

*Que deje de mostrarse “insensible e inasequible”, dicen los diputados

Rosalba Ramírez García

Chilpancingo

La Comisión de Transportes del Congreso llamó al gobernador Rogelio Ortega Martínez a solucionar el conflicto entre transportistas, que el lunes provocó un enfrentamiento entre integrantes de las organizaciones y la quema de vehículos en el zócalo de Chilpancingo.
Los diputados urgieron al gobierno estatal a que deje de mostrarse “insensible e inasequible” y a que tome medidas para atender el “brote de violencia” y evitar que el problema prolifere a nivel estatal.
Ayer en tribuna, en nombre de la Comisión de Transporte integrada por Cristino Evencio Romero Sotelo, Elí Camacho Goicochea y Emiliano Díaz Román, el primero dio lectura a un posicionamiento por los hechos violentos ocurridos la mañana y tarde del lunes en el centro de la capital.
El presidente de la comisión dijo que de manera extraoficial saben que en Chilpancingo “circulan día a día más de 200 unidades piratas, por lo que una medida de solución al conflicto existente, es que las autoridades de transporte en el estado y municipales, lleven a cabo un estudio responsable de reordenamiento del servicio público”.
Eso para permitir la ampliación, distribución y reforzamiento de nuevas rutas, ya que hay rutas en las que sólo hay 2 o 3 unidades, son las que prestan el servicio, lo cual resulta insuficiente para los usuarios.
Recordó que la policía estatal, “encargada de brindar protección y seguridad a la ciudadanía”, está en paro en demanda de garantías de seguridad, mejoras en sus condiciones de trabajo, así como de la destitución del secretario de Seguridad Pública, el general brigadier Pedro Almazán Cervantes, a quien acusan de reprimirlos, de ser déspota y de desvío de recursos en la dependencia.
En el documento leído en tribuna la Comisión de Transporte solicitó a Rogelio Ortega que instruya al secretario General de Gobierno a que en su calidad de presidente del Consejo Técnico de Transporte y Vialidad, “de manera inmediata” realice las acciones necesarias “para dar una pronta solución a este conflicto, enarbolando la bandera de la paz y la armonía”.
A finales de julio del 2013, la Comisión de Transporte exhortó al entonces secretario General de Gobierno, Jesús Martínez Garnelo, a que detuviera la expedición y reexpedición de permisos temporales al transporte público en tanto no se informara al Poder Legislativo de los estudios socioeconómicos en los que se basaron las expediciones o reexpediciones actuales de permisos temporales.

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