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Choques de policía israelí y palestinos en la Explanada de las Mezquitas dejan 19 heridos

EFE / DPA

Jerusalén

Un veintena de guardas de la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén resultaron heridos ayer en los choques que se produjeron en ese recinto sagrado cuando la policía israelí irrumpió en el lugar para garantizar las visitar de feligreses judíos durante la jornada de duelo de Tisha BeAv.
El director del recinto donde se encuentra la mezquita de Al Aqsa, Omar Kiswani, dijo a la agencia Maan que 19 de los guardas sufrieron todo tipo de heridas, fracturas y cortes durante el segundo asalto israelí.
Fuerzas israelíes ya habían irrumpido en el recinto de madrugada para dispersar a un grupo de jóvenes que se habían atrincherado en el lugar con piedras y todo tipo de objetos, con la aparente intención de impedir que feligreses judíos visitasen ayer el recinto donde hace dos mil años se erigió el Segundo Templo de Jerusalén.
Los disturbios coinciden con la conmemoración del Tishá BeAv, fecha del calendario hebreo que recuerda la destrucción del templo por los romanos en el 70 d.C. y el comienzo del exilio.
Miles de devotos judíos, separados por sexos, acudieron a lo largo de la jornada a los rezos frente al Muro de las Lamentaciones, uno de los pocos vestigios del templo, para rezar, aunque los más radicales subieron a la explanada bajo protección policial, en lo que los palestinos consideran una provocación.
A decir de Kiswani, un centenar de agentes del orden entraron por la tarde en la explanada dando protección a unos 70 colonos.
El recinto de la explanada, conocido por los musulmanes como “Haram A-Sharif”, y por los judíos como “Monte del Templo”, es el epicentro del conflicto palestino israelí, y ambas partes se disputan la soberanía sobre un territorio que Israel ocupó en 1967.
La policía israelí entró ayer en la mezquita de Al Aqsa de Jerusalén, el tercer lugar más sagrado del islam, durante enfrentamientos con fieles musulmanes que llevaban a cabo una protesta.
Según el portavoz policial Micky Rosenfeld, los agentes se adentraron unos metros en la mezquita para cerrar su puerta principal con el fin de impedir que decenas de alborotadores les lanzaran piedras y bloques de cemento desde su interior.

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